Av. Boyacá y la Van der Hammen: regresa el debate entre urbanizar y conservar
A raíz de la reciente decisión de la CAR Cundinamarca de otorgar la licencia ambiental para la ampliación de la avenida Boyacá, que tocará terrenos de la reserva, la discusión regresa al debate público. Le presentamos los puntos claves.
Después de que la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) diera luz verde a la extracción de 20 hectáreas de la reserva Thomas Van der Hammen para la extensión de la avenida Boyacá, ambientalistas señalaron, por enésima vez, los riesgos ambientales que implica la decisión, mientras que las cabezas del proyecto señalan la necesidad de ejecutar la obra. Y la polémica de años, nuevamente se instala en el debate público.
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Después de que la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) diera luz verde a la extracción de 20 hectáreas de la reserva Thomas Van der Hammen para la extensión de la avenida Boyacá, ambientalistas señalaron, por enésima vez, los riesgos ambientales que implica la decisión, mientras que las cabezas del proyecto señalan la necesidad de ejecutar la obra. Y la polémica de años, nuevamente se instala en el debate público.
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Tras revisar los argumentos de la comunidad y de los representantes del proyecto Lagos de Torca planteados en la audiencia pública de septiembre, la CAR emitió la resolución en la que otorga la licencia ambiental para llevar a cabo la obra en el norte de la ciudad.
A raíz de la decisión, nuevamente se abrió la controversia técnica y política entre quienes destacan la necesidad de la construcción y los que defienden la integridad de la reserva Thomas Van der Hammen, quienes señalan que pensar en atravesar la reserva traería graves consecuencias ambientales y por eso han echado mano de todos los recursos para intentar frenar la obra. Lucha a la se sumó el Gobierno Nacional. Y su reclamo no parece de poca monta, pues casi la tercera parte de los 8,8 kilómetros de vías proyectadas, tocan la reserva.
“Este ha sido un proceso que se ha llevado a cabo de manera juiciosa y responsable por innumerables equipos técnicos, que han definido un proyecto que no solamente trae muchos beneficios desde el punto de vista de movilidad y servicios públicos para el norte de Bogotá, sino que se ha logrado consensuar un esquema constructivo que respete las condiciones ambientales de lo que será la Reserva Tomás Van Der Hammen”, anunció la empresa a cargo de la obra, Lagos de Torca.
Así las cosas, a partir de enero de 2024 empezará el proceso de contratación de la primera fase de la vía, que irá desde la calle 183 hasta la calle 200. Y continuarán con la estructuración de la segunda fase, pensada desde la calle 200 hasta la calle 235.
El proyecto
La extensión de la avenida Boyacá hacia el norte está planeada para ser construida por tramos, todas con amplio espacio público y ciclorrutas. Por ahora, solo está en construcción el que arranca en la avenida San José (calle 170) y llega hasta la avenida San Antonio (calle 183), al límite de la reserva. Es una obra de 1,3 kilómetros, en los que invirtieron $72.000 millones.
El tramo de la polémica está planeado para ser un corredor de cinco kilómetros desde la calle 183 (avenida San Antonio) hasta la 235 (avenida Guaymaral), de los cuales, más de la mitad pasarán por terrenos de la reserva. Para esto, el Distrito tuvo que solicitar ante la CAR la sustracción de 20 hectáreas de las 1.400 catalogadas como zona protegida.
De este tramo, el primer trayecto, con 1,3 kilómetros y $153.000 millones de inversión, no generó opositores, pues irá desde la avenida San Antonio (calle 183) hasta la avenida Polo (calle 201), al pie del cerro de La Conejera. Es el resto del trazado el que genera resistencia: el que parte desde la avenida Polo (calle 201) hasta la avenida Guaymaral (calle 235). Con una extensión de 3,6 kilómetros y un costo de $422.000 millones, que sí toca la reserva. Para completar el circuito, habrá dos obras más, que costarían $312.000 millones: la intervención de 1,3 kilómetros en la avenida Polo (calle 201) y 1,2 km en la Guaymaral (calle 235), para conectar la Boyacá con la autopista Norte.
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El debate de fondo
Para Sabina Rodríguez Van der Hammen, el rostro más visible de la defensa de la reserva, nieta de quien impulsó la creación de la zona ambiental y líder de la veeduría ciudadana por la defensa de la reserva, ”la avenida Boyacá fragmentaría totalmente la reserva de extremo a extremo, impidiendo la conexión de la sabana con el cuerpo de agua del río Bogotá. Alegan que son 20 hectáreas, pero depende de dónde se pongan, puede generar una mayor o menor afectación. Ese tramo de la Boyacá es como un tiro en la cabeza a la reserva, porque es justamente en la conectividad que se quiere lograr”.
Frente a ese particular, Alejandro Callejas, gerente general de Lagos de Torca, dijo, en diálogo con El Espectador, menciona que “el proyecto tuvo un proceso socialización de más de tres años, en los cuales se expuso, en más de una ocasión, con la comunidad directamente afectada, el plan de desarrollo del proyecto. En ese proceso, decenas de organizaciones sociales hicieron parte del ejercicio de socialización”.
Incluso, agregó que antes de que la licencia ambiental se aprobara, se llevó a cabo una audiencia pública de amplia participación en donde quienes tenían objeciones, las presentaron. Y en esos escenarios habrían explicado en detalle que en los 2.5 kilómetros que pasan por la reserva, habrá, por lo menos, 10 conectores hídricos y de fauna, “que permitirán que la reserva siga teniendo el papel fundamental de ser conector de ecosistemas”.
Callejas señala que durante los procesos de socialización, específicamente durante la audiencia pública llevada a cabo en el mes de septiembre, “se escuchó amplia y detalladamente a los colectivos ambientalistas que tenían objeciones. Cada uno de esos argumentos fue debatido con el rigor técnico y con los estudios correspondientes para dar solución a las inquietudes”.
Y asegura que “la inmensa mayoría de las personas que asistieron, incluso colectivos ambientalistas, estaban de acuerdo con el planteamiento y estaban solicitando que la licencia necesaria para construir la vía se expidiera cuanto antes”.
No obstante, para Sabina Rodríguez “la ciudad debería ajustarse a las necesidades de la reserva y no estarle quitando a la reserva por aquí y por allá, por unas necesidades de movilidad o alcantarillado. Son desafíos de hacer cosas más complejas, pero de eso se trata tomarse en serio la protección ambiental y más en tiempos de emergencia climática”.
Por otro lado, Lagos de Torca tendrá que hacer una compensación ambiental en la zona de influencia del proyecto, en donde actualmente hay una cancha de fútbol, un parqueadero y varios cultivos de papa.
“Como parte de la sustracción, la CAR ordenó que por cada hectárea intervenida debían restaurar tres en la reserva. Fuera de adquirir 20 hectáreas para la obra, debemos comprar 60 hectáreas más para revitalizarlas. Y hemos planteado adquirir las áreas más cercanas al humedal, para darle mayor valor ecosistémico a esa zona. Y, adicionalmente, vendrá otra compensación, que se definirá si otorgan la licencia ambiental. Esto, además de la siembra de, aproximadamente, 81.292 individuos arbóreos en lotes en los que actualmente no hay nada”, señala Callejas.
Y añade que la obra no solo está pensada para extender la avenida Boyacá: ”extenderemos todo tipo de redes, como el colector de las aguas negras que vienen después de la calle 235, así como una tubería de agua pluvial hasta el río Bogotá, obras adicionales en las que invertiríamos más de $250.000 millones“.
En contraposición, “El hecho de que la reserva no avance, no quiere decir que se deba desconocer que exista un plan de manejo ambiental. Y el impacto de las obras se debe medir sobre la restauración y no sobre el estado actual. Son potreros, lo sabemos, pero no es lo mismo un portero solo, que uno con una obra endurecida”, concluye Sabina Rodríguez.
En contexto: https://www.elespectador.com/bogota/opinion-el-principio-del-fin-de-la-reserva-thomas-van-der-hammen/
Otra voz que expresó su inconformidad por la decisión, fue la Ministra de Ambiente, Susana Muhamad, quien calificó la decisión como “un golpe mortal a la RTVDH”, anunció que la licencia ambiental otorgada por la CAR será examinada en profundidad para determinar los pasos a seguir.
Así las cosas, la polémica continuará y quienes defienden la Reserva seguirán buscando acciones jurídicas para controvertir la licencia ambienta que da luz verde al proyecto. Por su parte, Callejas asegura que “donde nos toque presentar y proteger el proyecto, ahí estaremos con el rigor técnico y estudios en mano, como corresponde. Con una visión proteccionista del medio ambiente, que además de respetar, compartimos y promovemos”.
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