Ayudas durante la pandemia, ¿a medias?
Las cuarentenas afectaron sobre todo a los hogares vulnerables y, según varios concejales, los auxilios para evitarlo fueron irregulares. El Distrito dice haber mejorado la identificación y entrega de apoyos a quienes lo requieren.
La pandemia empobreció a los bogotanos y los esfuerzos del Distrito para evitarlo no han sido suficientes. La primera conclusión la entregó este mes el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), cuyo reporte anual sobre pobreza monetaria reveló que hay 3,3 millones de capitalinos pobres, cifra que en 2019 era de 2,2 millones. La segunda es una deducción que viene del Concejo de Bogotá, donde varios cabildantes sugieren que la administración distrital no pudo garantizar que los más vulnerables tuvieran cómo afrontar los períodos de aislamiento y, en general, para superar las dificultades que trajo la emergencia sanitaria.
Luego de indagar en las bases de datos y algunos contratos para la entrega de ayudas en el marco de Bogotá Solidaria, estrategia que creó el Distrito para auxiliar los hogares más pobres de la capital, concejales de diversas bancadas denunciaron que el programa presenta ciertas irregularidades, que incluyen sobrecostos, mala focalización y entrega discontinua de subsidios. La administración defiende el programa asegurando que se creó en cuestión de semanas y ahora busca que sea permanente, y que, por tanto, se han venido ajustando las bases de datos para identificar los hogares pobres y fortaleciendo los acuerdos con los operadores financieros para que las ayudas lleguen a cada familia registrada.
Un primer señalamiento nace de testimonios de ciudadanos que afirman haber recibido un solo mercado, pese a estar en las bases de datos, y hogares que dicen tener los requisitos para ser acreedores de los beneficios y, aunque realizaron los trámites, no obtuvieron ninguno. Los testimonios fueron recopilados por la concejal Gloria Díaz (Partido Conservador), quien detectó como principal problema para la entrega de ayudas la forma de identificar a quienes los requieren. “Los programas sociales no tienen en consideración todos los hogares cuyos ingresos están muy cercanos a la línea de pobreza, levemente por encima de la línea base, o que por el puntaje del Sisbén no son tenidos en cuenta para acceder a las ayudas”.
Al parecer, desde el inicio de la pandemia, las bases de datos siguen siendo el principal escollo para evitar los ríos de trapos rojos cuando se decretan períodos de cuarentena. De acuerdo con el cabildante Emel Rojas (Colombia Justa Libres), quien junto a su equipo revisó la base de datos del programa y encontró inscritas 1’048.576 personas, hay un 18,5 % de estas que no tienen la edad (mínimo 18 años) para ser beneficiarios de los auxilios. Incluso, 1.106 de los registrados no existen.
“Varios de los inscritos tienen fechas de nacimiento entre 2022 y 2029 y hay personas de dos a cinco años de edad o adolescentes, algo irregular porque estos programas son focalizados a mayores de edad”, dijo el concejal, quien manifestó preocupación por los 193.920 beneficiarios que no deberían estar inscritos.
Rojas, quien pidió revisar y depurar las bases de datos como prometió el Distrito cuando anunció el programa, también denunció que entre febrero y abril de este año se recortó el número de familias que percibieron ayudas y que 301.000 familias quedaron fuera del programa, al parecer, por un cambio de priorización del Sisbén.
Además de los posibles problemas con las listas de beneficiarios, otro inconveniente que señaló el cabildante Jorge Colmenares (Centro Democrático) es la contratación de los alimentos y elementos de aseo que se incluyen en los mercados. Según el concejal, en solo un contrato entre las alcaldías locales y la Cruz Roja, firmado en el marco de urgencia manifiesta, se evidenciaron sobrecostos superiores a $10.000 millones al comparar el precio de los kits adquiridos para armar las canastas con los valores que se ofrecían en la plataforma Colombia Compra Eficiente.
Retos para que las ayudas sean permanentes
Ante las críticas, el Distrito no solo defendió los tres componentes de Bogotá Solidaria (transferencias monetarias, bonos y subsidios en especie), sino que afirmó que su objetivo es que los apoyos económicos sean una estrategia permanente, más allá de la pandemia, por lo que durante este año adelantarán la identificación de los hogares que aún no son beneficiarios de este programa.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, en 2020 ejecutaron cinco ciclos de transferencias monetarias a 828.994 hogares, por un valor de $317.298 millones, en un trabajo conjunto con el Gobierno Nacional. Para este año se han destinado $54.480 millones para atender durante el segundo pico de la pandemia a 566.126 hogares.
En este proceso es clave el papel de la Secretaría de Planeación, que aseguró trabajar de la mano del Gobierno Nacional “de manera que el Distrito atienda a unos hogares pobres y la nación atienda a otros”. Por tanto, previendo el aumento de pobreza para este año y teniendo en cuenta la actualización de las bases de datos, a partir de mayo se han atendido más hogares pobres con los programas de la nación.
Así las cosas, solo en mayo inició un cuarto giro de $240.000 para unos 350.000 hogares pobres de la ciudad, en concurrencia con los giros del Gobierno Nacional. “El Distrito complementa las transferencias de la nación para garantizar un ingreso mínimo. Para los hogares pobres que no reciben transferencias del Gobierno Nacional, el Distrito aporta todo el ingreso”, afirman en Hacienda.
El Distrito finalizó su defensa asegurando que están fortaleciendo los acuerdos con los operadores financieros para mejorar los registros de giros y así evitar que estén llegando a beneficiarios que no deberían recibirlos. Es un desafío porque si algo se identificó cuando inició la emergencia sanitaria fue que las bases de datos construidas durante años dejaron por fuera miles de hogares que nunca han tenido una mano del Distrito; pero se trata de un problema que lleva más de un año en reparación y todo indica que aún no se ha logrado subsanar.
La pandemia empobreció a los bogotanos y los esfuerzos del Distrito para evitarlo no han sido suficientes. La primera conclusión la entregó este mes el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), cuyo reporte anual sobre pobreza monetaria reveló que hay 3,3 millones de capitalinos pobres, cifra que en 2019 era de 2,2 millones. La segunda es una deducción que viene del Concejo de Bogotá, donde varios cabildantes sugieren que la administración distrital no pudo garantizar que los más vulnerables tuvieran cómo afrontar los períodos de aislamiento y, en general, para superar las dificultades que trajo la emergencia sanitaria.
Luego de indagar en las bases de datos y algunos contratos para la entrega de ayudas en el marco de Bogotá Solidaria, estrategia que creó el Distrito para auxiliar los hogares más pobres de la capital, concejales de diversas bancadas denunciaron que el programa presenta ciertas irregularidades, que incluyen sobrecostos, mala focalización y entrega discontinua de subsidios. La administración defiende el programa asegurando que se creó en cuestión de semanas y ahora busca que sea permanente, y que, por tanto, se han venido ajustando las bases de datos para identificar los hogares pobres y fortaleciendo los acuerdos con los operadores financieros para que las ayudas lleguen a cada familia registrada.
Un primer señalamiento nace de testimonios de ciudadanos que afirman haber recibido un solo mercado, pese a estar en las bases de datos, y hogares que dicen tener los requisitos para ser acreedores de los beneficios y, aunque realizaron los trámites, no obtuvieron ninguno. Los testimonios fueron recopilados por la concejal Gloria Díaz (Partido Conservador), quien detectó como principal problema para la entrega de ayudas la forma de identificar a quienes los requieren. “Los programas sociales no tienen en consideración todos los hogares cuyos ingresos están muy cercanos a la línea de pobreza, levemente por encima de la línea base, o que por el puntaje del Sisbén no son tenidos en cuenta para acceder a las ayudas”.
Al parecer, desde el inicio de la pandemia, las bases de datos siguen siendo el principal escollo para evitar los ríos de trapos rojos cuando se decretan períodos de cuarentena. De acuerdo con el cabildante Emel Rojas (Colombia Justa Libres), quien junto a su equipo revisó la base de datos del programa y encontró inscritas 1’048.576 personas, hay un 18,5 % de estas que no tienen la edad (mínimo 18 años) para ser beneficiarios de los auxilios. Incluso, 1.106 de los registrados no existen.
“Varios de los inscritos tienen fechas de nacimiento entre 2022 y 2029 y hay personas de dos a cinco años de edad o adolescentes, algo irregular porque estos programas son focalizados a mayores de edad”, dijo el concejal, quien manifestó preocupación por los 193.920 beneficiarios que no deberían estar inscritos.
Rojas, quien pidió revisar y depurar las bases de datos como prometió el Distrito cuando anunció el programa, también denunció que entre febrero y abril de este año se recortó el número de familias que percibieron ayudas y que 301.000 familias quedaron fuera del programa, al parecer, por un cambio de priorización del Sisbén.
Además de los posibles problemas con las listas de beneficiarios, otro inconveniente que señaló el cabildante Jorge Colmenares (Centro Democrático) es la contratación de los alimentos y elementos de aseo que se incluyen en los mercados. Según el concejal, en solo un contrato entre las alcaldías locales y la Cruz Roja, firmado en el marco de urgencia manifiesta, se evidenciaron sobrecostos superiores a $10.000 millones al comparar el precio de los kits adquiridos para armar las canastas con los valores que se ofrecían en la plataforma Colombia Compra Eficiente.
Retos para que las ayudas sean permanentes
Ante las críticas, el Distrito no solo defendió los tres componentes de Bogotá Solidaria (transferencias monetarias, bonos y subsidios en especie), sino que afirmó que su objetivo es que los apoyos económicos sean una estrategia permanente, más allá de la pandemia, por lo que durante este año adelantarán la identificación de los hogares que aún no son beneficiarios de este programa.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, en 2020 ejecutaron cinco ciclos de transferencias monetarias a 828.994 hogares, por un valor de $317.298 millones, en un trabajo conjunto con el Gobierno Nacional. Para este año se han destinado $54.480 millones para atender durante el segundo pico de la pandemia a 566.126 hogares.
En este proceso es clave el papel de la Secretaría de Planeación, que aseguró trabajar de la mano del Gobierno Nacional “de manera que el Distrito atienda a unos hogares pobres y la nación atienda a otros”. Por tanto, previendo el aumento de pobreza para este año y teniendo en cuenta la actualización de las bases de datos, a partir de mayo se han atendido más hogares pobres con los programas de la nación.
Así las cosas, solo en mayo inició un cuarto giro de $240.000 para unos 350.000 hogares pobres de la ciudad, en concurrencia con los giros del Gobierno Nacional. “El Distrito complementa las transferencias de la nación para garantizar un ingreso mínimo. Para los hogares pobres que no reciben transferencias del Gobierno Nacional, el Distrito aporta todo el ingreso”, afirman en Hacienda.
El Distrito finalizó su defensa asegurando que están fortaleciendo los acuerdos con los operadores financieros para mejorar los registros de giros y así evitar que estén llegando a beneficiarios que no deberían recibirlos. Es un desafío porque si algo se identificó cuando inició la emergencia sanitaria fue que las bases de datos construidas durante años dejaron por fuera miles de hogares que nunca han tenido una mano del Distrito; pero se trata de un problema que lleva más de un año en reparación y todo indica que aún no se ha logrado subsanar.