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Racionamiento de agua bajaría su intensidad, ante recuperación de los embalses

Tras superar la alerta amarilla y con los embalses en un nivel que supera el 41%, el Distrito flexibilizaría la restricción, pero no la eliminaría. Se mantiene el llamado al ahorro.

Redacción Bogotá
25 de junio de 2024 - 05:32 p. m.
El sistema Chingaza, que es el más importante de la ciudad llegó a estar en el 14% de capacidad, algo nunca antes visto.
El sistema Chingaza, que es el más importante de la ciudad llegó a estar en el 14% de capacidad, algo nunca antes visto.
Foto: EFE - Carlos Ortega

Gracias a las lluvias y al ahorro de agua en los hogares, los embalses del sistema Chingaza (Chuza y San Rafael) muestran reales signos de recuperación, al punto de que hace 10 días superaron la alerta amarilla de desabastecimiento. El panorama, que es prometedor, llevó al alcalde Carlos Fernando Galán a anunciar cambios a la medida de racionamiento de agua, que se precisarán este miércoles en la mañana. Hasta donde se sabe, será más flexible, aunque no se eliminará del todo, para acelerar la recuperación total de las represas.

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Así lo dio a conocer el mandatario a través de su cuenta de X, quien destacó el buen comportamiento de los ciudadanos, desde que comenzó la restricción, el pasado 11 de abril. Vale recordar que, desde ese día, se dividió la ciudad en nueve zonas y cada día una de ellas se queda sin el servicio por 24 horas. Si bien, no se conocen en detalle las modificaciones que hará la administración a la medida, la que más fuerza toma es que el racionamiento ya no será diario, sino cada dos días, como lo indicó Caracol Radio.

Vale recordar que el objetivo del racionamiento es disminuir la demanda sobre el sistema Chingaza, que es el que abastece el 70% del agua potable de Bogotá y los municipios aledaños. Hoy, aunque los embalses superan el 41% de su nivel, la apuesta es que para octubre llegue al 70%, para garantizar el abastecimiento el próximo año. Por esta razón, la restricción no se levantará.

La administración seguirá insistiendo en el llamado a los ciudadanos de seguir ahorrando, con el fin de disminuir el consumo a 15m3/s, meta que solo se cumplió desde que comenzó la restricción. No obstante, la gente sí hizo su esfuerzo, que se vio representado en la disminución de un consumo promedio de 17,3 m3/s a casi 16 m3/s.

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Efrentando la crisis

La crisis del agua, que se vivió en este primer semestre en Bogotá, se preveía desde agosto pasado, cuando las represas no llegaron al nivel necesario para afrontar con solvencia hasta la nueva temporada de lluvias. Tradicionalmente, para el 15 de agosto, el sistema ha reportado niveles de llenado que oscilan entre el 80% y el 95 %, pero en los últimos años, esa tendencia cambió. Pasó de reportar 96% en 2022 a 63% el año pasado, lo que anticipaba un año con dificultades, en especial, por el anunciado fenómeno de El Niño, que espantó las lluvias, tan necesarias para mantener la salud del sistema. Así se rompió el equilibrio y tocó echar mano de los ahorros.

Las alarmas se dispararon el 14 de enero, cuando el nivel del sistema cayó por debajo del 38% y toco el terreno de la alerta amarilla (reservas para 120 días de abastecimiento), con dos particularidades: el sistema nunca había llegado a ese nivel y menos a comienzos de año. Tradicionalmente los niveles más bajos se reportan en abril, cuando se inicia un nuevo el ciclo de llenado de los embalses, con la primera temporada de lluvias del año. El asunto era que esa temporada estaba lejos y se debían gastar las reservas de agua.

La situación se agudizó el 12 de febrero, cuando se activó la alerta naranja, ya que el nivel cayó a 28% (reservas para 90 días), y se hizo crítica el 21 de marzo, cuando, por cayó por debajo de 19% (reservas para 60 días), lo que activó la bandera roja. El día más crítico fue el 18 de abril, que estuvo en 14,9% (reservas para 30 días). En poco más de dos meses el sistema mostró un deterioro vertiginoso, lo que obligó a decretar el racionamiento y a pedirles a los ciudadanos reducir el consumo de agua.

Con el racionamiento y las lluvias desde el pasado 11 de abril, la ciudad estuvo 40 días en alerta roja, desde el 21 de marzo hasta el 9 de mayo, cuando pasó a alerta naranja, en la que se mantuvo hasta comienzos de junio. Los embalses finalmente salieron de la zona de riesgo el pasado 15 de junio, cuando el nivel superó el 39%. Hoy, a la espera de las lluvias del fenómeno de La Niña, el panorama parece mejorar.

Controles solicitados:

Uno de los encargados en solicitar cifras posiciones en concreto fue concejal Daniel Briceño, quién citó a un debate de control político el pasado 8 de abril para que las instituciones responsables de esta medida expliquen las acciones tomadas frente a la escasez de agua, más allá del racionamiento.

De igual forma la Procuraduría le pidió al Distrito entregar informes sobre las alertas que desde el 2022 se han emitido frente a la probable disminución de los niveles de los embalses que surten a la capital del país.

Asimismo, el procurador ambiental, Gustavo Guerrero, le pidió a la Alcaldía adjuntar el plan de contingencias y las acciones operativas que se han realizado para que los embalses que proporcionan agua para consumo humano puedan cumplir con la demanda de abastecimiento y el crecimiento poblacional de la ciudad.

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Redacción Bogotá

Por Redacción Bogotá

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