Bicicletas compartidas en Bogotá, ¿la solución milagro a los trayectos de última milla?
En sus primeros seis meses de implementación se han realizado más de 420.000 viajes en el sistema de bicis compartidas de la ciudad. Aunque se ven resultados significativos, su impacto ambiental y social sigue siendo cuestionado.
Fernan Fortich
Desde la llegada del sistema de bicicletas compartidas a la ciudad, hace seis meses, los capitalinos han recorrido en promedio 7.692 kilómetros diarios en las calles y ciclorrutas, es decir, colectivamente una distancia similar a la que existe entre Bogotá y Lisboa.
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Desde la llegada del sistema de bicicletas compartidas a la ciudad, hace seis meses, los capitalinos han recorrido en promedio 7.692 kilómetros diarios en las calles y ciclorrutas, es decir, colectivamente una distancia similar a la que existe entre Bogotá y Lisboa.
De esta manera, en su presentación del balance de la primera etapa de este proyecto, el concesionario del sistema y el Distrito entregaron cifras que son, por lo menos, esperanzadoras. Se estima que desde su implementación se han realizado 420 mil viajes, lo que representaría cerca del 2,7% de los viajes de todo el sistema de movilidad.
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Según Tembici Colombia, concesionario del sistema, este ha sido uno de los mejores lanzamientos que ha tenido la empresa, que opera en 13 ciudades de la región, y cuyos resultados en Bogotá la ponen en el top 3 de ciudades con más viajes durante este primer trimestre de 2023, por encima de ciudades como São Paulo, Brasilia y Santiago de Chile.
No obstante, esta propuesta de movilidad sostenible, que surge a través de un modelo de contratación “sui generis” en la ciudad, aún tiene que enfrentar múltiples retos para consolidarse como una solución de la última milla, así como demostrar sus beneficios sociales y ambientales.
¿Cómo han utilizado el sistema los capitalinos?
Según datos oficiales, se estima que más de 55 mil personas han utilizado el sistema en sus más de 235 estaciones instaladas, a través de una concesión de explotación y mantenimiento del espacio público de la ciudad en los últimos seis meses.
“Los recorridos entre semana concentraron el 80% de los viajes, con tiempos promedio de los trayectos de 18 minutos. A esto se suman usuarios que realizan viajes recreativos o de bienestar en las bicicletas, usualmente los fines de semana, que representan el 20% del total de usos del sistema, con un tiempo promedio de viaje de 24 minutos”, precisó Simón Pinilla, gerente general de Tembici Colombia.
Las bicicletas compartidas son un fenómeno en aumento, con más de 3.000 sistemas en el mundo y la justificación es que este transporte es más competitivo en distancias cortas, que otros vehículos.
En ese sentido, según una encuesta del operador de sistema, se estima que el 61% de la usuarios utilizan frecuentemente las bicicletas compartidas para ir y volver del trabajo; el 38% para trámites y diligencias, y el 30% para temas recreativos.
Además, el análisis de las cifras ha permitido conocer que existen picos de consumo en momentos de congestión vehicular o protestas en la ciudad. Cabe señalar que la mayor cantidad de la demanda se concretan en el norte y el occidente, de los 28 kilómetros cuadrados del área de expansión, ubicada en el Centro Ampliado de la ciudad, es decir, de la localidad de La Candelaria hasta Usaquén.
“Las personas han visto la utilidad cuando el sistema de transporte público de la ciudad colapsa por cuestiones de lluvia o por manifestaciones. El reto en el mediano plazo es que sea una pieza integrada del sistema de movilidad del Distrito, tanto operacionalmente como financieramente”, manifestó José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad la Universidad Nacional.
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¿Movilidad verde?
Según una encuesta realizad por el operador del sistema, se estima que el 29% de los usuarios del sistema encuestados cambió sel uso del vehículo particular por la bicicleta. De esta manera, la empresa indica que en los seis meses de operación, se ha evitado la emisión de 115 toneladas de CO₂.
Ante esto, expertos indican que se trata de un impacto mínimo en la mejoría de la calidad del aire, debido a que sigue siendo un esfuerzo menor a las emisiones de todo el sistema de movilidad de la ciudad.
“El cálculo de la reducción de emisiones se hace de manera directa, es decir, una bicicleta equivale a un carro, por lo que si se usa la bici, por ende no se usa el carro, y, en teoría, se reducen las emisiones en esa cantidad”, explica Juan Carlos Benavides, experto en ecología y medioambiente de la U. Javeriana.
De esta manera, cálculos de Benavides, un carro durante seis meses emite en promedio 2,5 toneladas, por lo que la reducción de emisiones del sistema de bicicletas públicas correspondería al uso de 46 carros particulares durante este tiempo, algo mínimo en una ciudad con un parque automotor de casi 2,4 millones de vehículos.
Frene a esto, Tembici asegura que “con los más de 420.000 trayectos, se calcula que se han recorrido más de 1 millón 400 mil kilómetros, lo cual es un indicador del buen desempeño de la iniciativa, que le apuesta a una movilidad sostenible, estando al nivel de grandes ciudades a escala mundial durante el inicio de operación de modelos de bicicletas compartidas similares”.
Por su parte, el sistema surgió con el objetivo de poner, o al menos acercar, a la bicicleta como centro de movilidad en la capital colombiana. En ese sentido, en otras ciudades del mundo estos sistemas han fracasado por la falta de apoyo de la ciudadanía.
“El objetivo es generar más empatía y cuidado por las personas que se mueven en todos los medios de transporte, en particular, los más vulnerables. Esto es vital, porque en el caso del Sistema de Bicicletas Compartidas, este es prueba para la cultura de los bogotanos, para apropiarse y mantenerlo”, aseguró Deyanira Ávila, secretaria de Movilidad.
Por su parte, otro de los retos, según expertos, es mejorar los cerca de 600 kilómetros de ciclorrutas permanentes en Bogotá, cuya extensión por habitante dobla aquellas de ciudades como San Pablo y que es el escenario donde se ven movilizarse, en su mayoría, a las bicicletas del sistema.
“Creo que ha sido una apuesta positiva, pero hay que mejorar las condiciones de viaje, es decir, a partir de la infraestructura, garantizar las vida de los ciclistas. Ojalá se piense en expandir el sistema con otro nivel de ingreso en la ciudad”, aseguró José Stalin Rojas, experto en movilidad.
En ese sentido, actualmente el operador se encuentra realizando encuestas e investigaciones para determinar las zonas, en el mediano plazo, en donde se podrá expandir el servicio en la ciudad. Por el momento, está por verse cómo el sistema se consolidará como herramienta de movilidad sostenible para los ciudadanos.
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