Bicicletas compartidas: idea para remodelar la movilidad
A la par que se celebra la Semana de la Bici, con actividades pedagógicas, se lanza el Sistema de Bicicletas Compartidas, el cual, pese a la falta de claridad, los expertos creen que aportará a una movilidad diferente en la ciudad.
Fernan Fortich
Pedalear, este acto que comenzó hace siglos con el invento de la bicicleta, ha sido una de las principales apuestas en movilidad de las últimas administraciones de Bogotá, al punto de que hoy, con casi 500 kilómetros de ciclorrutas, es la ciudad de la región con más infraestructura exclusiva para biciusuarios. De esta manera, y para reflexionar sobre cómo se mueven los capitalinos, el Distrito organizó la Semana de la Bici (27 de septiembre al 2 de octubre), la cual, más allá de lo pedagógico, tendrá en el lanzamiento del Sistema de Bicicletas Compartidas la “joya de la corona”.
Este modelo, que entrará en operación este viernes 30 de septiembre y que funcionará a través de un formato de concesión de espacio público, dice el Distrito, es la respuesta al creciente interés por el mercado sostenible. “Empezará con un operador que estará casi siete años bajo una figura sui generis, porque lo que se concesiona es espacio público. El contratista operará, bajo unos indicadores de calidad, pero la retribución será en especie, es decir, en beneficios para la ciudad”, dijo Deyanira Ávila, secretaria de Movilidad.
De esta manera, la fiebre por los sistemas de bicicletas compartidas llega a la capital, con la premisa de ofrecer un medio de transporte distinto, para traslados diarios de ciudadanos o para la movilidad de turistas. Según los expertos, ampliar el espacio público para otros medios de transporte es una de las maneras de repensar el futuro de los entornos urbanos, que siguen siendo víctimas de una de las externalidades de las grandes urbes: la congestión y la contaminación.
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Un modelo ‘sui generis’
Las bicicletas compartidas son un fenómeno en aumento, con más de 3.000 sistemas en el mundo y la justificación es que este transporte es más competitivo en cortas distancias que otros vehículos. En la capital en su primera etapa se instalará en un área de 28 kilómetros cuadrados, en el centro ampliado de la ciudad, desde Usaquén hasta La Candelaria. Cabe señalar que el Distrito no invertirá recursos, sino que prestará el espacio. A su vez, el contratista recuperará su inversión a través de la tarifa y la publicidad en las estaciones y bicicletas.
El sistema contará con 300 estaciones (ya se han instalado 150), que recibirán 3.300 bicicletas, de las cuales 1.500 serán de pedaleo asistido, 150 manocletas, 150 bicicletas de cajón (o de carga) y 150 sillas para transportar a niñas y niños. Todas son de diseño colombiano y con piezas antirrobos. Los ciclistas que las han probado en los últimos días han dado su visto bueno, al calificarlas como mejores frente a otros intentos en la capital.
No obstante, a un día de su lanzamiento, no se conoce cuánto costará arrendar una bici y su método de pago ya genera debate. Lo que sí se sabe es que, según el Distrito, habrá descuentos de hasta el 20 % para poblaciones de menores ingresos y que su propósito es que más mujeres hagan uso de la modalidad. Y del pago, que será con tarjetas de crédito, a través de una APP, con membresía.
Para algunos, el lío con el medio de pago es que sería excluyente. “Este mecanismo se limita a quienes pueden pagar. Podría ser más adaptable si tuviese otros mecanismos de pago más allá de la tarjeta de crédito”, indicó José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la U. Nacional.
Nueva ciudad a través de la bici
Alrededor del espectáculo central, en la ciudad también habrá actividades pedagógicas, rodadas y conversatorios en torno a la bicicleta y cómo se movilizan los capitalinos. Y uno de los focos será el reimaginar la movilidad para todos los actores viales. “Algo que queremos proponer es reflexionar sobre el diseño de las calles, a partir de los actores que la viven y necesitan condiciones de seguridad. Se puede realizar priorizando la movilidad de otros actores, más allá de los carros particulares, para pensar el futuro de los entornos humanos”, señaló Carlos Urrego, coordinador urbano de la Iniciativa Bloomberg, para la Seguridad Vial.
En ese sentido, Urrego argumenta que el impulso de la cultura de la bicicleta también ayudará a reducir la siniestralidad en la ciudad, ya que se ha demostrado que entre más carros circulen, mayores serán las muertes en accidentes de tránsito.
“El objetivo es generar más empatía y cuidado por las personas que se mueven en todos los medios de transporte, en particular los más vulnerables. Esto es vital, porque en el caso del Sistema de Bicicletas Compartidas, este será una prueba para la cultura de los bogotanos, para apropiarse y mantenerlo”, aseguró Deyanira Ávila, secretaria de Movilidad.
Por el momento, el Distrito asegura que estudia otras zonas para implementar este sistema, que se basará en la estructura de movilidad que tiene la ciudad. Aunque su inclusión social y económica sigue sin ser clara, parece haber un consenso en que su arribo aportará a que los capitalinos se transporten de manera distinta.
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Este modelo, que entrará en operación este viernes 30 de septiembre y que funcionará a través de un formato de concesión de espacio público, dice el Distrito, es la respuesta al creciente interés por el mercado sostenible. “Empezará con un operador que estará casi siete años bajo una figura sui generis, porque lo que se concesiona es espacio público. El contratista operará, bajo unos indicadores de calidad, pero la retribución será en especie, es decir, en beneficios para la ciudad”, dijo Deyanira Ávila, secretaria de Movilidad.
De esta manera, la fiebre por los sistemas de bicicletas compartidas llega a la capital, con la premisa de ofrecer un medio de transporte distinto, para traslados diarios de ciudadanos o para la movilidad de turistas. Según los expertos, ampliar el espacio público para otros medios de transporte es una de las maneras de repensar el futuro de los entornos urbanos, que siguen siendo víctimas de una de las externalidades de las grandes urbes: la congestión y la contaminación.
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El sistema contará con 300 estaciones (ya se han instalado 150), que recibirán 3.300 bicicletas, de las cuales 1.500 serán de pedaleo asistido, 150 manocletas, 150 bicicletas de cajón (o de carga) y 150 sillas para transportar a niñas y niños. Todas son de diseño colombiano y con piezas antirrobos. Los ciclistas que las han probado en los últimos días han dado su visto bueno, al calificarlas como mejores frente a otros intentos en la capital.
No obstante, a un día de su lanzamiento, no se conoce cuánto costará arrendar una bici y su método de pago ya genera debate. Lo que sí se sabe es que, según el Distrito, habrá descuentos de hasta el 20 % para poblaciones de menores ingresos y que su propósito es que más mujeres hagan uso de la modalidad. Y del pago, que será con tarjetas de crédito, a través de una APP, con membresía.
Para algunos, el lío con el medio de pago es que sería excluyente. “Este mecanismo se limita a quienes pueden pagar. Podría ser más adaptable si tuviese otros mecanismos de pago más allá de la tarjeta de crédito”, indicó José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la U. Nacional.
Nueva ciudad a través de la bici
Alrededor del espectáculo central, en la ciudad también habrá actividades pedagógicas, rodadas y conversatorios en torno a la bicicleta y cómo se movilizan los capitalinos. Y uno de los focos será el reimaginar la movilidad para todos los actores viales. “Algo que queremos proponer es reflexionar sobre el diseño de las calles, a partir de los actores que la viven y necesitan condiciones de seguridad. Se puede realizar priorizando la movilidad de otros actores, más allá de los carros particulares, para pensar el futuro de los entornos humanos”, señaló Carlos Urrego, coordinador urbano de la Iniciativa Bloomberg, para la Seguridad Vial.
En ese sentido, Urrego argumenta que el impulso de la cultura de la bicicleta también ayudará a reducir la siniestralidad en la ciudad, ya que se ha demostrado que entre más carros circulen, mayores serán las muertes en accidentes de tránsito.
“El objetivo es generar más empatía y cuidado por las personas que se mueven en todos los medios de transporte, en particular los más vulnerables. Esto es vital, porque en el caso del Sistema de Bicicletas Compartidas, este será una prueba para la cultura de los bogotanos, para apropiarse y mantenerlo”, aseguró Deyanira Ávila, secretaria de Movilidad.
Por el momento, el Distrito asegura que estudia otras zonas para implementar este sistema, que se basará en la estructura de movilidad que tiene la ciudad. Aunque su inclusión social y económica sigue sin ser clara, parece haber un consenso en que su arribo aportará a que los capitalinos se transporten de manera distinta.
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