Bogdata: una apuesta tecnológica para el pago de impuestos que sigue en veremos
Tras cuatro años de la firma del contrato para implementar la herramienta, aún no se ven sus beneficios. Una apuesta ambiciosa y la falta de control del Distrito sobre el contratista son algunas de las críticas alrededor de una revolución tecnológica que solo ha mostrado fallas.
Fernan Fortich
El pago de impuestos este año en Bogotá generó malestar en los ciudadanos y dolores de cabeza al Distrito. Y no por el alza o la creación de un nuevo tributo, sino por el enredo a la hora de pagar, que se evidenció desde abril con los problemas para descargar los recibos de pago, las largas filas en los puntos de atención o las denuncias de pagos que no se reflejaban en los registros. El caos fue tal, que la administración no solo tuvo que ofrecer excusas, sino modificar dos veces el calendario tributario.
¿La razón detrás de la crisis? Los líos con la plataforma Bogdata, un software que anunciaron en 2017 como una novedosa herramienta para optimizar el pago de los impuestos y la gestión fiscal de la ciudad. No obstante, tras cuatro años de haberse firmado el contrato por $40.000 millones, y casi $35.000 millones en adiciones y prórrogas, sigue incompleta. Aunque los detractores califican el proyecto como un fracaso, para la administración sigue siendo una buena apuesta.
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La apuesta por un Big Bang
En 2017, la Alcaldía de Bogotá, bajo el mandato de Enrique Peñalosa, contrató un estudio con el Banco Mundial para analizar el sistema “Sí Capital”, que en ese entonces era la herramienta para el recaudo tributario. Luego del análisis, se hallaron 160 vulnerabilidades y 70 amenazas en la matriz del software, por lo que sugirieron o mejorar “Sí Capital”, implementar un nuevo software u operar en un sistema mixto.
Por costos se optó por la renovación. “Cuando se hizo la valoración, mantener ‘Sí Capital’ costaba $110.000 millones y mejorarlo en temas de seguridad casi $172.000 millones, mientras que una nueva plataforma costaba $93.000 millones”, relata Diana Blanco, subsecretaría de Hacienda.
El Distrito abrió la licitación, y en diciembre de 2017 se le adjudicó a la UT Core Tributario*, conformada por las empresas Corte Inglés (España) y Sinergia (México). Ellos tenían 24 meses para implementar el nuevo sistema, denominado Bogdata, que tenía dos componentes claves: la plataforma de interacción con usuarios, en la que contratistas y ciudadanos podían adelantar trámites y la herramienta de gestión interna.
El plazo para tenerla lista vencía a finales de 2019, pero se solicitaron tres prórrogas. En octubre de 2020, con dos años de retraso y la premura de ponerla a funcionar, creyeron tener todo listo. Decidieron internamente poner en operación la plataforma con todas sus funcionalidades (o Big Bang), lo que fue un error. El impedir una transición por fases puso las fallas al descubierto. Los funcionarios reportaron en promedio 700 incidentes al mes.
A pesar de eso, con el software aún en ambiente de prueba, a inicios de 2021 habilitaron la operación pública. Los conejillos de indias fueron los 71.000 contratistas del Distrito, que debían tramitar allí el pago de sus salarios, lo que fue un caos: todos denunciaron demoras y a muchos les tuvieron que pagar por ventanilla.
La contingencia obligó a la administración a volver al viejo sistema “Sí Capital”, mientras se iban corrigiendo los errores del nuevo programa. Pero en vez de solucionarlos de fondo, habilitaron más funciones. Hoy (se supone) debería servir para el pago de cinco de los siete impuestos de la ciudad. Pero lo que se vivió este año con el predial y el cambio dos veces del calendario tributario muestran que la plataforma sigue cruda.
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¿Falta de control?
A pesar de los múltiples problemas alrededor del contrato, las acciones del Distrito para corregir la situación no han sido contundentes o han sido infructuosas. Por ejemplo, el exalcalde Enrique Peñalosa solicitó a la Contraloría el 2 de enero de 2020 (dos días después de dejar su cargo) un control preferente sobre el contrato de Bogdata, por posibles incumplimientos. No obstante, como lo hizo después de dejar su cargo, el ente de control rechazó la solicitud. Por su parte, la actual administración, a través de la Secretaría de Hacienda, ha abierto varios procesos contra los contratistas, pero sin resultados.
Esto ha generado duras críticas a la administración por la falta de acciones ante los incumplimientos del contratista, que han afectado no solo a los ciudadanos, sino el recaudo tributario de la ciudad. El concejal Carlos Carillo (Polo Democrático), por ejemplo, asegura que la administración ha sido cómplice. “Puse una acción popular, en la que pedía que el Distrito usara sus facultades para sancionar al contratista, pero en la audiencia de cumplimiento se pusieron de su lado para no aplicarlas”.
Frente a esto, la Secretaría de Hacienda asegura que su posición no es imponer sanciones, sino buscar que se entregue el proyecto, que beneficiará a la ciudad. “Si el producto no está funcionando, la entidad no pagará el trabajo”, aclara Diana Blanco, subsecretaria de Hacienda.
Lo que viene para Bogdata
Luego de una reciente prórroga que le dio el Distrito al contratista para terminar la implementación de la plataforma, se espera que Bogdata entre a funcionar en pleno en septiembre de 2022 para, ahora sí, agilizar el recaudo y beneficiar las finanzas de la ciudad. De cumplirse, su verdadera prueba de fuego (que debió ser en 2020) será con el calendario tributario de 2023.
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Por ahora, mientras los críticos insisten en que toda esta situación podría afectar la buena cultura tributaria de la ciudad, la Secretaría de Hacienda asegura que es prematuro sacar conclusiones, ya que a la fecha los recaudos no se han visto afectados. Independiente de quién tiene la razón, lo cierto es que la gran revolución tecnológica en el pago de impuestos y la gestión transparente de la información fiscal sigue sin verse, pues el 73 % de los contribuyentes siguen usando el viejo sistema, que en 2017 creyeron obsoleto.
*¿Quién está detrás de la Unión Temporal Core Tributario?
En la licitación que abrió el Distrito para la implementación de Bogdata se recibieron cinco propuestas, entre las cuales fue seleccionada, a finales de 2017, la presentada por la Unión Temporal Core Tributario SHD.
Esta unión temporal está conformada por Sinergia de Negocio (México) y Informática El Corte Inglés SA (España). Sin embargo, esta última canceló su matrícula mercantil y fue liquidada en 2019. Un año después, la empresa cambio de nombre a Inetum España S.A, con actividades económicas relacionadas con la informática, procesamiento de datos, entre otras.
De acuerdo con el Registro Único de Proponentes (RUP), la sociedad española ha suscrito 19 contratos con el Estado, entre los cuales destacan la Agencia Nacional de Minería, Migración Colombia, la Alcaldía de Medellín, la Unidad Administrativa de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales, y la Alcaldía de Bogotá.
Por otra parte, la sociedad mexicana Sinergia de Negocio asegura en su portal operar en tres países en el desarrollo y soluciones de software. Sus príncipes clientes es el gobierno de Estado de Sonora, Fondo Nacional de Fomento al Turismo de México, y la Alcaldía de Bogotá. Cabe señalar que esta empresa no tiene documentación en el RUP.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
El pago de impuestos este año en Bogotá generó malestar en los ciudadanos y dolores de cabeza al Distrito. Y no por el alza o la creación de un nuevo tributo, sino por el enredo a la hora de pagar, que se evidenció desde abril con los problemas para descargar los recibos de pago, las largas filas en los puntos de atención o las denuncias de pagos que no se reflejaban en los registros. El caos fue tal, que la administración no solo tuvo que ofrecer excusas, sino modificar dos veces el calendario tributario.
¿La razón detrás de la crisis? Los líos con la plataforma Bogdata, un software que anunciaron en 2017 como una novedosa herramienta para optimizar el pago de los impuestos y la gestión fiscal de la ciudad. No obstante, tras cuatro años de haberse firmado el contrato por $40.000 millones, y casi $35.000 millones en adiciones y prórrogas, sigue incompleta. Aunque los detractores califican el proyecto como un fracaso, para la administración sigue siendo una buena apuesta.
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La apuesta por un Big Bang
En 2017, la Alcaldía de Bogotá, bajo el mandato de Enrique Peñalosa, contrató un estudio con el Banco Mundial para analizar el sistema “Sí Capital”, que en ese entonces era la herramienta para el recaudo tributario. Luego del análisis, se hallaron 160 vulnerabilidades y 70 amenazas en la matriz del software, por lo que sugirieron o mejorar “Sí Capital”, implementar un nuevo software u operar en un sistema mixto.
Por costos se optó por la renovación. “Cuando se hizo la valoración, mantener ‘Sí Capital’ costaba $110.000 millones y mejorarlo en temas de seguridad casi $172.000 millones, mientras que una nueva plataforma costaba $93.000 millones”, relata Diana Blanco, subsecretaría de Hacienda.
El Distrito abrió la licitación, y en diciembre de 2017 se le adjudicó a la UT Core Tributario*, conformada por las empresas Corte Inglés (España) y Sinergia (México). Ellos tenían 24 meses para implementar el nuevo sistema, denominado Bogdata, que tenía dos componentes claves: la plataforma de interacción con usuarios, en la que contratistas y ciudadanos podían adelantar trámites y la herramienta de gestión interna.
El plazo para tenerla lista vencía a finales de 2019, pero se solicitaron tres prórrogas. En octubre de 2020, con dos años de retraso y la premura de ponerla a funcionar, creyeron tener todo listo. Decidieron internamente poner en operación la plataforma con todas sus funcionalidades (o Big Bang), lo que fue un error. El impedir una transición por fases puso las fallas al descubierto. Los funcionarios reportaron en promedio 700 incidentes al mes.
A pesar de eso, con el software aún en ambiente de prueba, a inicios de 2021 habilitaron la operación pública. Los conejillos de indias fueron los 71.000 contratistas del Distrito, que debían tramitar allí el pago de sus salarios, lo que fue un caos: todos denunciaron demoras y a muchos les tuvieron que pagar por ventanilla.
La contingencia obligó a la administración a volver al viejo sistema “Sí Capital”, mientras se iban corrigiendo los errores del nuevo programa. Pero en vez de solucionarlos de fondo, habilitaron más funciones. Hoy (se supone) debería servir para el pago de cinco de los siete impuestos de la ciudad. Pero lo que se vivió este año con el predial y el cambio dos veces del calendario tributario muestran que la plataforma sigue cruda.
Podría interesarle: Tras las pistas de las muertes sistemáticas en el centro de Bogotá
¿Falta de control?
A pesar de los múltiples problemas alrededor del contrato, las acciones del Distrito para corregir la situación no han sido contundentes o han sido infructuosas. Por ejemplo, el exalcalde Enrique Peñalosa solicitó a la Contraloría el 2 de enero de 2020 (dos días después de dejar su cargo) un control preferente sobre el contrato de Bogdata, por posibles incumplimientos. No obstante, como lo hizo después de dejar su cargo, el ente de control rechazó la solicitud. Por su parte, la actual administración, a través de la Secretaría de Hacienda, ha abierto varios procesos contra los contratistas, pero sin resultados.
Esto ha generado duras críticas a la administración por la falta de acciones ante los incumplimientos del contratista, que han afectado no solo a los ciudadanos, sino el recaudo tributario de la ciudad. El concejal Carlos Carillo (Polo Democrático), por ejemplo, asegura que la administración ha sido cómplice. “Puse una acción popular, en la que pedía que el Distrito usara sus facultades para sancionar al contratista, pero en la audiencia de cumplimiento se pusieron de su lado para no aplicarlas”.
Frente a esto, la Secretaría de Hacienda asegura que su posición no es imponer sanciones, sino buscar que se entregue el proyecto, que beneficiará a la ciudad. “Si el producto no está funcionando, la entidad no pagará el trabajo”, aclara Diana Blanco, subsecretaria de Hacienda.
Lo que viene para Bogdata
Luego de una reciente prórroga que le dio el Distrito al contratista para terminar la implementación de la plataforma, se espera que Bogdata entre a funcionar en pleno en septiembre de 2022 para, ahora sí, agilizar el recaudo y beneficiar las finanzas de la ciudad. De cumplirse, su verdadera prueba de fuego (que debió ser en 2020) será con el calendario tributario de 2023.
LEA: Feminicidios y vencimiento de términos: ¿coctel de impunidad para las víctimas?
Por ahora, mientras los críticos insisten en que toda esta situación podría afectar la buena cultura tributaria de la ciudad, la Secretaría de Hacienda asegura que es prematuro sacar conclusiones, ya que a la fecha los recaudos no se han visto afectados. Independiente de quién tiene la razón, lo cierto es que la gran revolución tecnológica en el pago de impuestos y la gestión transparente de la información fiscal sigue sin verse, pues el 73 % de los contribuyentes siguen usando el viejo sistema, que en 2017 creyeron obsoleto.
*¿Quién está detrás de la Unión Temporal Core Tributario?
En la licitación que abrió el Distrito para la implementación de Bogdata se recibieron cinco propuestas, entre las cuales fue seleccionada, a finales de 2017, la presentada por la Unión Temporal Core Tributario SHD.
Esta unión temporal está conformada por Sinergia de Negocio (México) y Informática El Corte Inglés SA (España). Sin embargo, esta última canceló su matrícula mercantil y fue liquidada en 2019. Un año después, la empresa cambio de nombre a Inetum España S.A, con actividades económicas relacionadas con la informática, procesamiento de datos, entre otras.
De acuerdo con el Registro Único de Proponentes (RUP), la sociedad española ha suscrito 19 contratos con el Estado, entre los cuales destacan la Agencia Nacional de Minería, Migración Colombia, la Alcaldía de Medellín, la Unidad Administrativa de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales, y la Alcaldía de Bogotá.
Por otra parte, la sociedad mexicana Sinergia de Negocio asegura en su portal operar en tres países en el desarrollo y soluciones de software. Sus príncipes clientes es el gobierno de Estado de Sonora, Fondo Nacional de Fomento al Turismo de México, y la Alcaldía de Bogotá. Cabe señalar que esta empresa no tiene documentación en el RUP.
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