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La administración de Bogotá avanza en su estrategia para la electrificación del transporte público, con el objetivo de mejorar la movilidad urbana y reducir las emisiones contaminantes. Y como parte de este proceso, Transmilenio tiene en marcha la licitación Fase VI, que prevé adquirir 296 nuevos buses eléctricos, de estos 156 articulados y 140 biarticulados, alineándose con los objetivos de sostenibilidad de la ciudad y adelantando esfuerzos para modernizar el sistema con alternativas más ecológicas.
El proceso, según la empresa de transporte masivo, apenas está en etapa de prepliego, en la que los interesados podrán conocer las exigencias que deben cumplir los interesados en ser los proveedores de estos vehículos, que esperan poner a rodar por las diferentes troncales a partir del próximo año, pero principalmente desde el Patio Portal El Vínculo, ubicado en Soacha, y en el Patio Calle Sexta, ubicado en Bogotá. La adjudicación está prevista para mayo del próximo año.
Fabián La Rotta Morales, Gerente de Proyectos y Licitaciones de BYD y responsable del proyecto, habló de los vehículos que produce la compañía y de cómo, esta apuesta de la Alcaldía de Bogotá, si bien, en principio podría parecer más costosa que los buses tradicionales, esto se compensará en el largo plazo, siendo estos contratos de concesión con buses eléctricos, al menos, un 4 % más económicos que aquellos que incluyen buses de Gas Natural Vehicular.
“Aunque la inversión inicial en buses eléctricos es mayor, los costos operativos, como el mantenimiento y el consumo energético, permiten recuperar esta diferencia a largo plazo. Este beneficio se incrementará con el aumento progresivo del precio del diésel, lo cual es necesario para reducir el déficit en el sector del transporte”, sostiene La Rotta.
Para competir en este proceso, de acuerdo con el empleado de BYD, las unidades que ofertará su empresa estarán equipadas con chasis y baterías tipo “blade”, que ofrecen mayor seguridad, eficiencia y densidad energética. “Los sistemas de gestión térmica optimizan el espacio y el peso, permitiendo soluciones adecuadas para diferentes tipos de operación, ya sea en transporte urbano, intermunicipal o especial. Además, los semiconductores en los módulos de control permiten un consumo energético eficiente, extendiendo la autonomía de los vehículos”.
Los sistemas avanzados de eficiencia y las baterías Blade desempeñan un papel clave en la mejora de la sostenibilidad del transporte público. Gracias a estas innovaciones, se logran importantes reducciones en los costos operativos, lo que podría traducirse en tarifas más bajas para los usuarios.
A su vez, la mayor eficiencia energética y los rangos de operación extendidos de los buses eléctricos contribuyen a una disminución significativa de las emisiones de gases contaminantes y material particulado, alineándose con los objetivos de la administración y la ciudadanía en la electrificación de la flota de transporte público.
El impacto positivo de esta transformación, no solo se refleja en la reducción de emisiones de CO2, sino también en la mejora de la calidad del aire al disminuir la presencia de material particulado PM2.5. Este tipo de partículas finas es especialmente nocivo para la salud respiratoria, ya que se deposita en los pulmones, lo que contribuye a enfermedades respiratorias.
“Al reducir estas emisiones, el transporte público también alivia la presión sobre el sistema de salud pública, lo que representa un ahorro significativo. Según estudios, estas patologías relacionadas con la contaminación pueden generar costos de hasta 2 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la ciudad, lo que permite redirigir recursos hacia otros sectores clave como la salud, la educación y la infraestructura”, destaca La Rotta.
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Ventajas de la electrificación en el transporte público: impacto de los buses eléctricos en Bogotá
La adopción de buses eléctricos en Bogotá impulsa la sostenibilidad y ofrece beneficios tanto ambientales como económicos para la ciudad. A continuación, se detallan los aspectos más relevantes de esta transformación:
- Reducción de emisiones: Los buses eléctricos evitarán la emisión de entre 20.000 y 25.000 toneladas de CO2 anuales, lo que contribuye significativamente a la reducción de la huella de carbono y al combate contra el cambio climático.
- Ahorro económico: Con costos operativos entre $0.15 y $0.25 por kilómetro, estos vehículos logran un ahorro de entre el 60% y 80% en comparación con los buses diésel o de gas. Este ahorro se traduce en una inversión rentable a largo plazo.
- Mejora en la calidad de vida: Estos vehículos proporcionan un entorno más silencioso y seguro, lo que mejora la experiencia del usuario y promueve una vida urbana más saludable, reduciendo el ruido y la contaminación en las zonas urbanas.
- Compromiso con la innovación: Los buses integran tecnologías avanzadas, como un sistema de asistencia al conductor para prevenir accidentes, mejorando la seguridad vial. Además, las innovaciones en baterías permiten un rendimiento eficiente y seguro, resistiendo condiciones extremas y minimizando los riesgos de incendio.
- Gestión de baterías y carga: Están equipados con sistemas avanzados de monitoreo de baterías, como la Blade Battery, que ofrece mayor resistencia a sobrevoltajes, recalentamientos y colisiones. Esta tecnología de batería reduce prácticamente a cero el riesgo de incendio o explosión, posicionándola como una de las más seguras en el mercado de la movilidad eléctrica.
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De acuerdo con BYD, la movilidad eléctrica ha avanzado significativamente en términos de seguridad y eficiencia mediante el desarrollo de un Sistema de Monitoreo de Batería Avanzado. Este sistema supervisa en tiempo real parámetros clave, como la temperatura, el voltaje y la corriente de las baterías, lo que permite identificar cualquier irregularidad que podría generar riesgos, como el sobrecalentamiento.
Al detectar un problema, el sistema actúa de manera automática para corregir la situación, en pro la seguridad y el rendimiento óptimo de las baterías durante su operación.
La implementación de buses eléctricos en Colombia ha alcanzado más de 1.600 unidades operativas en diversas ciudades. Este avance contribuye a la descarbonización del sector transporte y está alineado con los objetivos de sostenibilidad del gobierno. Además, apoya la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica Sostenible, que forma parte del Plan Energético Nacional aprobado en 2020.