Bogotá en obra: los retos para reducir las brechas en la movilidad
Según un estudio realizado por INRIX, una firma de datos de movilidad, durante el año pasado Bogotá fue la primera ciudad con más tráfico en Latinoamérica y la sexta con más trancones en el mundo.
Daniela Villamarín Solorza
Fernan Fortich
La movilidad en la capital del país atraviesa un momento definitivo. Con más de 500 frentes de obras activos, que incluyen la primera Línea del Metro de Bogotá y las troncales alimentadoras de Transmilenio (avenidas 68 y Ciudad de Cali), la capital le apuesta a un sistema de movilidad multimodal y sostenible, que permita diversificar los medios de transporte; aumentar el espacio en la vía para ciclista y peatones, y reducir los tiempos de viaje para los ciudadanos.
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La movilidad en la capital del país atraviesa un momento definitivo. Con más de 500 frentes de obras activos, que incluyen la primera Línea del Metro de Bogotá y las troncales alimentadoras de Transmilenio (avenidas 68 y Ciudad de Cali), la capital le apuesta a un sistema de movilidad multimodal y sostenible, que permita diversificar los medios de transporte; aumentar el espacio en la vía para ciclista y peatones, y reducir los tiempos de viaje para los ciudadanos.
Bajo esta línea, en los últimos días la Alcaldía de Bogotá logró la adjudicación para la construcción del Cable Aéreo de San Cristóbal y la ampliación de la calle 13, para mejorar el ingreso y la salida de viajeros y de transporte de carga, en el occidente de la capital. Uno de los últimos proyectos, a punto de concretarse, es el Corredor Verde por la carrera Séptima que, según el Distrito, se consolida como la obra de ecourbanismo y movilidad más importante de la ciudad. Su licitación está aún ad portas de materializarse, con más de 20 firmas interesadas en el contrato.
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En ese sentido, Darío Hidalgo, experto de movilidad de la Universidad de Los Andes, apunta a que esta ampliación de infraestructura de transporte y renovación urbana es la más importante “desde 2000, con la implementación de Transmilenio. Sin embargo, ahora es multimodal, con el Metro, el Regiotram, y otras formas de transporte”.
Con el desarrollo de estas obras, la administración de Claudia López busca resolver los retos que implica moverse en la ciudad y vivir en una urbe con una congestión de talla mundial. La capital es, según la última información del Reporte Global de Tráfico, la quinta ciudad del mundo con más tráfico. La contaminación del aire, por su parte, desempeña un papel en la muerte prematura de 3.400 capitalinos al año, por la exposición a material contaminante PM 2.5.
Sin embargo, hay elementos puntuales por mejorar. Por ejemplo, la calidad y la seguridad en el sistema de transporte público, en la que se movilizan diariamente cerca de 2,5 millones de pasajeros en el sistema de Transmilenio y casi 2 millones en SITP. Según cifras de la Secretaría de Seguridad, en 2022 el hurto a personas en los buses del sistema incrementó 135,5% el año pasado, en comparación a 2021. Ante todo esto, ¿Cuál es el camino?
Los retos para la movilidad
Lo cierto es que la manera en la que los ciudadanos se movilizan en la capital ha cambiado en los últimos años, lo que estaría relacionado con las políticas públicas y las obras de infraestructura. En ese sentido, por ejemplo, muchos bogotanos se sienten cada vez más insatisfechos con el uso de vehículo particular, pero es peor su percepción con respecto al transporte público, según la encuesta Bogotá Cómo Vamos.
“Una posible explicación es por la cantidad de obras, que producen más atascos. Es decir, esta situación es un efecto colateral de los trabajos, más que un efecto directo de las políticas de movilidad”, indica José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional. A dicha insatisfacción podría atribuirse la disminución en la compra de autos nuevos en la región Bogotá-Cundinamarca, según datos del Registro Único Nacional de Transporte. Sin embargo, la compraventa de autos usados permanece igual.
En medio de esto, un nuevo protagonista toma fuerza: la motocicleta. “En el contexto urbano se observa que la moto es la más utilizada para viajar e ingresar a Bogotá y estamos viendo cómo le está quitando pasajeros a las rutas intermunicipales”, explicó Jorge Godoy, secretario de Movilidad de Cundinamarca. Algunos expertos indican que este crecimiento implica, no solo su consolidación como un vehículo familiar y recreativo, sino uno de los actores viales a los que más cuidado se le debe prestar, por su incidencia en las estadísticas de accidentalidad.
Ahora bien, con las obras de movilidad multimodal, que apuntan a fortalecer el transporte público, los expertos aseguran que aquí también hay retos. Uno de ellos, resolver el futuro de la primera línea del metro, ante la poca claridad de si se hará o no un tramo subterráneo, asunto en el que se siguen discutiendo temas técnicos y jurídicos, entre el Distrito y la Nación. De eso depende cuánto podrá contar la ciudad con el sistema en operación: 2028 o 2034.
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A pesar de la poca claridad frente al tema, las obras de la Primera Línea del Metro elevada no se detiene y hoy registran un avance del 68% en el patio taller y del 7% en el intercambiador de la calle 72. Además, recientemente el Ministerio de Hacienda entregó la contragarantía para la financiación de la segunda línea. Adicionalmente, las troncales alimentadoras de la Primera Línea, compuestas por la avenida 68 y Ciudad de Cali, registran importantes avances en su ampliación.
Mientras esto se define, es tiempo de pensar en la integración tarifaria y física de las otras formas de transporte alternativo que vienen creciendo en la ciudad, como es el caso del sistema de bicicletas compartidas, que hoy opera de manera independiente. En especial, en una ciudad donde se refuerza una apuesta por sistemas de transporte más amigables con el medio ambiente.
Espíritu sostenible
A pesar de que el futuro de la movilidad parece tener elementos claros, como su uso de energías limpias; el uso racional de los medios de transporte públicos y particulares; los desplazamientos no motorizados, y la electrificación del transporte público urbano, el verdadero reto es cómo hacerlo.
Entre los principales desafíos está la regulación de nuevos vehículos eléctricos, como patinetas y bicicletas, cuyo uso aumentó particularmente en la pandemia. Recientemente, la secretaría de Movilidad expidió una resolución para imponer condiciones, regular su uso y reducir la siniestralidad en los corredores exclusivos para ciclistas, espacios destinados a la movilidad sostenible en la ciudad.
La nueva normativa cobija para “vehículos tipo ciclomotor, tricimotor y cuadriciclo de combustión interna, eléctricos y/o de cualquier otro tipo de generación de energía”. Sin embargo, tal como otras medidas de movilidad, existen dudas sobre cómo se aplicarán las nuevas restricciones. “Es claro que el futuro de la movilidad es eléctrica. No obstante, no solo hay que pensar en la parte energética, sino en cómo nos movemos. Es posible eliminar la contaminación, pero se puede seguir con muertes de bajo carbono y congestiones limpias”, aseguró Darío Hidalgo, experto en movilidad.
Otro de los retos es el control a políticas de movilidad como el pico y placa solidario o las emisiones que generan ciertos vehículos en la capital. “Por el momento, está por consolidarse el control de las emisiones, particularmente del sector de transporte y carga. Además, también se ha registrado un descenso de las plataformas tecnológicas para el uso de patinetas y otras formas de transporte eléctricas, lo que muestra su falta de consolidación”, indicó Germán Prieto, experto de movilidad de la Universidad Tadeo Lozano.
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Si bien, las obras que avanzan en la capital demuestran esfuerzos por mejorar la movilidad, falta mucho para disfrutar de su efecto en la calidad de vida de los bogotanos. Por ahora, los ciudadanos tendrán que soportar años de trancones e incomodidades. Será primordial tener paciencia y seguir pensando en soluciones para transportarnos de manera segura y sostenible, mientras llega el día para saber si todo el esfuerzo realmente servirá para reducir los retrasos históricos que tiene Bogotá en materia de movilidad.
Para conversar sobre los retos a los que se enfrenta la ciudad y las propuestas para que en el futuro los ciudadanos puedan acceder a una movilidad más efectiva, accesible, segura y sostenible, la sección Bogotá de El Espectador realizará este jueves un conversatorio con funcionarios, expertos y miembros de organizaciones sociales, que tendrá lugar en la Feria Internacional del Libro, a partir de la 5 p.m.
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