Bogotá fue priorizada en declaración de desastre nacional: ¿por qué?
Según el Gobierno Nacional, esta declaratoria busca facilitar la movilización de recursos necesarios para atender a los damnificados en todo el país y mitigar los efectos negativos de las inundaciones y las sequías.
No es la primera vez que el Gobierno Nacional decreta la situación de desastre este año. Lo hizo en enero como respuesta a la situación de incendios forestales producto del fenómeno de El Niño, y fue no solo para mitigar las conflagraciones, sino para comenzar la restauración forestal de las hectáreas afectadas.
Ahora, ante la segunda temporada de lluvias y las emergencias que se han ocasionado, el presidente Gustavo Petro declaró desastre nacional por variabilidad climática, tras un Consejo Nacional de Gestión del Riesgo, donde fue aprobada por unanimidad dicha instancia.
En su declaración, el primer mandatario detalló que tres territorios fueron priorizados, entre ellos la capital. “Nos centraremos en todo el territorio nacional, pero hay tres zonas con una escala muchísimo mayor y es donde se concentrará parte del esfuerzo: la Alta Guajira, Chocó y Bogotá, por escasez de agua potable. El resto de la Nación, aparecerán nuevos puntos, que ameritan la atención de esta declaración”.
Asimismo, el presidente destacó que el aumento de la vulnerabilidad en la capital, viene agravándose, “en mi opinión, por una urbanización desaforada de la sabana de Bogotá”. Por su parte, el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, indicó que tendrá una reunión con los diferentes sectores locales para definir los presupuestos que atiendan las emergencias.
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Esta determinación, incluida en la legislación colombiana, da pie para que ambos poderes, tanto el central como el distrital, tomen acciones conjuntas de manera excepcional a través de unificación de presupuestos para resolver la emergencia, tanto a corto como a largo plazo.
Hasta el momento, el alcalde Carlos Fernando Galán no se ha pronunciado frente a este decisión.
UNGRD había recomendado no declarar situación de desastre en Bogotá
El 22 de octubre, los comités nacionales de Conocimiento y Manejo votaron de manera unánime no declarar una nueva situación de desastre por sequía y desabastecimiento de agua y recomendaron acogerse a la declaratoria vigente por el fenómeno El Niño (Decreto 037-2024).
Al detalle, el comité nacional concluyó que, bajo las condiciones actuales, manteniendo el racionamiento de agua hasta marzo de 2025 y haciendo un monitoreo constante de las medidas, no existen evidencias fácticas para tal declaratoria.
Fue entonces que recomendaron aunar esfuerzos enfocados a explorar aguas subterráneas y coordinar la entrega de información por parte del Acueducto de Bogotá a las entidades nacionales para hacer seguimiento a la situación hidrológica.
La decisión estuvo respaldada por el Distrito y la importancia de la misma, “porque se demostró que las acciones que se han venido tomando de manera articulada para reducir la presión sobre el sistema Chingaza han dado resultado. Estaremos atentos a acompañar las mesas técnicas para definir las acciones que se van a implementar”, manifestó la gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Natasha Avendaño.
Lo que vendría para Bogotá en una declaratoria de desastre
Una vez declara la situación de desastre, la Ungrd, en conjunto con las autoridades distritales, deberán elaborar un plan de acción que apunte a mitigar la emergencia, así como de restablecer sus efectos adversos. Dicho plan, en vista de su excepcionalidad, será de obligatorio cumplimiento para todas las entidades públicas o privadas que deban contribuir a su ejecución, en los términos señalados en la declaratoria y sus modificaciones. Este aspecto es el más importante, ya que permitirá, mientras se da la situación, sumar recursos y expedir directrices excepcionales para cumplir dicho plan.
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En vista de lo anterior, será incluir en el plan de la acción de la Ungrd cada una de las acciones que permitan no solo solventar la crisis hídrica, sino garantizar el abastecimiento. En ese orden de ideas es claro que, ante la sequía, la prioridad del Distrito es acceder a más agua para potabilizarla y abastecer a la ciudad. De ahí que una de las prioridades apunta al norte y a la posibilidad de que Bogotá pueda aprovechar en mayor cantidad el líquido del río Bogotá y el que hay en las represas de Neusa, Sisga y Tominé.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
No es la primera vez que el Gobierno Nacional decreta la situación de desastre este año. Lo hizo en enero como respuesta a la situación de incendios forestales producto del fenómeno de El Niño, y fue no solo para mitigar las conflagraciones, sino para comenzar la restauración forestal de las hectáreas afectadas.
Ahora, ante la segunda temporada de lluvias y las emergencias que se han ocasionado, el presidente Gustavo Petro declaró desastre nacional por variabilidad climática, tras un Consejo Nacional de Gestión del Riesgo, donde fue aprobada por unanimidad dicha instancia.
En su declaración, el primer mandatario detalló que tres territorios fueron priorizados, entre ellos la capital. “Nos centraremos en todo el territorio nacional, pero hay tres zonas con una escala muchísimo mayor y es donde se concentrará parte del esfuerzo: la Alta Guajira, Chocó y Bogotá, por escasez de agua potable. El resto de la Nación, aparecerán nuevos puntos, que ameritan la atención de esta declaración”.
Asimismo, el presidente destacó que el aumento de la vulnerabilidad en la capital, viene agravándose, “en mi opinión, por una urbanización desaforada de la sabana de Bogotá”. Por su parte, el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, indicó que tendrá una reunión con los diferentes sectores locales para definir los presupuestos que atiendan las emergencias.
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Esta determinación, incluida en la legislación colombiana, da pie para que ambos poderes, tanto el central como el distrital, tomen acciones conjuntas de manera excepcional a través de unificación de presupuestos para resolver la emergencia, tanto a corto como a largo plazo.
Hasta el momento, el alcalde Carlos Fernando Galán no se ha pronunciado frente a este decisión.
UNGRD había recomendado no declarar situación de desastre en Bogotá
El 22 de octubre, los comités nacionales de Conocimiento y Manejo votaron de manera unánime no declarar una nueva situación de desastre por sequía y desabastecimiento de agua y recomendaron acogerse a la declaratoria vigente por el fenómeno El Niño (Decreto 037-2024).
Al detalle, el comité nacional concluyó que, bajo las condiciones actuales, manteniendo el racionamiento de agua hasta marzo de 2025 y haciendo un monitoreo constante de las medidas, no existen evidencias fácticas para tal declaratoria.
Fue entonces que recomendaron aunar esfuerzos enfocados a explorar aguas subterráneas y coordinar la entrega de información por parte del Acueducto de Bogotá a las entidades nacionales para hacer seguimiento a la situación hidrológica.
La decisión estuvo respaldada por el Distrito y la importancia de la misma, “porque se demostró que las acciones que se han venido tomando de manera articulada para reducir la presión sobre el sistema Chingaza han dado resultado. Estaremos atentos a acompañar las mesas técnicas para definir las acciones que se van a implementar”, manifestó la gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Natasha Avendaño.
Lo que vendría para Bogotá en una declaratoria de desastre
Una vez declara la situación de desastre, la Ungrd, en conjunto con las autoridades distritales, deberán elaborar un plan de acción que apunte a mitigar la emergencia, así como de restablecer sus efectos adversos. Dicho plan, en vista de su excepcionalidad, será de obligatorio cumplimiento para todas las entidades públicas o privadas que deban contribuir a su ejecución, en los términos señalados en la declaratoria y sus modificaciones. Este aspecto es el más importante, ya que permitirá, mientras se da la situación, sumar recursos y expedir directrices excepcionales para cumplir dicho plan.
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En vista de lo anterior, será incluir en el plan de la acción de la Ungrd cada una de las acciones que permitan no solo solventar la crisis hídrica, sino garantizar el abastecimiento. En ese orden de ideas es claro que, ante la sequía, la prioridad del Distrito es acceder a más agua para potabilizarla y abastecer a la ciudad. De ahí que una de las prioridades apunta al norte y a la posibilidad de que Bogotá pueda aprovechar en mayor cantidad el líquido del río Bogotá y el que hay en las represas de Neusa, Sisga y Tominé.
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