Bogotá: los líos para combatir la evasión del pasaje en Transmilenio
El distanciamiento entre los capitalinos y el sistema de transporte público sigue siendo uno de los retos de la sostenibilidad de Transmilenio. Durante 2022 se aplicaron 68.596 comparendos por la evasión del pago. No obstante, se estima que máximo tres de cada 10 pasajeros estarían abordando sin pagar. Puertas anticolados ¿la solución?
Fernan Fortich
Los colados en el sistema de transporte público de Bogotá es un dolor de cabeza que crece cada día. La falta de cultura ciudadana y el hueco financiero que representa para las arcas del Distrito han llevado a la administración a desarrollar diferentes estrategias como los comparendos, poner a los infractores a hacer planas (como en la escuela), barreras metánicas y, ahora, las denominadas puertas anticolados.
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Los colados en el sistema de transporte público de Bogotá es un dolor de cabeza que crece cada día. La falta de cultura ciudadana y el hueco financiero que representa para las arcas del Distrito han llevado a la administración a desarrollar diferentes estrategias como los comparendos, poner a los infractores a hacer planas (como en la escuela), barreras metánicas y, ahora, las denominadas puertas anticolados.
Pero nada ha sido efectivo. Para la muestra, la escena que se vivió en la mañana de este miércoles, cuando el gerente de Transmilenio, Orlando Cely, hizo un recorrido con periodistas para presentar las nuevas puertas automáticas, para controlar el ingreso de las estaciones a los buses de Transmilenio. En una de las estaciones quedó registrado el momento cuando un hombre intentó, sin éxito, colarse a una estación.
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El episodio sirvió para demostrar que, por ahora, las nuevas puertas podrían ser una alternativa contra la evasión en el sistema, que en la capital varía entre el 15% y el 30% y le cuesta al Distrito alrededor de $550.000 millones al año.
El plan es instalar progresivamente 693 de las nuevas puertas, a través de un contrato cuya remuneración estará ligada a la calidad del servicio y el nivel de evasión. Entre menos colados haya, más ganará el contratista. Sin embargo, expertos indican que esta estrategia, sin una enfoque claro en la cultura ciudadana, podría ser un “cabo suelto” en el esfuerzo que busca garantizar la sostenibilidad del sistema.
El problema de la evasión
En los últimos años, en la capital, se ha registrado el aumento de la evasión del pasaje de Transmilenio, que sigue aumentando, según el gerente de Transmilenio, tras la crisis de la pandemia. “Lo que se ha encontrado es que después de la pandemia, este fenómeno ha crecido enormemente en la ciudad y tenemos que evitar que siga creciendo”, indicó Orlando Cely, gerente de Transmilenio.
En promedio, el 10% de validaciones diarias en el sistema Transmilenio corresponde a personas con discapacidad y personas con movilidad condicionada,
Según cifras de TM.
Se estima que en los portales, estaciones y buses de Transmilenio en Bogotá, tres de cada diez usuarios ingresaron al sistema sin pagar el pasaje, lo cual posiciona a la capital como la segunda ciudad con mayor índice de evasión en Latinoamérica, después de Santiago de Chile.
Pero el problema no es solo de recursos económicos. Según Transmilenio, el ingreso irregular a la estaciones también representan un problema de seguridad vial, representado en quienes han muerto intentando ingresar a las estaciones de manera irregular, así como la dificultad de como programar la operación de los trayectos de los casi 2.000 buses con los que cuenta el sistema.
En ese sentido, mientras la instalación de barreras físicas podrían mejorar la situación, el sistema de transporte público depende, en última instancia, de la honestidad y cultura ciudadana de los capitalinos, así como del control efectivo en la validación del pasaje y de las redes que revenden pasajes a las afueras de las estaciones, desfalcando el transporte público, aprovechando los subsidios para poblaciones especiales.
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La cultura del pasaje
Cómo indican expertos y estudios, la calidad del servicio es uno de elementos en la toma de decisiones de un evasor del pasaje, situación que ha sido un reto para la administraciones pasadas. En ese sentido, los capitalinos se han distanciado de Transmilenio y no tienen buen concepto del sistema. Un dato de la encuesta de Cámara de Comercio de Bogotá, sobre la percepción de los ciudadanos, indican que el 68% considera los biarticulados y estaciones como espacios inseguros.
“La cultura de pago en Transmilenio se ha ido deteriorando, como lo reflejan los niveles de evasión. La imagen de los capitalinos con respecto a Transmilenio refleja un descenso en la calificación del servicio de transporte en los últimos 10 años. La inseguridad, la incomodidad y algunas fallas en la prestación del servicio han contribuido a esta situación”, Jose Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional.
En 2023, Transmilenio, implementará 39 mil millones de pesos para enfrentar la evasión del pasaje
Según informe de Transmilenio.
Así, este descontento ha tomado diversas formas. Un ejemplo, son las actividades de un colectivo de artistas, bajo el nombre de “Teatro de la Conspiración”, que a través de performances artísticos, muestran las diferentes maneras de colarse en Transmilenio, bajo el pretexto de hacer una llamado a las personas.
“Lo que buscamos es hacer un dispositivo crítico en contra del estado del sistema de transporte de la ciudad. En estas prácticas, lo que hacemos es entrar en esos espacios cotidianos y es poderoso, porque son cosas que la gente puede hacer y que tiene el poder decidir si lo hace o no”, indicó Leonardo Carreño, miembro de la agrupación teatral que se ha vuelto viral en redes sociales.
En ese sentido, sigue siendo un reto la manera en que Transmilenio recupera la confianza de la ciudadanía, de los cuales, casi el 48% de los habitantes en la ciudad se movilizan en transporte público, según la Secretaría de Movilidad de Bogotá.
Otras sanciones
En esa lucha contra la evasión, recientemente el Concejo de Bogotá aprobó un Proyecto de Acuerdo, a través del cual autoriza la conmutación de multas, para personas hayan sido sancionadas por colarse en el sistema. Ahora podrán saldar su sanción a través de trabajos comunitarios o actividades pedagógicas, al interior del sistema de transporte público.
El proyecto, que presentó el concejal Julián Espinosa (Alianza Verde), busca combatir la cultura del no pago del pasaje en la ciudad a través de otras estrategias, ya que las sanciones económicas no han sido efectivas. “La sanciones se podrán saldar con actividades de servicio y limpieza en las estaciones o actividades pedagógicas, como repartir publicidad relacionada con el sistema”, indicó Espinosa a El Espectador.
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A pesar de la intención, el proyecto no estuvo libre de críticas. Algunos concejales aseguraron que este periodo ya se han aprobado proyectos similares sin que sean claros sus impactos. “Hay varios acuerdos del Concejo que tiene que ver con este tema de los colados, que es una problemática que lleva varios años. Sería importante hacer una evaluación de que tan eficiente ha sido la aplicación de estos proyectos”, aseguró la concejal María Victoria Vargas (Liberal).
Por ahora, siguen surgiendo iniciativas y estrategias para reducir los colados en Transmilenio. No obstante, mientras los ciudadanos no sientan que el sistema presta un servicio de calidad, será difícil atacar el principal detonante detrás de esta situación: la falta de sentido de pertenencia y de cultura ciudadana, con un sistema que, bien o mal, le sirve a la ciudad.
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