“Bogotá no es una ciudad segura para mujeres”: directora Fundación Feminicidios Colombia
En entrevista con El Espectador, Yamile Roncancio Alfonso, explica por qué es clave hablar del caso de Valentina Trespalacios como feminicidio. Asimismo, resalta que este delito viene en aumento en Bogotá y la importancia de fijarse en el cómo ocurrieron, más allá de las cifras.
Sara Caicedo
Mientras las autoridades avanzan en la investigación para esclarecer el feminicidio de Valentina Trespalacios y, en especial, recopilar pruebas contra John Poulos, principal sospechoso del crimen, la duda es cómo debe enfrentar la Fiscalía este caso. Yamile Roncancio Alfonso, directora de la Fundación Feminicidios Colombia, da pistas de cómo proceder.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Mientras las autoridades avanzan en la investigación para esclarecer el feminicidio de Valentina Trespalacios y, en especial, recopilar pruebas contra John Poulos, principal sospechoso del crimen, la duda es cómo debe enfrentar la Fiscalía este caso. Yamile Roncancio Alfonso, directora de la Fundación Feminicidios Colombia, da pistas de cómo proceder.
¿Por qué el crimen de Valentina Trespalacios es un feminicidio?
Este caso debe ser investigado como feminicidio y cumplir la Ley Rosa Elvira Cely. La Corte emitió una sentencia en la que incluyen varias causas para que un crimen sea catalogado así. Y es que no solo se debe cumplir con las condiciones del artículo 104A, sino que se tiene que observar, de manera previa o posterior, los elementos que permitan inferir la naturaleza del crimen. Si una busca los casos de homicidios, en los que las víctimas son hombres, es poco usual que haya disposición de los cuerpos en maletas, basuras o bolsas. En cambio, en los casos de feminicidios, en donde las mujeres terminan en la basura, se deja claro el desprecio por la vida de las mujeres.
¿Qué más se debe tener en cuenta?
Hay que revisar cuánto tiempo pasó Valentina sin hablar con su familia, ya que la desaparición forzada es común en los feminicidios y tiene como finalidad generar dolor. Por otra parte, Medicina Legal habla de que la joven presentaba signos de asfixia mecánica provocada con una cuerda, y esta es una tendencia en los casos de feminicidio. Otro indicio es que si John Poulos no tuviera relación con la muerte, estaría preocupado y se hubiera presentado ante las autoridades, pero el hecho de huir da a entender que cometió un feminicidio íntimo.
¿Cuál es el panorama de los feminicidios en Bogotá?
La capital ha tenido fluctuaciones hacia arriba en feminicidios. En 2019 hubo un crecimiento, y una leve disminución en 2021 y 2022. Sin embargo, está lejos de lo que se quiere y Bogotá no es una ciudad segura para las mujeres. Los casos contienen formas evidentes de desprecio por la vida de las mujeres. Cabe recordar que, al menos el año pasado, hallaron cuatro cadáveres a las afueras de Bogotá y hay casos con desmembramientos y disposiciones en bolsas.
Como en el caso de Valentina...
El caso de Valentina no es diferente a otros que han ocurrido en el país. Y digamos que esa es la tendencia de lo que hemos venido insistiendo, y es que no es tan importante observar las cifras, aunque representan vidas. El asunto es que la tendencia en Colombia es un recrecimiento aterrador, con desapariciones forzadas, desmembramientos, tortura, desfiguramiento e incineraciones en vida, es decir, no es solo la cifra, sino cómo ocurren los feminicidios. Y el crimen de Valentina es otra muestra por el desprecio hacia las mujeres.
Ya hay memes por el asunto de la disposición en la maleta, por el juzgamiento social que hay en el que se habla del cómo vestía y adicionalmente el hecho de que tuviera una relación con un extranjero. Todo esto se debe revisar y entender que jamás es culpa de la víctima.
Cuestionable que se centren en su relación más que en el crimen.
Es importante cuestionar esa cosificación sobre las mujeres colombianas, ese insistir en ver a Colombia como el paraíso del turismo sexual, lo que es un delito. Y hay una cantidad de extranjeros que ven a las mujeres como cosas, que se pueden comprar o vender. Hay que derribar esa fama del supuesto sueño de las colombianas de casarnos con un extranjero que nos mantenga, porque la realidad es que la mayoría de víctimas de feminicidio, que tienen entre 18 y 49 años, eran mujeres trabajadoras, con sus profesiones, oficios, estudiaban y demás. No había ninguna dependencia económica allí, pero esa creencia, ese rumor que se ha hecho sobre las colombianas, hacen que nos vean así.
Hay que derribar esa fama del supuesto sueño de las colombianas de casarnos con un extranjero que nos mantenga,
Yamile Roncancio Alfonso, directora de la Fundación Feminicidios Colombia
Igual de cuestionable lo de los memes
En cuanto al caso de Valentina, realmente estoy aterrada de todos los post en redes sociales que utilizan las fotos más hipersexualizadas y el cómo la gente dispone a su antojo la imagen de ella. Nadie tiene derecho a usar la imagen de una víctima y menos desde una hipersexualización, que va a desatar comentarios bajos, misoginia y otras violencias.
¿Cómo ha sido el papel del Distrito y el Gobierno frente a los feminicidios?
El Estado no hace nada para frenarlos. No hay campañas fructíferas, basadas en la evidencia, que profundicen en que se tiene que erradicar la violencia. Mire esa campaña de la Alcaldía llamada: “Da el primer paso, Bogotá te acompaña a dar el segundo”... ¿Qué quieren decir? Uno piensa, ¿la mujer tenía que dar el primer paso? ¿Cómo o cuándo? ¿Eso quiere decir que si hay un feminicidio es culpa de la víctima si no denunció antes?
¡No! Los que tienen que dar el primer paso son el Estado y los hombres, ni siquiera nosotras para denunciar. Hay casos de mujeres que denunciaron 12 veces antes de que las mataran. Entonces, ¿cómo confiar en un sistema que no responde efectivamente a estos casos? Y esto no solo corresponde a las cifras, sino a las formas como las matan. No estoy viendo cambio en la mentalidad de quienes toman decisiones ni un diálogo con las organizaciones que sabemos del tema.
La creencia de los feminicidas de que las mujeres son propiedades y de esos actos de “te meto en una maleta y te tiro a la basura”, muestra que nos ven como cosas.
Y el otro mensaje que deja todo esto es el del un Estado ausente, que dice: ¡Qué vaina que te maten! Pero vamos a trabajar en el narcotráfico, el microtráfico, la paz total con grupos al margen de la ley, pero con las mujeres no. Así es difícil, y seguro esta conversación la repetiremos en un futuro.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.