El equipo del doctor Jiménez, en cargado de la gestión de la red de atención para reducir la atención en ACV.
Foto: Secretaría de Salud
Tres horas y dos traslados entre hospitales pasaron para que Nubia Flórez fuera atendida, cuando sufrió un ACV en 2021. La pericia con la que finalmente fue auxiliada y “un milagro”, dice ella, lograron salvarle la vida cuando uno de los vasos sanguíneos de su cerebro colapsó y le produjo en un accidente cerebrovascular isquémico.
Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com