Bogotá, sin vehículos de tracción animal
La Secretaría de Movilidad espera retirar las carretas de las calles en 2011.
Nathaly Martínez Ariza
Para finales del próximo año se espera que las carretas de tracción animal, más conocidas como “zorras”, ya no existan en la ciudad. Actualmente hay 2.470 carreteros, los cuales tienen un ingreso diario de $74.071 . El 83% de ellos se encuentra afiliado al Sisben y el 8,7% lo está a programas como Familias en Acción o comedores comunitarios, según un estudio de la Universidad Distrital. Juan Carlos Tarquino, director de Estudios Sectoriales de la Secretaria de Movilidad, explica los avances de la estrategia, que empezó en 2009.
¿Cómo es el proceso para retirar los vehículos de tracción animal?
Largo, lo hemos dividido en dos fases. La primera empezó en agosto de 2009 con un convenio con la Universidad Distrital, que fue la que realizó el censo de vehículos de tracción animal, que consta de tres elementos: la carreta, el caballo y la persona. A cada carreta se le puso una plaqueta de seguridad que en el momento en que se la quitaran se destruía, es decir, que no se le puede cambiar ni poner a otra carreta; a cada uno de los caballos se le implementó un chip en el cuello con tarjeta electrónica, por medio del cual teníamos todos los datos del animal, y a cada carretero se le aplicó una encuesta que determinó el nivel de ingresos, nivel educativo, núcleo educativo, núcleo familiar y si estaba o no afiliado a un régimen de salud. Con los resultados se pudieron estructurar escenarios alternativos para que los carreteros elijan por cuál van a sustituir su actividad.
¿Y la segunda fase?
La segunda fase, que estamos iniciando, contempla tres componentes. El primero es una coordinación institucional entre Integración Social, la Unidad Ejecutiva de Servicios Públicos, las secretarías de Gobierno, Educación y Desarrollo Económico. Juntos estamos estructurando una serie de escenarios que planteó la Universidad Distrital, en los que se podrían desempeñar reciclando en motocarro, trabajando en una planta de reciclaje o creando su propio negocio por medio de proyectos productivos.
¿Cuánto demora esta fase?
Esperamos a que culmine antes de 2011.
¿Todos los carreteros podrían usar el motocarro?
No, eso depende del que pueda manejarlo, porque hay muchos carreteros que no pueden sacar una licencia de conducción, porque la mayoría no tienen ni educación primaria. Es por eso que en el proceso de capacitación involucramos a las secretarías. En este caso la Secretaría de Educación ayuda a escolarizar a los que no tienen educación. La de Salud, ayuda a los que no tienen Sisbén ni afiliación a ningún régimen de salud. La de Integración Social ayuda con programas para el adulto mayor o para madres cabeza de familia.
¿Qué pasará con los animales?
No hemos tomado la decisión. Luego de todas las fases, pensaremos en adoptarlos.
¿Y qué pasa si los carreteros no se quieren vincular?
La idea es que todos se acojan, les mostraremos las virtudes de los escenarios sustitutos, y cuando encuentren que es más cómodo y más benéfico para ellos y sus familias, lo van a hacer.
Para finales del próximo año se espera que las carretas de tracción animal, más conocidas como “zorras”, ya no existan en la ciudad. Actualmente hay 2.470 carreteros, los cuales tienen un ingreso diario de $74.071 . El 83% de ellos se encuentra afiliado al Sisben y el 8,7% lo está a programas como Familias en Acción o comedores comunitarios, según un estudio de la Universidad Distrital. Juan Carlos Tarquino, director de Estudios Sectoriales de la Secretaria de Movilidad, explica los avances de la estrategia, que empezó en 2009.
¿Cómo es el proceso para retirar los vehículos de tracción animal?
Largo, lo hemos dividido en dos fases. La primera empezó en agosto de 2009 con un convenio con la Universidad Distrital, que fue la que realizó el censo de vehículos de tracción animal, que consta de tres elementos: la carreta, el caballo y la persona. A cada carreta se le puso una plaqueta de seguridad que en el momento en que se la quitaran se destruía, es decir, que no se le puede cambiar ni poner a otra carreta; a cada uno de los caballos se le implementó un chip en el cuello con tarjeta electrónica, por medio del cual teníamos todos los datos del animal, y a cada carretero se le aplicó una encuesta que determinó el nivel de ingresos, nivel educativo, núcleo educativo, núcleo familiar y si estaba o no afiliado a un régimen de salud. Con los resultados se pudieron estructurar escenarios alternativos para que los carreteros elijan por cuál van a sustituir su actividad.
¿Y la segunda fase?
La segunda fase, que estamos iniciando, contempla tres componentes. El primero es una coordinación institucional entre Integración Social, la Unidad Ejecutiva de Servicios Públicos, las secretarías de Gobierno, Educación y Desarrollo Económico. Juntos estamos estructurando una serie de escenarios que planteó la Universidad Distrital, en los que se podrían desempeñar reciclando en motocarro, trabajando en una planta de reciclaje o creando su propio negocio por medio de proyectos productivos.
¿Cuánto demora esta fase?
Esperamos a que culmine antes de 2011.
¿Todos los carreteros podrían usar el motocarro?
No, eso depende del que pueda manejarlo, porque hay muchos carreteros que no pueden sacar una licencia de conducción, porque la mayoría no tienen ni educación primaria. Es por eso que en el proceso de capacitación involucramos a las secretarías. En este caso la Secretaría de Educación ayuda a escolarizar a los que no tienen educación. La de Salud, ayuda a los que no tienen Sisbén ni afiliación a ningún régimen de salud. La de Integración Social ayuda con programas para el adulto mayor o para madres cabeza de familia.
¿Qué pasará con los animales?
No hemos tomado la decisión. Luego de todas las fases, pensaremos en adoptarlos.
¿Y qué pasa si los carreteros no se quieren vincular?
La idea es que todos se acojan, les mostraremos las virtudes de los escenarios sustitutos, y cuando encuentren que es más cómodo y más benéfico para ellos y sus familias, lo van a hacer.