Bogotá superó los niveles de contaminación permitidos por la OMS: Greenpeace
Luego de realizar un estudio se estableció que menores de edad de centros educativos ubicados en Kennedy, Puente Aranda y Fontibón son los más afectados. Aquí le contamos cuáles son los contaminantes y en cuánto se ha excedido la capital.
En el marco de la conmemoración del día internacional del Aire Limpio, este 7 de septiembre, Greenpeace publicó un análisis sobre la calidad del aire que se respira en el occidente de Bogotá, especialmente en los entornos escolares a donde tuvieron que regresar los menores de edad tras la reactivación por la pandemia.
Dicho estudio dejó entre ver que los niveles de contaminación, además de superar los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud, serían la causa de la pérdida de, por lo menos, 5.400 vidas durante el año pasado.
“Desde Greenpeace analizamos cuatro instituciones educativas en las localidades de Kennedy, Puente Aranda y Fontibón, ubicadas en zonas cercanas a cuatro estaciones de monitoreo y en áreas atravesadas por vías con mucho tráfico, probablemente expuestas a una mayor contaminación del aire debido a la alta movilidad vehicular e industrias en esas zonas. Sin embargo, mientras los niños transitan por estas ubicaciones, desconocemos los índices de contaminación de aire presentes a los niveles de la calle”, señaló Tatiana Céspedes, Coordinadora de la campaña Nueva Ciudad de Greenpeace.
La organización ambiental estableció que actualmente los límites de contaminación en la capital sobrepasaron en un 150% según los rangos que ha establecido la OMS, por lo que la entidad ha prendido sus alarmas debido a que en estas zonas en donde se realizó la medición hay jardines infantiles e instituciones educativas distritales y privadas.
Situaciones como esta podría generar, según Céspedes, problemas de desarrollo neurológico, infecciones respiratorias y pulmonares, llegando incluso a desarrollar cáncer, además “los niños expuestos a la contaminación del aire, en la etapa prenatal y temprana, también tienen a experimentar resultados adversos para la salud en la edad adulta”, aseguró.
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Otro de los datos que dio a conocer este estudio es que se determinó que en la capital más del 60% de las emisiones provienen del transporte terrestre, mientras que el 40% restante es emitido por fuentes fijas tales como fábricas. Entre los materiales más contaminantes y dañinos se encuentra, en primer lugar, el dióxido de nitrógeno y el material particulado, también conocido como PM10 y PM2.5.
“Creemos que el gobierno debe liderar un sistema de monitoreo de calidad de aire que mida lo que realmente están respirando los niños y asegurar el derecho de los ciudadanos al aire limpio y a un ambiente sano”. concluyó la coordinadora de la campaña.
En el marco de la conmemoración del día internacional del Aire Limpio, este 7 de septiembre, Greenpeace publicó un análisis sobre la calidad del aire que se respira en el occidente de Bogotá, especialmente en los entornos escolares a donde tuvieron que regresar los menores de edad tras la reactivación por la pandemia.
Dicho estudio dejó entre ver que los niveles de contaminación, además de superar los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud, serían la causa de la pérdida de, por lo menos, 5.400 vidas durante el año pasado.
“Desde Greenpeace analizamos cuatro instituciones educativas en las localidades de Kennedy, Puente Aranda y Fontibón, ubicadas en zonas cercanas a cuatro estaciones de monitoreo y en áreas atravesadas por vías con mucho tráfico, probablemente expuestas a una mayor contaminación del aire debido a la alta movilidad vehicular e industrias en esas zonas. Sin embargo, mientras los niños transitan por estas ubicaciones, desconocemos los índices de contaminación de aire presentes a los niveles de la calle”, señaló Tatiana Céspedes, Coordinadora de la campaña Nueva Ciudad de Greenpeace.
La organización ambiental estableció que actualmente los límites de contaminación en la capital sobrepasaron en un 150% según los rangos que ha establecido la OMS, por lo que la entidad ha prendido sus alarmas debido a que en estas zonas en donde se realizó la medición hay jardines infantiles e instituciones educativas distritales y privadas.
Situaciones como esta podría generar, según Céspedes, problemas de desarrollo neurológico, infecciones respiratorias y pulmonares, llegando incluso a desarrollar cáncer, además “los niños expuestos a la contaminación del aire, en la etapa prenatal y temprana, también tienen a experimentar resultados adversos para la salud en la edad adulta”, aseguró.
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Otro de los datos que dio a conocer este estudio es que se determinó que en la capital más del 60% de las emisiones provienen del transporte terrestre, mientras que el 40% restante es emitido por fuentes fijas tales como fábricas. Entre los materiales más contaminantes y dañinos se encuentra, en primer lugar, el dióxido de nitrógeno y el material particulado, también conocido como PM10 y PM2.5.
“Creemos que el gobierno debe liderar un sistema de monitoreo de calidad de aire que mida lo que realmente están respirando los niños y asegurar el derecho de los ciudadanos al aire limpio y a un ambiente sano”. concluyó la coordinadora de la campaña.