En 1807 la ciudad contaba con seis pilas y 24 “chorros”, para abastecer agua a los 22.804 habitantes. La administración del agua de la ciudad pasó por varios procesos de concesión a privados que resultaron en contratos de acueducto que no hicieron. La población crecía y solo hasta 1871, con 63.032 habitantes, se inicia la construcción de los primeros tramos de alcantarillado subterráneo. Para finales del siglo XX, la ciudad abastecía únicamente a cerca del 15 % de la población, con más de 2.800 "plumas" particulares y 38 en Chapinero.
Foto: Daniel Rodríguez (1914 - 2001)
La formación de lo que hoy es la Sabana, donde se edificó Bogotá, tiene su origen en el agua. La ciudad está rodeada por cuatro páramos (regiones montañosas de 2.900 a 5.000 metros de altura), que funcionan como fábricas del recurso vital. Allí nacen los ríos que fluyen a lo largo del territorio y de donde se obtiene el líquido que consumen cerca de ocho millones de capitalinos y dos millones de habitantes de la región.
Por Juan Camilo Parra
Periodista egresado de la Universidad Externado de colombia con experiencia en cubrimiento de orden público en Bogotá.jparra@elespectador.com