Bogotá vuelve a ser anfitriona del Sudamericano Sub-20: así se preparó la ciudad

Este año, Bogotá vuelve a ser anfitriona de grandes eventos deportivos. En esta ocasión, acogerá a las selecciones que llegan al hexagonal final del Campeonato Sudamericano Sub-20, uno de los torneos continentales más importantes del fútbol juvenil.

Este año, Bogotá vuelve a ser anfitriona de grandes eventos deportivos. En esta ocasión, acogerá a las selecciones que llegan al hexagonal final del Campeonato Sudamericano Sub-20, uno de los torneos continentales más importantes del fútbol juvenil.

Este 31 de enero llegarán a la capital los seis mejores equipos del torneo para disputar la fase final. Este último ciclo de la competencia es decisivo porque, además de decidir el campeón, otorgará cuatro cupos a la Copa Mundial de Fútbol Sub-20, que se realizará en Indonesia, en mayo de este mismo año. Por otra parte, las selecciones que queden en los tres primeros lugares participarán en los Juegos Panamericanos de 2023, los cuales tendrán lugar en Santiago de Chile.

Ante el reto de acoger un evento deportivo de tal magnitud, el Distrito, en cabeza de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y del Instituto Distrital de Recreación y Deporte – IDRD, hizo una serie de adecuaciones en la infraestructura de algunos espacios. El objetivo, según las entidades, es presentar a la ciudad como un escenario ideal para eventos de talla internacional.

“La ciudad está lista para recibir a las selecciones participantes que lleguen a la etapa final del Sudamericano Sub 20. Los escenarios escogidos para la competencia y los entrenamientos son de calidad, se han hecho las adecuaciones solicitadas por la Conmebol. Queremos seguir posicionando la capital del país, como una ciudad que le apuesta al deporte, a la sana convivencia y a los grandes eventos. Sabemos la importancia del torneo y queremos demostrar que Bogotá está más viva que nunca”, señala Blanca Durán, directora del IDRD.

En la jugada con calidad

Los partidos del hexagonal tendrán lugar en el Estadio Metropolitano de Techo y en el Estadio Nemesio Camacho El Campín, el más grande de Bogotá. Para el desarrollo de entrenamientos de selecciones y árbitros, se contará con los estadios del Parque Recreodeportivo El Salitre (PRD), el estadio El Campincito y el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera.

De acuerdo con el IDRD, en el estadio Metropolitano de Techo se realizó la adecuación más importante: cambiaron la iluminación por bombillas led, que permitirán un ahorro de energía de casi 30 % con respecto a la iluminación anterior. El propósito de este cambio liderado por la Alcaldía de Bogotá es reducir la huella de carbono en la ciudad. En este escenario también se realizaron intervenciones para un cuarto camerino, zonas de calentamiento y nuevos bancos. Por su parte, la sala de prensa contará con una nueva plataforma para el uso de los periodistas.

Por su parte, en el Parque Estadio Olaya Herrera se construyó un segundo camerino que beneficiará el desarrollo del Campeonato Sudamericano. En este escenario deportivo, que próximamente tendrá su apertura como el tercer estadio profesional de la capital del país, también se realizó el cambio de bancos para jugadores.

De acuerdo con la subdirección de parques del IDRD, área encargada de administrar y mantener la red de escenarios públicos de la ciudad, en El Campín fue necesario aumentar la capacidad de los camerinos auxiliares, para completar los 23 cambiadores exigidos por la Conmebol para la competencia. Según la entidad, en el escenario ya se habían realizado adecuaciones, que incluyeron iluminación interna y externa conforme a la regulación vigente.

Finalmente, en los estadios Carlos Arturo Rueda del parque Recreodeportivo El Salitre y El Campincito se realizó mantenimiento a los camerinos y se adecuaron las duchas. Mientras que en el estadio del parque Tabora, ubicado en la localidad de Engativá, se desarrollaron adecuaciones de iluminación en la cancha y en los camerinos.

Según informó la directora del IDRD, con las adecuaciones y mejoras de los diferentes espacios deportivos de la ciudad, no solo se benefician los deportistas que vienen a competir en torneos internacionales, sino también las ligas locales y nacionales. “La relación entre infraestructura y calidad de vida es indudable. Por eso, la adecuación de nuevos espacios para que hombres y mujeres puedan jugar fútbol en la ciudad, es otra de nuestras causas”, expresó Blanca Durán.

Es importante resaltar que Bogotá ya ha sido anfitriona en el Campeonato Sudamericano Sub-20 de 1964, hace 59 años. En dicha oportunidad, se jugaron cuatro partidos en el Estadio Nemesio Camacho El Campín durante la fase inicial del torneo.

Además, cabe recordar que la última vez que el estadio El Campin fue sede de un partido de la selección Colombia, en cualquiera de sus categorías, fue el 3 de junio del 2019, cuando recibió a la selección de Panamá en un encuentro de preparación de la Copa América, que se llevó a cabo en Brasil ese año.

Ganancias para la sede van más allá del dinero

La Administración Distrital espera que cerca de 7.000 mil turistas, tanto nacionales como extranjeros, lleguen a la ciudad para disfrutar el hexagonal final del Campeonato Sudamericano Sub-20 de Fútbol. El Distrito, desde el Instituto Distrital de Turismo, adelanta acciones enfocadas en garantizar la calidad y competitividad de los servicios turísticos presentes en la capital durante dicho torneo.

De acuerdo con la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, las ganancias económicas que dejan este tipo de eventos deportivos son dos y hasta tres veces superiores a las inversiones. La generación de empleo directo, el fomento del turismo y el aumento de ingresos en sectores del comercio como bares y restaurantes son algunos de los beneficios que se presentan durante estos eventos, por lo que se espera que el Sudamericano Sub-20 tenga un impacto positivo en el desarrollo económico de la ciudad.

Además, según la dirección del Instituto Distrital de Recreación y Deporte – IDRD, ser sede de torneos como el Sudamericano Sub-20 trae beneficios intangibles para Bogotá como el orgullo y el sentido de comunidad, así como el reconocimiento internacional, algo que en principio es difícil de medir.

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