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El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) informó que en abril las lluvias en el centro del país aumentarán entre 20 y 30 %, dato que preocupa si se tiene en cuenta que la región ya atraviesa por una dura ola invernal.
En Cundinamarca, por ejemplo, que ha sido uno de los departamentos más afectados del país, los aguaceros han dejado un saldo de seis personas fallecidas, entre ellas dos menores de edad que fueron arrastrados por un afluente, en el municipio de Quebradanegra, y varias poblaciones parcialmente incomunicadas por derrumbes en las vías.
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En la capital, por su parte, se han atendido 395 eventos asociados con lluvias en lo corrido del año, dentro de los cuales se destaca que el 63 % de los incidentes corresponden a la caída de árboles sobre vías y viviendas. No obstante, con el anuncio del Ideam, seguramente se incrementará la vulnerabilidad y, por ende, las emergencias.
“Las localidades más afectadas son Usaquén, con 115 incidentes; Suba, con 57; Engativá, con 32, y Chapinero, Kennedy, Rafael Uribe Uribe y Ciudad Bolívar, con 18 emergencias cada una”, detalló el director del Instituto Distrital de la Gestión del Riesgo, Guillermo Escobar.
Así, con la alerta de la llegada del fenómeno de La Niña con todo su furor en abril, las autoridades distritales y departamentales tienen puesto los ojos en preparar los sistemas de atención y prevención de riesgos, frente a los fenómenos meteorológicos extremos que se avecinan.
Aumento histórico en las emergencias
La ola invernal llegó de manera anticipada y sostenida a la región, a causa de la cada vez mayor variabilidad climática en el planeta, que afecta las temporadas de sequías y de lluvias. Así, a pesar de que formalmente la primera temporada comenzará a mediados de marzo, en la región Andina las precipitaciones han permanecido en niveles elevados durante el último año.
Esto ha generado un incremento en la ocurrencia de los cuatro tipos de emergencias relacionadas con la lluvia: deslizamientos, inundaciones, caída de árboles y fallas estructurales en viviendas. En Cundinamarca, a finales del año pasado, se declaró la calamidad pública por las afectaciones en cerca de la mitad de sus 116 municipios.
Esta medida se reforzó el pasado 22 de marzo con la declaración de urgencia manifiesta, debido a las emergencias del último mes, que han dejado más de mil personas afectadas y millonarias pérdidas económicas, particularmente en el campo.
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“Llevamos más de un año en el departamento con fuertes lluvias, lo que ha llevado a que los suelos estén saturados y tenemos grandes movimientos de masa. También ríos y quebradas por los que ha bajado mucho material, lo que ha ocasionado bastantes emergencias”, detalla Gina Herrera, directora de la Unidad para la Gestión del Riesgo en Cundinamarca.
Por su parte, el panorama en la capital es similar. En marzo se han atendido 135 incidentes. Según cifras del Idiger, las emergencias que se han reportado en la capital este año están cerca de duplicar las registradas mensualmente en 2021, lo que muestra una mayor vulnerabilidad del territorio, así como una mayor probabilidad de que se materialicen más emergencias en la ciudad.
Cómo se están preparando
La planeación de la atención de emergencias, según Diego Moreno, director del Cuerpo de Bomberos de Bogotá, es similar a un juego de ajedrez. Esto se debe a que los mapas de calor de las emergencias por ola invernal no se reparten de manera homogénea en las localidades de la capital.
“En el caso de los árboles, Usaquén, Fontibón, Suba, Engativá y Chapinero son las localidades que más sufren esta problemática. Pero si lo comparamos con inundaciones, por ejemplo, las más afectadas son San Cristóbal, Santa Fe, Kennedy y Ciudad Bolívar”, explica Moreno.
Así, en el Distrito, a través de un convenio de varias entidades, se viene adelantando el preposicionamiento de equipos de atención en puntos vulnerables de la capital. La idea es asegurar que los equipos de socorro lleguen a tiempo a los lugares de emergencias, adelantándose a los problemas de movilidad asociados con las lluvias. Como labor preventiva, además, el Acueducto de Bogotá ha retirado más de 107 mil toneladas de basuras del alcantarillado público, con una inversión cercana a los $26 mil millones, para disminuir el riesgo de inundaciones.
En Cundinamarca se han activado los planes de contingencia, así como se ha puesto a disposición maquinaria amarilla (bulldózeres, retroexcavadoras, entre otras) para atender las casi 200 vías afectadas en el departamento. “Los sectores más afectados se encuentran en las zonas rurales de Cundinamarca, en donde en oportunidades quedan incomunicados, por lo que obtener información de la situación no es fácil”, comenta Herrera, directora de la Unidad de Riesgo del departamento.
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Recomendaciones para minimizar el riesgo
Las entidades del control de riesgo afirman que para reducir el impacto de la ola invernal es necesario trabajar en la prevención y la cultura ciudadana frente a las emergencias. En ese sentido, las acciones que recomiendan son alejarse de los cuerpos de agua en períodos de lluvia, evitar resguardarse debajo de árboles, fortalecer las estructuras de las viviendas y, en particular, alertar de manera temprana a las autoridades sobre las emergencias. Asimismo, como aseguran los funcionarios de la atención de riesgos, se deben fortalecer los planes comunitarios y escolares para prevenir los incidentes, y evitar la pérdida de vidas.
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