Embalse de San Rafael, uno de los más secos en la región, según el Acueducto.
Foto: Acueducto de Bogotá
El mensaje “cada gota cuenta” y las sanciones, hoy, parecen paisaje. A pesar de que la crisis hídrica aún no se supera, los bogotanos empezaron a gastar más agua de la que se consumía antes del racionamiento. La situación, sumada al clima seco, se evidencia en el sistema Chingaza, que cumple 22 días en caída libre, perdiendo el terreno que se había ganado en los primeros meses de la restricción. Si la tendencia continúa, las medidas extremas, al parecer, serán inevitables
Por Alexánder Marín Correa
Periodista manizaleño, con experiencia en periodismo de datos, judicial, investigación y local. @alexmarin55Jamarin@elespectador.com
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