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Este jueves comenzarán las clases en la nueva sede de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bosa. Luego de casi dos años de retrasos en la construcción, se entregó la nueva infraestructura educativa, con la que se pretende beneficiar a más de 6.000 estudiantes de estratos uno, dos y tres que viven en esta localidad del sur de Bogotá.
“Estamos felices. La Universidad Distrital está logrando mayores reconocimientos académicos a nivel nacional y este lugar donde está cuenta con una buena ubicación, porque no sólo pasa la alameda El Porvenir, sino que aquí al lado va a pasar la ALO y la avenida Tintal y llegará el metro de Bogotá”, aseguró durante el acto inaugural el alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa.
Pero la historia de esta sede de la Distrital no ha sido sólo de éxitos. En 2008, el Departamento Administrativo del Espacio Público (Dadep) cedió un terreno de 30.147,96 metros cuadrados para la construcción de la institución, por lo que la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA) comenzó el proceso licitatorio del anteproyecto arquitectónico de la ciudadela educativa.
El anteproyecto aprobado plantea dos etapas de construcción. El primero, que comprende 29.389 metros cuadrados del lote, estaría destinado para la construcción de los tres primeros bloques en los que se encuentran 13 laboratorios, bienestar universitario, auditorios, 55 aulas y una biblioteca especializada. Mientras que en la segunda etapa se tenía prevista una sede dedicada a las ciencias de la salud, para lo que se destinarían 19.472 metros cuadrados.
El proyecto fue incluido dentro del Plan Estratégico 2008-2016 y en 2013 la Universidad Distrital asignó para él $30.000 millones de pesos, más $40.000 millones que entregaron la Secretaría de Educación y la Alcaldía, para la construcción de la primera fase, que había sido planeada en 22 meses, con entrega prevista para octubre de 2015.
Durante su construcción, el concejal Antonio Sanguino denunció que el constructor Consorcio ZGO El Porvenir 013 no había seguido los diseños previstos y al parecer habría incluido más obras que generarían sobrecostos para la finalización de la nueva sede, que en la fecha establecida de entrega no iba ni en el 80 % de avance.
“El proyecto era por un valor de $69.000 millones y estaba previsto para entregar a comienzos del 2015. No fue posible porque encontramos una obra en el 64 % de avance y en este año y ocho meses nos obsesionamos con terminarla. Adicionamos $17.000 millones para la obra y $5.000 millones para el presupuesto del año pasado, para todo el tema de dotaciones y recursos de esta nueva sede en la localidad de Bosa”, aseguró la secretaria de Educación, María Victoria Angulo.
De acuerdo con el rector (e), Carlos Javier Mosquera, fue necesario recurrir a acciones jurídicas y técnicas para darle transparencia al proyecto. “Tuvimos que eliminar una serie de cosas que no deberían quedar consideradas para que todo fuera acorde con los diseños entregados por la Asociación Colombiana de Arquitectos, previos a la construcción de esta sede”.
Su inauguración se realizó en el marco del cumpleaños de Bogotá, pero su apertura será progresiva. En esta sede se darán clases en nueve programas de tres facultades diferentes, entre las que se encuentran las carreras de comunicación social, gestión de la documentación y archivista (que se encuentran en proceso de aprobación por el Ministerio de Educación), ingeniería sanitaria y administración ambiental, así como tecnologías en gestión ambiental y servicios públicos, gestión y saneamiento ambiental, y gestión de riesgo.
Este jueves comenzarán las clases los estudiantes de administración deportiva, mientras que los programas ambientales iniciarán actividades de investigación en septiembre, cuando se termine de hacer el traslado de los nuevos equipos. “La misión nacional de docencia debe terminar de crear los grupos académicos, por lo que con toda seguridad en la nueva sede comenzarán clases en forma el próximo semestre académico”, dijo Mosquera.
Aunque ya se entregó la primera parte del proyecto, falta consolidar la segunda. “Hay que hablar con los gobiernos distrital y nacional para conseguir los recursos. Hay una ventaja importante que es que el predio ya está ahí. Se ha venido discutiendo la posibilidad de que sea una facultad de ciencias de la salud, pero sigue siendo un proyecto”, considera Mosquera.
Lo cierto es que en Bosa alrededor de 6.000 estudiantes se verán beneficiados con la nueva sede. Ahora falta esperar de que forma el Gobierno distrital continuará con la consolidación de nuevas sedes universitarias en el resto de la ciudad.