Cabinas de realidad virtual y de streaming: ¿en qué va el Silicon Valley en Bogotá?
El Campus de Ciencia, Tecnología e Innovación de Bogotá tiene fecha de entrega para 2027, pero según la misma secretaría de Desarrollo, el cronograma se encuentra atrasado, pues la construcción de la primera fase, que estaba programada para este año, empezará hasta 2025.
María Angélica García Puerto
El edificio sede del Campus de Ciencia, Tecnología e Innovación de Bogotá (CTIB) es un proyecto tan ambicioso, que algunos se han atrevido a denominarlo el Silicon Valley de la capital. Sin embargo, pese a que la apuesta involucra a varias instituciones públicas y privadas, que aportaron recursos para sacar adelante la iniciativa, las últimas noticias indican que el cronograma está retrasado.
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El edificio sede del Campus de Ciencia, Tecnología e Innovación de Bogotá (CTIB) es un proyecto tan ambicioso, que algunos se han atrevido a denominarlo el Silicon Valley de la capital. Sin embargo, pese a que la apuesta involucra a varias instituciones públicas y privadas, que aportaron recursos para sacar adelante la iniciativa, las últimas noticias indican que el cronograma está retrasado.
Para los que no han escuchado hablar de este proyecto, es importante recordarles que se trata de un edificio con un área de 44.000 m², distribuidos en 23 pisos, con locales comerciales, espacios de generación creativa, espacio social, cabinas de realidad virtual, creación de contenidos, salas de streaming, comedor saludable, laboratorios de prototipado, zonas de coworking y de co-creación, oficinas adaptables, etc.
“A través del Campus se consolidará la articulación del sector productivo, las instituciones público-privadas, la academia y ciudadanía, para potenciar el ecosistema de emprendimiento e innovación y contribuir a cerrar las brechas existentes. De esta forma, buscamos fortalecer el talento humano y la competitividad de emprendedores y empresarios pequeños, medianos y grandes, como aporte a la transformación social y económica del país”, señaló la Cámara de Comercio de Bogotá. Pero, su importancia no radica solo en fortalecer el talento de los emprendedores y acercarlo al boom tecnológico. Este primer edificio será la punta de lanza para la renovación urbana de la zona.
De ahí, que varios socios se hayan interesados en la iniciativa, que contará con una inversión de $508.000 millones ($54.000 millones para la adquisición del terreno y $454.000 millones para la ejecución de la obra). Los socios son la Cámara de Comercio de Bogotá, con un aporte de $242.000 millones; la secretaría de Desarrollo Económico, con $80.000 millones, incluidos en el Plan Distrital de Desarrollo; el Sena, con $72.000 millones; las cajas de compensación de Cafam, Compensar y Colsubsidio, con $60.000 millones, y Corferias, con $54.000 millones,
“La iniciativa nace como una idea de avanzar hacia el desarrollo de Bogotá, posesionándola como un centro de ciencia, tecnología e innovación en la región que, en este momento, no existe tal aglomeración alrededor de ellas. Además, la capital es la tercera ciudad con mejor ecosistema para startups y su economía es tan sólida, que ha mostrado resiliencia en momentos de desaceleración, con un capital humano altísimo”, argumentó para El Espectador, María del Pilar López, secretaria de Desarrollo Económico.
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“Este megaproyecto de ciudad fue diseñado para generar encuentro, crear conocimiento y fortalecer e intercambiar ideas entre la sociedad, la academia y el sector público y privado, creando soluciones que impacten a la ciudadanía y empresas a través de la ciencia, tecnología e innovación”, agregó.
Su consolidación avanza de a poco. Tras la firma del convenio en diciembre de 2023, que permitió la asegurar el desarrollo de la primera fase del proyecto, a través de una alianza público-privada (APP); el año pasado se anunció del cierre financiero, lo que dio luz verde a que el Distrito gestionara una fiducia para reunir los recursos y así poder abrir la licitación. El último paso fue la presentación de los diseños, que le empiezan a dar forma a la iniciativa.
¿Se cumplirá con el cronograma?
Aunque todo parece marchar sobre ruedas, ya se conocen los primeros retrasos. Según Víctor Saavedra, director de la Agencia Distrital para la Educación Superior, La Ciencia y la Tecnología - Atenea, el campus va a ser entregado en tres años. Sin embargo, para cumplir esa meta en el 2027, podría eventualmente extenderse, pues el cronograma no avanza de acuerdo con lo previsto.
El 15 de diciembre de 2023, la entonces alcaldesa Claudia López, en la firma del convenio, aseguró que, con los aportes listos, la construcción iniciaría este 2024. A pesar de ello, según la secretaria de Desarrollo Económico, hay retrasos con el cronograma. “La idea es que, en el segundo semestre de este año, lancemos la licitación para construcción, interventoría y gerencia, y así comenzar la construcción en el primer semestre de 2025″, aseguró López para este diario.
En esta primera fase, detalló José Ovidio Claros, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bogotá, se empezará con negocios inmobiliarios. “Pero aquí no vamos a hacer un negocio, sacando unas rentas. Hemos venido cumpliendo lo que tiene que ver con la elaboración del impacto sobre la zona, a lo que hemos denominado el campus. Ya miraremos si efectivamente en la semántica, continuamos con la utilización de algunas descripciones y lo adecuaremos acorde al Plan Distrital de Desarrollo”.
¿Qué hace único a este campus?
En Bogotá, existe el Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS) y el laboratorio de Innovación Pública de Bogotá-IBO, donde los ciudadanos, las organizaciones, los emprendedores, las empresas y la academia trabajan en la identificación y solución eficiente de retos de interés público, para mejorar la calidad de vida de la ciudad y de los ciudadanos. Entonces, ¿qué tiene de diferente este campus en pleno corazón productivo de la ciudad?
Víctor Saavedra, director de la Agencia Atenea, dijo que, a pesar de ello, Bogotá “no tiene un distrito de innovación. Es decir, espacios donde convergen los emprendedores, las universidades, las empresas, para recibir acompañamiento, recursos, que haya laboratorios (...) Las universidades van a ser claves porque son quienes van a dar soluciones a los emprendedores y a las empresas en términos de innovación de procesos”, acotó.
Por su parte, el alcalde Carlos Fernando Galán, destacó la ubicación del campus, la cual está en una zona de renovación urbana, más exactamente en la Zona Industrial de Bogotá, una de las ocho actuaciones estratégica, priorizadas en el POT y que busca promover el desarrollo de nuevas zonas verdes, vivienda, comercio y consolidando una incubadora de innovación e industrias creativas, como la del campus de ciencia, tecnología e innovación.
“Bogotá está comprometida para que este proyecto salga adelante, ya que tendrá no solo un impacto a nivel económico, sino en términos de renovación urbana. El área de influencia que buscamos impactar con esa actuación estratégica es cercana a las 257 hectáreas. Estamos en un punto clave a nivel de encuentro local, nacional e internacional y por eso este proyecto tiene una semilla de desarrollar aún más el potencial que tenemos como ciudad”, explicó el alcalde.
Desde la Agencia Atenea, indicaron que los estudios y diseños ya están en fase final y a partir del próximo año, iniciarán un piloto de los modelos de servicios en el campus. “Tenemos que definir mejor cuál es el tipo de empresa que vamos a acompañar, pero sin lugar a duda este va a ser un espacio muy importante para los startups. Queremos que de acá salgan muchas empresas de alto impacto de base tecnológica. Estos temas generan mucho crecimiento económico. Las sociedades están compitiendo, no por producir productos primarios, sino por mucha innovación y Bogotá necesita pegarse de las cadenas de producción más importantes en innovación, para esa forma generar más crecimiento y más empleo”, concluyó Víctor Saavedra, director.
Según las entidades que dirigen el proyecto, esperan generar beneficios económicos por hasta $185.606 millones en salarios al año, que a su vez tendrán un efecto derrame en la economía por $92.756 millones, para un total de $278.361 millones.
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