“Cada día habrá más cáncer: para 2030 aumentará en un 30 %”
El Instituto Nacional de Cancerología ganó el Premio Gonzalo Jiménez de Quesada. Su directora, Carolina Wiesner, conversó sobre el panorama de la enfermedad en Bogotá y del complejo San Juan de Dios.
Sara Caicedo
Hace 90 años nació en el corazón de Bogotá el Instituto Nacional de Cancerología, en la carrera 10 con calle primera. Es parte del emblemático complejo del hospital San Juan de Dios y fue reconocido con el Premio Gonzalo Jiménez de Quesada, por la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, que desde 1938 premia a quienes trabajan en beneficio de la capital.
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Hace 90 años nació en el corazón de Bogotá el Instituto Nacional de Cancerología, en la carrera 10 con calle primera. Es parte del emblemático complejo del hospital San Juan de Dios y fue reconocido con el Premio Gonzalo Jiménez de Quesada, por la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, que desde 1938 premia a quienes trabajan en beneficio de la capital.
La distinción la recibió la médica, cirujana y salubrista Carolina Wiesner, la única mujer que ha dirigido la institución, que en su historia ha tenido 11 directores. Ella habló con El Espectador del panorama de esta enfermedad en la capital y lo que ha significado para el Instituto ser parte del San Juan de Dios.
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¿Cómo reciben este premio?
Es un gran reconocimiento de la sociedad civil a los aportes que hemos hecho a la ciudadanía, a Bogotá y a la salud, porque hemos estado abiertos a la atención de los pacientes con cáncer. Al principio este edifico era el Instituto Nacional de Radium, que atendía a personas con capacidad de pago. Luego empezaron a llegar más pacientes y se creó la necesidad de ofrecer servicios a pacientes sin capacidad de pago. El Instituto pasó a ser del Ministerio de Higiene y desde 1953 recibimos recursos públicos. Alcanzaron a nombrarnos pabellón para pobres.
¿Bogotá está preparada para el cáncer?
Por ser una enfermedad compleja, esta requiere múltiples especialidades como cirujanos, oncólogos clínicos y radioterapeutas. Acá se ha formado al 80 % de los oncólogos del país y estamos preparados. Hay oferta suficiente. Pero el reto en atención es la fragmentación. El cáncer necesita todos los servicios bajo el mismo techo, para que el paciente no tenga que moverse, tenga todo cerca, fácil y sin tantos trámites.
El Gobierno recuperará el San Juan de Dios, ¿el INC requiere igual atención?
Los análisis dicen que cada día habrá más cáncer. Para 2030 crecerá el 30 % la enfermedad, y eso genera gran demanda en el servicio de salud y un gran reto. Aunque hemos crecido en capacidad, nuestro servicio de urgencias siempre está con sobreocupación. Por eso, antes soñamos con tener acceso al hospital Materno Infantil para ampliar los servicios oncológicos, pero entendemos que hay un proyecto. Incluso alcanzamos a estar en el San Juan de Dios, en urgencias, antes de la pandemia, donde atendimos a pacientes y nos fue bien. Conocemos y somos parte de estos predios.
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¿Hay planes para volver a trabajar de la mano con el San Juan de Dios?
No, porque es un proyecto liderado por el presidente. El INC también somos nación, había que mirar cómo participar en el proyecto.
¿Cómo solucionar el lío del San Juan?
Este complejo hay que embellecerlo y hacer un trabajo intenso de la transformación de la cultura ciudadana. Podríamos tener una zona más agradable para pacientes, médicos y enfermeras, pero es un lugar inseguro. Creo que es un espacio histórico y cultural de salud importante que requiere intervención respecto a la infraestructura.
Frente al cáncer, ¿cuál es el panorama de Bogotá?
Bogotá tiene todo, los mejores médicos, hospitales e información, y se ha reducido la mortalidad y la incidencia de cáncer de cuello uterino, porque las mujeres son juiciosas. Sin embargo, con el cáncer de mama la mortalidad no la hemos logrado. En la ciudad, en cinco años se registró que 15.600 hombres y 23.800 mujeres viven con cáncer. Y cada año 8.000 mujeres y 6.300 hombres reciben el diagnóstico. Son los datos más recientes recopilados por el INC.
¿Hay déficit de atención en la ciudad?
No, creo que Colombia tiene suficiente oferta de servicios oncológicos. Lo que pasa es que hay que tener el sistema organizado para que el diagnóstico, en cualquier lugar, sea rápido y se remita al centro de tratamiento, que siempre va a estar en las grandes ciudades. Tenemos problemas de fragmentación, de falta de oportunidad, porque los edificios no están organizados. Depende mucho de los contratos que tengan las aseguradoras.
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