¿Cambia el racionamiento en Bogotá? Así está hoy la crisis de agua en la capital
A las 10 de la mañana se harán anuncios de cómo queda el racionamiento del agua para los bogotanos.
La crisis del agua en Bogotá continúa acentuándose. Los embalses del sistema Chingaza (Chuza y San Rafael) llevan más de 30 días en caída libre (ayer estaba en 45,79%); los hogares aflojaron las medidas de ahorro, y los esperados aguaceros, que vendría con el fenómeno de La Niña, siguen sin aparecer. Hoy, a pesar de que las autoridades distritales parecen tener un plan, el futuro inmediato se ve complejo, en especial cuando entidades como el IDEAM y la Comisión Reguladora de Agua (CRA) advierten que la temporada de lluvias tardará más de lo esperado.
En contexto: Escasez de agua en Bogotá, ¿cómo llegamos a este punto?
Por tal razón, dadas la agudización de la crisis, al aumento del consumo y la ausencia de las lluvias, este viernes 20 de septiembre el distrito realizará anuncios importantes respecto a la medida de restricción del servicio de agua. De cara a los anuncios, repasamos el panorama actual de los embalses y de la efectividad que la medida de racionamiento ha tenido hasta hoy.
¿Qué ha pasado desde que inició el racionamiento?
Vale recordar que, desde el 11 de abril, cuando empezó el racionamiento, las cuentas eran que, con la restricción, el ahorro en los hogares y las lluvias (esperadas para mediados de año), los embalses del sistema Chingaza (que abastecen a casi toda la capital), llegarían el 31 de octubre al 70% de llenado. Sin embargo, a mes y medio del plazo, se sigue lejos de la meta. En especial, luego de flexibilizar el racionamiento (pasó de ser diario a cada dos días), lo que desaceleró la recuperación de las represas.
Por eso, en medio de este panorama, la Alcaldía y el Acueducto de Bogotá optaron por nuevas variantes operativas, para maniobrar en medio de la crisis. Si bien, se esperaba el regreso del racionamiento a diario, la semana pasada informaron que, por ahora, se reforzaría el abastecimiento llevando a la planta de tratamiento de Tibitoc a tope de su capacidad de potabilización. El objetivo es disminuir la presión sobre el sistema Chingaza, el cual, ya no cubrirá el 70% de la demanda de agua de la ciudad, sino el 50%.
No obstante, volver a implementar el racionamiento diario, no quedó del todo descartado. El alcalde Carlos Fernando Galán ha sido enfático en afirmar que, si la tendencia no cambia, se endurecerán las medidas. El objetivo es acudir a todas las estrategias necesarias para tener margen de maniobra hasta superar la temporada de sequía.
La cifra que hay que alcanzar: 15 m3/s
Según Andrés Torres, director del Instituto Javeriano del Agua, Universidad Javeriana, la cifra de 15 metros por segundo se supone que está basada en un consumo de alrededor de 160 litros al día por persona (suponiendo una población de casi 8 millones de habitantes), lo cual parece razonable. Sin embargo, es necesario precisar que el agua captada en los embalses no la usan totalmente los usuarios, sino que hay pérdidas en la conducción y en todos los procesos asociados (infiltraciones, fugas, etc.), las cuales pueden alcanzar hasta un 30%, lo cual es normal.
“Si descontamos ese 30%, se le estaría exigiendo a la población civil consumir menos de 120 litros al día por persona, lo cual ya no parece tan factible. Adicionalmente, este cálculo facilista supone un consumo domiciliario homogéneo en toda la ciudad, de manera cotidiana, desconociendo que hay consumos industriales, comerciales, institucionales e incluso agrícolas y de riego, cuyos valores diarios podrían diferir bastante”, agregó, en una reciente columna publicada por El Espectador, Andrés Torres, director del Instituto Javeriano del Agua, Universidad Javeriana.
Por consiguiente, para alcanzar la meta, parece necesario que, no solamente la población civil y las industrias y empresas hagan esfuerzos, sino también las instituciones (universidades, colegios, hospitales), la empresa de servicios públicos (al limitar las pérdidas en el sistema) y el gobierno (al ejercer control, pero también al revisar y aplicar los compromisos adquiridos en los acuerdos distritales y nacionales).
Otra de las críticas que han recaído sobre el Distrito tiene que ver con la incidencia de las estrategias pedagógicas hasta ahora desarrolladas. “En este punto, es imperante tener en cuenta estrategias pedagógicas y motivacionales, utilizando diversos enfoques planteados desde la psicología ambiental; variables económicas a diferentes escalas (domiciliario, pequeñas, medianas y grandes empresas); los ecosistemas de la estructura ecológica principal y colindantes del Distrito; el balance de la oferta hídrica actual en el Distrito y sus áreas rurales; el balance de la demanda hídrica por diferentes sectores (domiciliario y empresarial), y posibles tipos de gestión hídrica para implementar en el Distrito.”, señala Torres.
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Personería le puso la lupa a crisis de agua
Esta semana la Personería distrital visitó la planta de potabilización Wiesner para verificar el avance de las obras para ampliar su capacidad. Durante el recorrido, el personero Andrés Castro y su equipo obtuvieron información sobre las distintas etapas de la obra desde que fue abandonada por el primer contratista, en 2017.
En ese orden de ideas, el órgano de control encontró que las obras de optimización tienen un avance total del 57 %, por lo cual, no podrán ser entregadas el próximo febrero, como estaba establecido. No obstante, el personal de la planta reportó a la entidad que se trabaja en una última prórroga hasta mediados de 2025, lapso de tiempo en el cual se espera terminar la totalidad del proyecto.
Por otra parte, además de inspeccionar la dinámica de este accidentado contrato, y su estado actual, el ente de control anunció durante su visita otro aspecto conflictivo sobre el agua con el cual se topó durante la investigación en curso.
Agua no contabilizada
En medio de la coyuntura actual, en la que cada gota cuenta, cualquier centímetro cúbico del recurso que se pierde puede convertirse en una mella importante para las reservas de la ciudad. Durante su proceso de investigación, la Personería se ha topado con un fenómeno del que poco se habla: el agua no contabilizada. Esto es, caudales del recurso que pasan por todo el proceso de potabilización y de flujo hacia la ciudad, pero que no son aprovechadas por la ciudadanía. Dicha situación se debe principalmente a dos causas. La primera, a las fugas en el sistema de acueducto en la ciudad producto de daños sin corregir o no gestionados de la mejor forma.
Pero, principalmente, esta cantidad de agua se estaría perdiendo por cuenta de las conexiones ilegales. A través de estas fuentes clandestinas, cuya cuantía se calcula en 7679 conexiones, hay hogares de la ciudad que se abastecen del recurso sin ningún tipo de control al consumo, cuyo coste, finalmente, deben asumir los 2,7 millones de usuarios que sí pagan su factura bimestralmente. De acuerdo con las cifras que obtuvo La Personería, de cada 100 metros cúbicos de agua potabilizada, la ciudad pierde 40 m³ como consecuencia de los dos flagelos descritos anteriormente.
Aunado a lo anterior, el ente de control encontró ineficiente el uso de los recursos que se destinan para disminuir este impacto, el cual ha sido, en los últimos 20 años, de $2.5 billones. La cantidad, sumada a las perdidas comerciales de la empresa por las conexiones ilegales, y el agua que se escapa a borbotones por distintas fugas en la ciudad, representa un claro detrimento a las arcas de la ciudad.
Con este panorama en mente, el Distrito anunciará la mañana de hoy cambios sustanciales en el racionamiento de agua. Se espera, ante la evidencia de la continua disminución de los embalses, que las medidas hasta ahora implementadas se endurezcan.
Lea además: Nuevo caso de sicariato en Ciudad Bolívar dejó un muerto y un herido, ¿qué pasó?
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La crisis del agua en Bogotá continúa acentuándose. Los embalses del sistema Chingaza (Chuza y San Rafael) llevan más de 30 días en caída libre (ayer estaba en 45,79%); los hogares aflojaron las medidas de ahorro, y los esperados aguaceros, que vendría con el fenómeno de La Niña, siguen sin aparecer. Hoy, a pesar de que las autoridades distritales parecen tener un plan, el futuro inmediato se ve complejo, en especial cuando entidades como el IDEAM y la Comisión Reguladora de Agua (CRA) advierten que la temporada de lluvias tardará más de lo esperado.
En contexto: Escasez de agua en Bogotá, ¿cómo llegamos a este punto?
Por tal razón, dadas la agudización de la crisis, al aumento del consumo y la ausencia de las lluvias, este viernes 20 de septiembre el distrito realizará anuncios importantes respecto a la medida de restricción del servicio de agua. De cara a los anuncios, repasamos el panorama actual de los embalses y de la efectividad que la medida de racionamiento ha tenido hasta hoy.
¿Qué ha pasado desde que inició el racionamiento?
Vale recordar que, desde el 11 de abril, cuando empezó el racionamiento, las cuentas eran que, con la restricción, el ahorro en los hogares y las lluvias (esperadas para mediados de año), los embalses del sistema Chingaza (que abastecen a casi toda la capital), llegarían el 31 de octubre al 70% de llenado. Sin embargo, a mes y medio del plazo, se sigue lejos de la meta. En especial, luego de flexibilizar el racionamiento (pasó de ser diario a cada dos días), lo que desaceleró la recuperación de las represas.
Por eso, en medio de este panorama, la Alcaldía y el Acueducto de Bogotá optaron por nuevas variantes operativas, para maniobrar en medio de la crisis. Si bien, se esperaba el regreso del racionamiento a diario, la semana pasada informaron que, por ahora, se reforzaría el abastecimiento llevando a la planta de tratamiento de Tibitoc a tope de su capacidad de potabilización. El objetivo es disminuir la presión sobre el sistema Chingaza, el cual, ya no cubrirá el 70% de la demanda de agua de la ciudad, sino el 50%.
No obstante, volver a implementar el racionamiento diario, no quedó del todo descartado. El alcalde Carlos Fernando Galán ha sido enfático en afirmar que, si la tendencia no cambia, se endurecerán las medidas. El objetivo es acudir a todas las estrategias necesarias para tener margen de maniobra hasta superar la temporada de sequía.
La cifra que hay que alcanzar: 15 m3/s
Según Andrés Torres, director del Instituto Javeriano del Agua, Universidad Javeriana, la cifra de 15 metros por segundo se supone que está basada en un consumo de alrededor de 160 litros al día por persona (suponiendo una población de casi 8 millones de habitantes), lo cual parece razonable. Sin embargo, es necesario precisar que el agua captada en los embalses no la usan totalmente los usuarios, sino que hay pérdidas en la conducción y en todos los procesos asociados (infiltraciones, fugas, etc.), las cuales pueden alcanzar hasta un 30%, lo cual es normal.
“Si descontamos ese 30%, se le estaría exigiendo a la población civil consumir menos de 120 litros al día por persona, lo cual ya no parece tan factible. Adicionalmente, este cálculo facilista supone un consumo domiciliario homogéneo en toda la ciudad, de manera cotidiana, desconociendo que hay consumos industriales, comerciales, institucionales e incluso agrícolas y de riego, cuyos valores diarios podrían diferir bastante”, agregó, en una reciente columna publicada por El Espectador, Andrés Torres, director del Instituto Javeriano del Agua, Universidad Javeriana.
Por consiguiente, para alcanzar la meta, parece necesario que, no solamente la población civil y las industrias y empresas hagan esfuerzos, sino también las instituciones (universidades, colegios, hospitales), la empresa de servicios públicos (al limitar las pérdidas en el sistema) y el gobierno (al ejercer control, pero también al revisar y aplicar los compromisos adquiridos en los acuerdos distritales y nacionales).
Otra de las críticas que han recaído sobre el Distrito tiene que ver con la incidencia de las estrategias pedagógicas hasta ahora desarrolladas. “En este punto, es imperante tener en cuenta estrategias pedagógicas y motivacionales, utilizando diversos enfoques planteados desde la psicología ambiental; variables económicas a diferentes escalas (domiciliario, pequeñas, medianas y grandes empresas); los ecosistemas de la estructura ecológica principal y colindantes del Distrito; el balance de la oferta hídrica actual en el Distrito y sus áreas rurales; el balance de la demanda hídrica por diferentes sectores (domiciliario y empresarial), y posibles tipos de gestión hídrica para implementar en el Distrito.”, señala Torres.
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Personería le puso la lupa a crisis de agua
Esta semana la Personería distrital visitó la planta de potabilización Wiesner para verificar el avance de las obras para ampliar su capacidad. Durante el recorrido, el personero Andrés Castro y su equipo obtuvieron información sobre las distintas etapas de la obra desde que fue abandonada por el primer contratista, en 2017.
En ese orden de ideas, el órgano de control encontró que las obras de optimización tienen un avance total del 57 %, por lo cual, no podrán ser entregadas el próximo febrero, como estaba establecido. No obstante, el personal de la planta reportó a la entidad que se trabaja en una última prórroga hasta mediados de 2025, lapso de tiempo en el cual se espera terminar la totalidad del proyecto.
Por otra parte, además de inspeccionar la dinámica de este accidentado contrato, y su estado actual, el ente de control anunció durante su visita otro aspecto conflictivo sobre el agua con el cual se topó durante la investigación en curso.
Agua no contabilizada
En medio de la coyuntura actual, en la que cada gota cuenta, cualquier centímetro cúbico del recurso que se pierde puede convertirse en una mella importante para las reservas de la ciudad. Durante su proceso de investigación, la Personería se ha topado con un fenómeno del que poco se habla: el agua no contabilizada. Esto es, caudales del recurso que pasan por todo el proceso de potabilización y de flujo hacia la ciudad, pero que no son aprovechadas por la ciudadanía. Dicha situación se debe principalmente a dos causas. La primera, a las fugas en el sistema de acueducto en la ciudad producto de daños sin corregir o no gestionados de la mejor forma.
Pero, principalmente, esta cantidad de agua se estaría perdiendo por cuenta de las conexiones ilegales. A través de estas fuentes clandestinas, cuya cuantía se calcula en 7679 conexiones, hay hogares de la ciudad que se abastecen del recurso sin ningún tipo de control al consumo, cuyo coste, finalmente, deben asumir los 2,7 millones de usuarios que sí pagan su factura bimestralmente. De acuerdo con las cifras que obtuvo La Personería, de cada 100 metros cúbicos de agua potabilizada, la ciudad pierde 40 m³ como consecuencia de los dos flagelos descritos anteriormente.
Aunado a lo anterior, el ente de control encontró ineficiente el uso de los recursos que se destinan para disminuir este impacto, el cual ha sido, en los últimos 20 años, de $2.5 billones. La cantidad, sumada a las perdidas comerciales de la empresa por las conexiones ilegales, y el agua que se escapa a borbotones por distintas fugas en la ciudad, representa un claro detrimento a las arcas de la ciudad.
Con este panorama en mente, el Distrito anunciará la mañana de hoy cambios sustanciales en el racionamiento de agua. Se espera, ante la evidencia de la continua disminución de los embalses, que las medidas hasta ahora implementadas se endurezcan.
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