Candidatos a la Alcaldía de Bogotá hablan de drogas
En debate sobre sustancias psicoactivas contaron su visión del tema. Coinciden en apartarse del prohibicionismo y reemplazarlo por prevención.
Verónica Téllez Oliveros
Desde hace unos tres años, el Gobierno Nacional y el de Bogotá han dado pasos para cambiar la visión respecto al tema de drogas, abriendo paso a los enfoques de salud pública. Por ejemplo, la Ley 1566 de 2012 señala que el sistema de salud debe ofrecer alternativas a la abstención para los consumidores de sustancias psicoactivas. En la capital, una de las estrategias más reconocidas ha sido la de los Centros de Atención Médica a Drogodependientes (Camad), donde los habitantes de calle y adictos reciben atención médica. Y en el Congreso volvió a ser presentado esta semana el proyecto para regular el uso medicinal y científico de la marihuana. En medio de estos procesos, ayer los candidatos a la Alcaldía de la ciudad debatieron sobre su visión en el tema de drogas.
El encuentro fue convocado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Javeriana y la organización Acción Técnica Social, que promueve la innovación en políticas de sustancias psicoactivas y es la encargada de proyectos de reducción del daño en consumidores como “Échele cabeza cuando se dé en la cabeza” (donde técnicos les dan información a las personas sobre la sustancia que van a consumir).
En el debate estuvieron los candidatos María Mercedes Maldonado (Progresistas), Clara López (Polo Democrático), Carlos Vicente de Roux (Alianza Verde) y Rafael Pardo (Partido Liberal). Los cuatro coincidieron en la necesidad de enfoques preventivos, apartándose del prohibicionismo. A continuación les contamos sus principales propuestas.
María Mercedes Maldonado:
Dice que se necesita un programa para jóvenes con mayor inclusión política y prefiere hablar de libertades en lugar de represión en el tema de sustancias psicoactivas. Para la candidata, es fundamental continuar con programas de la actual administración como los Camad, para darle atención a la población excluida tradicionalmente. Dice que se necesita articular esta y otras estrategias sociales, de salud y de políticas para jóvenes del Distrito. Señala que para cambiar el modelo prohibicionista al enfrentar las drogas se necesita fortalecer con orientadores la prevención en los colegios y una relación más directa con las familias.
Clara López:
Asegura que continuará con la desarticulación de bandas dedicadas a la distribución de sustancias ilícitas, pero que el consumidor no debe ser sujeto de castigo. Por el contrario, indica, hay que plantear una política fundamentada en atención integral, mitigación y reducción de riesgos del daño para consumidores. Respecto al tratamiento de consumidores de bazuco con marihuana, como lo sugiere la administración distrital, dice que hay que continuar los estudios hasta tener evidencia científica.
Considera que hace falta una política nacional para abordar el tema de drogas sin moralismos, donde se incluya el consumo recreativo de sustancias. Es partidaria de pedagogía, no solo a profesores, sino también a la Fuerza Publica, para evitar violaciones de derechos humanos con represión. No le simpatiza el consumo para menores, pues “es una decisión de adultos”.
Carlos Vicente de Roux:
Afirma que el prohibicionismo ha sido devastador en el tema de drogas y que hay que alegrarse del avance del Estado de ir en una dirección distinta y del liderazgo de Bogotá con los Camad, los centros de autocuidado para habitantes de la calle de la Secretaría de Integración o la estrategia Río de la Secretaría de Educación (atendiendo el consumo de sustancias en los entornos escolares). Opina que estas y otras estrategias se deben centralizar y al menos doblar el presupuesto.
Dice que el problema de que en los colegios se aborde el tema de sustancias psicoactivas con moralismos es que los maestros no saben sobre él. “Deberían saber más que los jóvenes, más abiertos, capacitados, informados para generar un diálogo cualificado y respetuoso”, agregó.
Rafael Pardo:
Asegura que su propuesta se enfoca en la prevención. Considera que la política del Distrito en educación es la indicada, pero insuficiente, pues debería haber más orientadores en los colegios. En cuanto a los tratamientos para adictos, resalta que hay que trabajar en abstinencia y desintoxicación y evaluar opciones que pueden ser más efectivas que estas. “Digo con franqueza que no tengo muy buenas referencias de los programas de reducción del daño. Lo que se aplique en la calle sobre tratamientos para adicción debe definirse con bases científicas”.
Señala que mientras el país vivió la ola de decirle no al consumo de drogas en los años 80 y 90, especialmente, hoy es importante un enfoque de información de riesgos del consumo de ciertas sustancias y sus posibilidades de adicción. “Nadie empieza a consumir heroína, sino que hay drogas de inducción y mecanismos que van generando adicción”.
Desde hace unos tres años, el Gobierno Nacional y el de Bogotá han dado pasos para cambiar la visión respecto al tema de drogas, abriendo paso a los enfoques de salud pública. Por ejemplo, la Ley 1566 de 2012 señala que el sistema de salud debe ofrecer alternativas a la abstención para los consumidores de sustancias psicoactivas. En la capital, una de las estrategias más reconocidas ha sido la de los Centros de Atención Médica a Drogodependientes (Camad), donde los habitantes de calle y adictos reciben atención médica. Y en el Congreso volvió a ser presentado esta semana el proyecto para regular el uso medicinal y científico de la marihuana. En medio de estos procesos, ayer los candidatos a la Alcaldía de la ciudad debatieron sobre su visión en el tema de drogas.
El encuentro fue convocado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Javeriana y la organización Acción Técnica Social, que promueve la innovación en políticas de sustancias psicoactivas y es la encargada de proyectos de reducción del daño en consumidores como “Échele cabeza cuando se dé en la cabeza” (donde técnicos les dan información a las personas sobre la sustancia que van a consumir).
En el debate estuvieron los candidatos María Mercedes Maldonado (Progresistas), Clara López (Polo Democrático), Carlos Vicente de Roux (Alianza Verde) y Rafael Pardo (Partido Liberal). Los cuatro coincidieron en la necesidad de enfoques preventivos, apartándose del prohibicionismo. A continuación les contamos sus principales propuestas.
María Mercedes Maldonado:
Dice que se necesita un programa para jóvenes con mayor inclusión política y prefiere hablar de libertades en lugar de represión en el tema de sustancias psicoactivas. Para la candidata, es fundamental continuar con programas de la actual administración como los Camad, para darle atención a la población excluida tradicionalmente. Dice que se necesita articular esta y otras estrategias sociales, de salud y de políticas para jóvenes del Distrito. Señala que para cambiar el modelo prohibicionista al enfrentar las drogas se necesita fortalecer con orientadores la prevención en los colegios y una relación más directa con las familias.
Clara López:
Asegura que continuará con la desarticulación de bandas dedicadas a la distribución de sustancias ilícitas, pero que el consumidor no debe ser sujeto de castigo. Por el contrario, indica, hay que plantear una política fundamentada en atención integral, mitigación y reducción de riesgos del daño para consumidores. Respecto al tratamiento de consumidores de bazuco con marihuana, como lo sugiere la administración distrital, dice que hay que continuar los estudios hasta tener evidencia científica.
Considera que hace falta una política nacional para abordar el tema de drogas sin moralismos, donde se incluya el consumo recreativo de sustancias. Es partidaria de pedagogía, no solo a profesores, sino también a la Fuerza Publica, para evitar violaciones de derechos humanos con represión. No le simpatiza el consumo para menores, pues “es una decisión de adultos”.
Carlos Vicente de Roux:
Afirma que el prohibicionismo ha sido devastador en el tema de drogas y que hay que alegrarse del avance del Estado de ir en una dirección distinta y del liderazgo de Bogotá con los Camad, los centros de autocuidado para habitantes de la calle de la Secretaría de Integración o la estrategia Río de la Secretaría de Educación (atendiendo el consumo de sustancias en los entornos escolares). Opina que estas y otras estrategias se deben centralizar y al menos doblar el presupuesto.
Dice que el problema de que en los colegios se aborde el tema de sustancias psicoactivas con moralismos es que los maestros no saben sobre él. “Deberían saber más que los jóvenes, más abiertos, capacitados, informados para generar un diálogo cualificado y respetuoso”, agregó.
Rafael Pardo:
Asegura que su propuesta se enfoca en la prevención. Considera que la política del Distrito en educación es la indicada, pero insuficiente, pues debería haber más orientadores en los colegios. En cuanto a los tratamientos para adictos, resalta que hay que trabajar en abstinencia y desintoxicación y evaluar opciones que pueden ser más efectivas que estas. “Digo con franqueza que no tengo muy buenas referencias de los programas de reducción del daño. Lo que se aplique en la calle sobre tratamientos para adicción debe definirse con bases científicas”.
Señala que mientras el país vivió la ola de decirle no al consumo de drogas en los años 80 y 90, especialmente, hoy es importante un enfoque de información de riesgos del consumo de ciertas sustancias y sus posibilidades de adicción. “Nadie empieza a consumir heroína, sino que hay drogas de inducción y mecanismos que van generando adicción”.