El proyecto se desarrolla en una casa que en los años 80 perteneció al capo Gonzalo Rodríguez Gacha, el “Mexicano”.
Foto: Cortesía Secretaría de Seguridad de Bogotá
Salir de prisión en una sociedad punitiva como la colombiana es cargar con un estigma que cierra puertas y arroja a muchos pospenados de nuevo a las fauces del crimen. La resocialización es un concepto ajeno a unas mayorías, que prefieren hablar de la necesidad de construir más cárceles e imponer penas más duras que de dar segundas oportunidades. La creencia de que el árbol torcido no se endereza sigue tan arraigada que parece imposible de derrumbar.
Por Tomás Tarazona Ramírez
Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación