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La violencia y la falta de garantías que soportan las comunidades indígenas en sus territorios han hecho que por años lleguen a Bogotá buscando nuevas oportunidades de vida; pero estar alejados de sus espacios y culturas, en ocasiones, genera la pérdida de identidad en las nuevas generaciones.
Por esta razón, en la capital hay once Casas de Pensamiento Intercultural (CPI), con las que se busca cultivar y promover las tradiciones y conocimientos de diez culturas indígenas, en niños y niñas menores de cinco años, sin importar su identidad.
Nietos del Trueno, Casa de Aprendizaje de los Seres Grandes o Espíritu de la Semilla son algunos de los nombres que las comunidades han puesto a las CPI, las cuales dirigen sabedoras y sabedores, expertos en la transmisión de las prácticas culturales, características de los pueblos misak, nasa, kichwua, muisca, pijao, embera, uitoto, inga, kamëntšá y wounaan.
Estos espacios, a cargo de la Secretaría de Integración Social, tienen el aval de las autoridades indígenas de cada comunidad y el 80 % del talento humano que allí labora pertenecen a comunidades nativas de varias regiones del país. Es de resaltar que este servicio es gratuito y está habilitado para la primera infancia.
Con estas Casas, además de afianzar los conocimientos y tradiciones en los niños y niñas, se busca crear espacios en donde la exclusión, la desigualdad y la discriminación por el origen étnico no tengan cabida, pues los chicos que no pertenecen a alguna de las etnias también pueden aprender el modelo pedagógico característico de las CPI, que se arraiga en la cultura ancestral, usos y costumbres de cada pueblo indígena.
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De los 1.035 menores inscritos en estos espacios, 581 hacen parte de 22 pueblos indígenas arraigados en la capital. Xinia Navarro, secretaria de Integración, destacó que estas Casas son “indispensables en el fortalecimiento y la identidad cultural de las niñas, los niños y sus familias.
Todo, a través de enseñanzas y saberes propios sobre su historia, tejido, agricultura, narración oral, medicina, lengua, pintura, escultura, palabra y consejo, entre otros. No solo transmite un arte o un saber para hacer, sino también una serie de enseñanzas sobre el ser y estar de los pueblos indígenas en el contexto de Bogotá”.
Durante 2021, las Casas de Pensamiento Intercultural han tenido una inversión de casi $3.240 millones, en la adecuación de espacios, en donde se realizan procesos pedagógicos que incluyen la educación inicial indígena y no indígena, bajo tres pilares fundamentales: la cosmogonía, las historias de vida y el propio escenario de participación.
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Estos espacios también incluyen la alimentación nutritiva, el seguimiento al estado nutricional de los infantes, transporte, actividades de juego, arte y literatura orientadas hacia el reconocimiento de la condición étnica y cultural.
Con este proyecto, el Distrito impulsa la implementación de políticas públicas centradas en el enfoque de derechos y las condiciones diferenciales presentes en los habitantes de la capital. Y así, permite la construcción de relaciones interculturales en el marco de una educación inicial inclusiva y diversa, para que niñas, niños y familias que no son indígenas puedan aprender de los usos y costumbres de los pueblos indígenas.
Para seguir contribuyendo a la inclusión y la prestación de servicios a infantes, se espera que para 2022 sea inaugurada la Casa de Pensamiento del pueblo yanacona, que estará en la localidad de Ciudad Bolívar, y de esta manera seguir impulsando un plan que apunta a conservar la tradición y la historia.