Caso Ana María Castro: juez envía a Paul Naranjo a prisión
Un juez de control de garantías le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario a Naranjo, quien fue imputado por el feminicidio agravado de la joven Ana María Castro. El hombre se declaró inocente y apeló la medida.
Tras dos días de audiencia, una jueza de control de garantías envió a prisión a Paul Naranjo, una de las personas investigadas por la muerte de Ana María Castro, que ocurrió el 5 de marzo del 2020. El joven fue imputado por feminicidio agravado, cargo que no aceptó.
En la última parte de la audiencia, la jueza de control de garantías aseguró que la medida de aseguramiento correspondía a que “hay patrones de Paul Naranjo que infieren que puede no comparecer ante el proceso, debido a que, pese a que conocía que había una orden de captura en contra de él, no fue posible ubicarlo”, según dijo la funcionaria judicial este miércoles.
Esto, añadió, da para inferir que Naranjo tiene, “facilidad para ocultarse” y eso podría generar obstáculos a la justicia durante el avance del proceso. Además, aseguró que el indicado representa un “peligro para la comunidad” y por esas razones imponía la medida de aseguramiento en centro carcelario.
>>>Lea: Paul Naranjo, imputado por feminicidio por la muerte de Ana María Castro
Ante dicha decisión, el abogado de Naranjo, Jhon Cadena, apeló: “No comparto que la juez dé una medida de aseguramiento para un delito que no pasó en este caso. Eventualmente, con todas las evidencias que hay, estamos, si al caso, frente a un homicidio culposo, pero no ante un feminicidio agravado”. Además, según la defensa, la jueza no habría tenido en cuenta que Paul Naranjo era quien iba manejando el auto en el que se movilizaba Ana María Castro, así que por tanto no pudo haberla “botado” del vehículo.
Julián Ortegón es otra de las personas que iba en el vehículo en la madrugada en la que murió Castro. También está siendo procesado por el feminicidio y fue enviado a la cárcel el pasado 27 de enero.
Una muerte con múltiples versiones
Sobre lo ocurrido el 5 de marzo de 2020, las versiones de Julián Ortegón y de Paul Naranjo siempre han sido muy similares y giran en torno a que la madrugada del día en que ocurrió el crimen de Ana María Castro transitaban en la camioneta de Naranjo sobre la calle 80 con carrera 69, a la altura de la estación de Transmilenio de las Ferias. El vehículo, en el que además de los dos amigos viajaban Castro y Mateo Reyes, se dirigía hacia Pontevedra, donde queda el apartamento de Julián. Allí iban a continuar la fiesta que había iniciado horas antes en la zona rosa la Calle 116, en el norte de Bogotá.
Cuando estaban sobre la calle 80, Naranjo se dio cuenta que Reyes y Castro estaban besándose en la parte de atrás del carro, así que decide detenerse y bajar a ambos ¿Qué sucedió después? Ahí es donde las versiones toman rumbos diferentes. Según ese relato, Julián, quien era el copiloto, se bajó para sacar de la camioneta a Castro y Reyes. Al final, se montó de nuevo al vehículo y continuaron el recorrido original hacia el apartamento.
Esa teoría la soporta el testimonio de Reyes, quien es el único que no ha sido vinculado al caso. A pesar de que su primera versión fue que él iba en un taxi detrás de la camioneta de Paul y vio cómo arrojaron a Castro del vehículo, después, cuando habló con la madre de la joven, aceptó que él también iba en la camioneta. Desde ese momento, Reyes sostiene la versión de que Naranjo y Castro discutieron por celos y por eso los bajaron a ambos del carro. Según dijo, la discusión siguió, de repente Naranjo arrancó muy fuerte, Castro dio unos giros y cayó al suelo.
Otra es la versión que tiene la Fiscalía: Naranjo habría frenado la camioneta para sacar a Reyes, posteriormente cerraron la puerta del vehículo y continuaron con la ruta, dejándola incomunicada con Reyes. De acuerdo con esta hipótesis, habría ocurrido una discusión al interior del vehículo, uno de los dos jóvenes, al parecer, le propinó un golpe certero en el rostro a Castro y luego la lanzaron de forma violenta a la calle.
Para soportar esa teoría, la Fiscalía tiene como pruebas el testimonio del conductor de una plataforma de transporte que venía atrás de la camioneta y que dice haber visto cómo lanzaban a una mujer desde un vehículo en movimiento “como si fuera un muñeco de trapo”. Asimismo, el ente investigador cuenta con la evidencia de la llamada a la línea de emergencias 123.
Tras dos días de audiencia, una jueza de control de garantías envió a prisión a Paul Naranjo, una de las personas investigadas por la muerte de Ana María Castro, que ocurrió el 5 de marzo del 2020. El joven fue imputado por feminicidio agravado, cargo que no aceptó.
En la última parte de la audiencia, la jueza de control de garantías aseguró que la medida de aseguramiento correspondía a que “hay patrones de Paul Naranjo que infieren que puede no comparecer ante el proceso, debido a que, pese a que conocía que había una orden de captura en contra de él, no fue posible ubicarlo”, según dijo la funcionaria judicial este miércoles.
Esto, añadió, da para inferir que Naranjo tiene, “facilidad para ocultarse” y eso podría generar obstáculos a la justicia durante el avance del proceso. Además, aseguró que el indicado representa un “peligro para la comunidad” y por esas razones imponía la medida de aseguramiento en centro carcelario.
>>>Lea: Paul Naranjo, imputado por feminicidio por la muerte de Ana María Castro
Ante dicha decisión, el abogado de Naranjo, Jhon Cadena, apeló: “No comparto que la juez dé una medida de aseguramiento para un delito que no pasó en este caso. Eventualmente, con todas las evidencias que hay, estamos, si al caso, frente a un homicidio culposo, pero no ante un feminicidio agravado”. Además, según la defensa, la jueza no habría tenido en cuenta que Paul Naranjo era quien iba manejando el auto en el que se movilizaba Ana María Castro, así que por tanto no pudo haberla “botado” del vehículo.
Julián Ortegón es otra de las personas que iba en el vehículo en la madrugada en la que murió Castro. También está siendo procesado por el feminicidio y fue enviado a la cárcel el pasado 27 de enero.
Una muerte con múltiples versiones
Sobre lo ocurrido el 5 de marzo de 2020, las versiones de Julián Ortegón y de Paul Naranjo siempre han sido muy similares y giran en torno a que la madrugada del día en que ocurrió el crimen de Ana María Castro transitaban en la camioneta de Naranjo sobre la calle 80 con carrera 69, a la altura de la estación de Transmilenio de las Ferias. El vehículo, en el que además de los dos amigos viajaban Castro y Mateo Reyes, se dirigía hacia Pontevedra, donde queda el apartamento de Julián. Allí iban a continuar la fiesta que había iniciado horas antes en la zona rosa la Calle 116, en el norte de Bogotá.
Cuando estaban sobre la calle 80, Naranjo se dio cuenta que Reyes y Castro estaban besándose en la parte de atrás del carro, así que decide detenerse y bajar a ambos ¿Qué sucedió después? Ahí es donde las versiones toman rumbos diferentes. Según ese relato, Julián, quien era el copiloto, se bajó para sacar de la camioneta a Castro y Reyes. Al final, se montó de nuevo al vehículo y continuaron el recorrido original hacia el apartamento.
Esa teoría la soporta el testimonio de Reyes, quien es el único que no ha sido vinculado al caso. A pesar de que su primera versión fue que él iba en un taxi detrás de la camioneta de Paul y vio cómo arrojaron a Castro del vehículo, después, cuando habló con la madre de la joven, aceptó que él también iba en la camioneta. Desde ese momento, Reyes sostiene la versión de que Naranjo y Castro discutieron por celos y por eso los bajaron a ambos del carro. Según dijo, la discusión siguió, de repente Naranjo arrancó muy fuerte, Castro dio unos giros y cayó al suelo.
Otra es la versión que tiene la Fiscalía: Naranjo habría frenado la camioneta para sacar a Reyes, posteriormente cerraron la puerta del vehículo y continuaron con la ruta, dejándola incomunicada con Reyes. De acuerdo con esta hipótesis, habría ocurrido una discusión al interior del vehículo, uno de los dos jóvenes, al parecer, le propinó un golpe certero en el rostro a Castro y luego la lanzaron de forma violenta a la calle.
Para soportar esa teoría, la Fiscalía tiene como pruebas el testimonio del conductor de una plataforma de transporte que venía atrás de la camioneta y que dice haber visto cómo lanzaban a una mujer desde un vehículo en movimiento “como si fuera un muñeco de trapo”. Asimismo, el ente investigador cuenta con la evidencia de la llamada a la línea de emergencias 123.