Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Este martes continuó el juicio contra Paúl Naranjo y Julián Ortegón, por el presunto feminicidio de Ana María Castro Romero, de 21 años, ocurrido el 5 de marzo de 2020. Durante la diligencia que se extendió por más de 9 horas, fueron escuchados ocho testigos que hacen parte de la práctica probatoria de la Fiscalía en este proceso.
De estos, tres testimonios fueron relevantes durante el desarrolló de la audiencia: el de Camila Segura Vargas, amiga cercana de la joven fallecida; el de María Camila Fajardo Ríos, excompañera sentimental de Julián Ortegón, y el de Nargy Jessenia Lugo Sierra, psicóloga forense que realizó la valoración psicológica a Mateo Reyes (también testigo del ente acusador).
Lea: POT de Bogotá, incautación de camión con químicos y otras noticias de Bogotá
Segura Vargas llevaba una amistad de dos años con Ana María para la época de su muerte, eran vecinas y compartían fiestas, charlas y comidas juntas. “Salíamos a almorzar, nos veíamos muy seguido, vivíamos muy cerca y todo el tiempo estábamos juntas”, afirmó.
La testigo aseguró que el 4 de marzo de 2020, previo a los hechos, no estuvo con la joven, sino que intercambiaron una llamada telefónica y dos conversaciones vía WhatsApp. En estas, según declaró, Ana le manifestó que se encontraba con Paul, que estaba “ofendida” y que si la podía recoger en la calle 85. A lo cual, Segura no accedió porque estaba sin dinero. Posteriormente, le manifestó que estaba en la zona de bares de la 116 y que si quería ir.
Le puede interesar: Un hueco en la historia: lo que dejaron dos testigos en juicio por caso Ana Castro
Al otro día, se enteró del fallecimiento de Ana María por el mensaje de un amigo que le dio la noticia, que luego confirmó con una llamada a la mamá de su amiga, Nidia Romero. Después le escribió a Paul Naranjo para preguntarle lo que había pasado, a lo cual este contestó que la había dejado con un hombre que describió físicamente (Mateo Reyes). Y, continuando con su testimonio, contó que le había escrito a Castro a su celular, pero que los mensajes no le llegaron sino hasta las 10 de la mañana del 5 de marzo.
Finalmente, describió la relación que la joven sostuvo con Naranjo, según lo que le contaba su amiga, pues dijo que nunca compartió algún plan con los dos y que nunca notó actitudes celosas por parte de él. “Era una relación amorosa con pocas vistas personales, se mantenían en contacto en línea, pero se habían visto muy pocas veces. Todo el tiempo Ana me decía: ‘quedé de verme con Paul, pero no se pudo’. Todo el tiempo estaban como ennoviados. (...) Ana era muy dulce y me mostraba los chats, me decía que se quería ver con él y se trataban de ‘mi vida’ y ‘amor’, pero no habían concretado cita por distintos factores. Sé que se habían visto en rumba después de mucho tiempo”.
Lea también: Caso Ana María Castro: un segundo vehículo en la escena, hipótesis de la defensa
Por su parte, María Camila Fajardo Ríos, excompañera sentimental de Ortegón para la época en que ocurrieron los eventos, señaló que durante su noviazgo con el hoy procesado estuvo marcado por episodios de violencia verbal, física y psicológica contra ella, los cuales llevaron a que terminara su relación y lo denunciara penalmente por violencia intrafamiliar.
“La relación terminó cuando lo denuncié, eso fue en septiembre del año pasado. Llegó un punto donde dije: ‘ya no más’. Hice la denuncia en redes sociales y luego ante las autoridades, pero el proceso no ha avanzado porque él no se ha presentado y el proceso está estancado”, aseveró.
En contexto: Caso Ana María Castro: ¿qué indica la valoración psicológica a Mateo Reyes?
Además, manifestó que estuvo presente durante la reconstrucción de los hechos y que, momentos antes, había hablado con Julián y su familia sobre el celular de Ana María, el cual se habría quedado dentro de la camioneta que conducía Paúl Naranjo, pero que en la diligencia no se refirieron al tema.
Por otro lado, se escuchó a la psicóloga jurídica y forense, Nargy Jessenia Lugo Sierra, quien realizó el informe de valoración psicológica con fines forenses a Mateo Reyes Gómez, entre mayo de 2020 y junio de 2021.
En el interrogatorio, Lugo contó la manera en la que se le practicó las pruebas, entrevistas y evaluaciones de personalidad que determinaron que el estado mental del joven era conservado, que no tenía trastornos de personalidad ni afectaciones en su rendimiento cognitivo y que su capacidad testifical sobre lo ocurrido el 5 de marzo de 2020 “estar comprometida por haber experimentado un episodio de amnesia anterógrada, que como se ha descrito puede derivarse del consumo excesivo de bebidas alcohólicas, generando dificultades para recuperar la información en su memoria respecto a esta situación específica”.
Lea: Ana María Castro: Testigo estrella de Fiscalía y Mateo Reyes declararon en juicio
Una queja de la defensa de Paul Naranjo
John Jairo Cadena, apoderado de Naranjo, criticó una de las pruebas que se presentaron a través del investigador del CTI de la Fiscalía, Édgar Ortiz Vega, quien realizó la inspección técnica a cadáver y le tomó las fotos al cuerpo de Ana María en el Hospital Simón Bolívar.
Según el abogado, un short color gris con manchas de sangre, presentado como elemento material probatorio No. 8, no corresponde al caso ni a una prenda que vestía la joven el día de su muerte. “¿De dónde sacó el short? ¿Entonces también se lo van a meter a mi cliente como prueba? Eso se llama contaminación del material probatorio y ruptura de la cadena de custodia”, le dijo Cadena a El Espectador.