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El Tribunal Superior de Bogotá condenó, en segunda instancia, a 20 años y cinco meses de prisión al coronel (r) Nelson de Jesús Arévalo por la alteración de la escena del crimen del artista callejero Diego Felipe Becerra Lizarazo, de 17 años.
La decisión del alto tribunal negó los recursos de nulidad presentados por la defensa, ya que se consideró que existía evidencia suficiente para condenar a Arévalo, quien se desempeñaba como comandante de la Estación de Policía de Suba para la época de los hechos, por su responsabilidad en el intento de hacer pasar a Diego Felipe por un atracador.
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En ese sentido, el material probatorio presentado demuestra que el coronel en retiro tuvo conocimiento de que se conseguiría un arma de fuego para hacer un montaje en el que se señalara al grafitero de estar armado y así justificar que el patrullero Wílmer Alarcón le hubiera disparado.
No obstante, el fallo condenatorio redujo la sentencia inicialmente impartida contra el oficial de la Policía, que fue sentenciado por los delitos de fabricación, porte y tenencia de armas y de favorecimiento en homicidio agravado. Esto se debe a que en el primer falló condenatorio no se justificó de manera correcta la imposición de la pena máxima por uno de los delitos.
“Por lo que, al no hacer durante la [primer] instancia, es impropio hacerlo ahora porque se vulneraría el debido proceso y derecho de defensa. De manera que, se impone modificar la sanción y establecerla en el mínimo de primer cuatro medio por el punible de fabricación, tráfico y porte de armas, 234 meses y un día” aseguró el juez del alto tribunal durante la lectura del fallo.
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Por su parte, en segunda instancia se mantuvieron las condenas del teniente Rósemberg Madrid Orozco, el intendente Juan Carlos Leal, los patrulleros Fleiber Leandro Zarabanda y Wílmer Antonio Alarcón, así como el asesor jurídico de la Policía de Bogotá, Héctor Hernando Ruiz, que también participaron en la alteración de la escena del crimen.
Tanto la Fiscalía como la defensa, anunciaron que presentaran recursos de casación, es decir pedir la nulidad de la decisión en segunda instancia del Tribunal Superior.
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