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La trágica muerte de Gabriel Esteban González Rodríguez, de cinco años, tiene consternado al país. En especial por las condiciones que rodearon un crimen, planeado con detalle: al niño al parecer lo mató su padre, Gabriel Enrique González Cubillos, de 50 años, en la habitación 205 del Hotel del Rey, en Melgar (Tolima), para vengarse de su expareja, de quien se había separado hace cinco meses.
Con esto, Gabriel Esteban se suma a la larga lista de 426 menores de edad que fueron asesinados este año en el país, víctimas en su mayoría de padres, padrastros o familiares. Lo más lamentable es que la madre buscó ayuda a tiempo, pero poco sirvió.
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Consuelo Rodríguez, madre del niño y expareja sentimental del presunto asesino, relató que, tras seis años de relación, tomó la decisión de separarse de González Cubillos, quien reaccionó de manera agresiva. Incluso la acosó en reiteradas ocasiones:
“Mi relación con él fue difícil recién nos separamos. Tuve que acudir a una Comisaría de Familia y, aparentemente, estaba más tranquilo. Nadie imaginaba que haría algo así, más porque se mostraba amoroso con él”, afirmó. Esa falsa actitud amorosa fue la que le dio la tranquilidad para permitir que el 1 de octubre se llevara a su hijo, en cumplimiento del acuerdo de visitas al que llegaron luego de una conciliación en la Comisaría de Familia de Usme, el 23 de septiembre. La próxima visita iba a ser a finales de mes.
Sin embargo, y tal como lo relata el intendente Alejandro González, coordinador de la Unidad de Desaparecidos de Bogotá, el día que recogió al pequeño Gabriel Esteban, en la casa de Consuelo, aprovechó para esconder una USB en el baño de su casa.
Luego, con el niño en su poder, le pidió que la buscara: en ella había un video en el que le anunciaba sus planes. Según las autoridades, afirmaba que la dejarían en paz (a Consuelo) para que empezara una nueva vida con su nueva pareja. Por ello acabaría con la vida de su hijo.
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Este material es parte de la evidencia de la Fiscalía General de la Nación en contra del sospechoso, a quien capturaron sobre las 4:15 p.m. de este martes, 4 de octubre, en un retén de tránsito en el municipio de Nilo (Cundinamarca) y tendrá que comparecer ante un juez para la imputación por los delitos de secuestro y homicidio agravado. Al ser identificado, intentó sobornar a los uniformados, motivo por el cual tendrá que responder, además, por el delito de cohecho. Como refuerzo de las evidencias en su contra hay un video de las cámaras de seguridad del hotel saliendo a las 7:10 a.m. del lunes de la habitación donde encontraron al niño.
Según Fabián Vidal, administrador del hotel en Melgar, el padre del menor incluso habló con uno de los trabajadores y le dijo textualmente: “Buenos días. Voy por el desayuno, ya vuelvo”. Diálogo que no despertó dudas en los colaboradores del hotel, quienes afirman que incluso en el momento del registro jugaron juntos con los peces que estaban en un acuario de la recepción.
“Encontramos al menor sin vida en una habitación de hotel del municipio de Melgar, así activamos todos los protocolos y nos organizamos para dar con la captura de los responsables. Solicitamos a la ciudadanía información a través de nuestras líneas de emergencia”, afirmó inicialmente el coronel Néstor Cepeda, comandante de la Policía del Tolima.
Para ese momento Consuelo ya estaba enterada de la muerte de su hijo. Él mismo le había enviado un mensaje confirmando el crimen.
Las negligencias en los procedimientos
Según los habitantes del barrio Sierra Morena eran reiterados los actos de violencia de González Cubillos contra Consuelo Rodríguez y, de manera colateral, contra su hijo. Tanto, que entre los vecinos apoyaban a esta mujer cuidando a sus hijos mientras salía a trabajar, como comentan Luz Marina y Elmira Cuesta Perea.
Es importante resaltar que Consuelo pidió ayuda tras ser víctima del acoso de su ex, quien se paraba a las afueras de su casa para evitar que su actual pareja ingresara a su vivienda y la insultaba a través de mensajes de texto, llamadas e incluso mensajes de WhatsApp.
A pesar de que lo denunció y al sujeto lo multaron, no fue suficiente para que restringieran las visitas al niño. Escenario que lleva a la abogada Lina Morales, integrante de la Red Jurídica Feminista, a concluir que la actual tragedia se pudo haber evitado si los funcionarios, tanto dentro de las comisarías como de la Fiscalía, entendieran los temas de género de manera transversal. Según ella, era evidente que tras las denuncias de la víctima este podría tomar represalias contra la mujer afectando a su hijo.
“Más que hablar de una reacción lenta de las entidades, se debe hablar de cómo tienen una visión ‘familiarista’, que prioriza que los niños tengan papá y mamá nominalmente, sin importar los casos de violencia entre la pareja o con los niños. Creer que a pesar de las agresiones los padres deben visitar a sus hijos, ignora lo que en género se llama violencia vicaria: lastimar a un menor para causar dolor a la madre”, puntualiza la experta.
Agrega que en este caso se debió limitar el derecho a la visita del padre o permitir que lo hiciera supervisado por las autoridades, entendiendo que, incluso, desde la Comisaría de Familia se le sugirió tomar citas psicológicas para controlar su tendencia de acoso y dependencia.
“Pensar que se puede separar la violencia a la expareja del rol de crianza es un error. No podemos afirmar que el señor amaba o no a su hijo, pero lo que sí es claro es que abusó de él y lo empleó para hacerle daño a la madre. Ahí es clave el cúmulo de violencias. Eso debieron entender los funcionarios que atendieron el caso, porque se puso en riesgo la vida del menor suponiendo que un abusador de mujeres podía ser buen padre”, asevera.
Patricia Castaño, psicóloga e investigadora en Criminología y Victimología, afirmó que Gabriel Enrique González Cubillos, el presunto homicida, tenía aparentemente todo planeado con anterioridad e incluso configuró a su hijo de cinco años como su víctima:
“Esto que quiere decir que hizo una escalada de manipulaciones ocultando su potencial de personalidad violenta. Este como muchos otros casos similares configura una personalidad psicópata porque: anticipa sus acciones una y otra vez, prepara la acción violenta (en este caso, se lleva al niño y le deja una memoria USB a la madre contando anticipadamente lo que hará) y hace lo que ha pensado, su psiquis está condicionada a hacerle daño a la mujer independientemente de que sea su hijo”, analiza la experta Castaño.
Solo en este año, según el reporte de Medicina Legal, han muerto en todo el país más de 50 niños al mes por violencia intrafamiliar y diariamente se mueren dos niños por homicidio en Colombia. Adicionalmente, entre 2020 y 2021, cada 17 minutos una mujer fue víctima de violencia intrafamiliar por su expareja. Cifras que, de acuerdo con la Red Jurídica Feminista, enfatizan en la necesidad de abordar las violencias de género de manera transversal.
Por ahora los habitantes del sector exigen justicia en medio de la indignación que ha generado este caso. Piden una condena ejemplar para quienes agredan y acaben con la vida de los menores en el país que, en esta ocasión, mantiene consternada a Consuelo Rodríguez, madre del pequeño Gabriel. En honor al menor y en repudio a su asesinato se tiene prevista una velatón a las afueras del Hotel del Rey en Melgar, Tolima.
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