Celeste Morales: otro caso en el que la sociedad le falló a una niña de tres años
El Distrito reconoce las fallas y vacíos en las rutas de atención. En el caso de Celeste, las alertas no fueron suficientes. Su padrastro será imputado por su muerte y por pornografía infantil.
Juan Camilo Parra
“Cada caso es una derrota”, es el discurso con el que la Alcaldía analiza los recientes feminicidios en la capital. El caso de la pequeña Celeste, de tres años, si bien no es catalogado como un feminicidio, detrás de lo que sucedió sobresalen los mismos patrones de violencia de género que no pudieron ser contestados a tiempo. Las víctimas buscan ahora que la Fiscalía impute al presunto responsable, padrastro de la menor, por tentativa de feminicidio, aparte de los delitos de pornografía infantil por el que ya fue enviado preventivamente a prisión.
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“Cada caso es una derrota”, es el discurso con el que la Alcaldía analiza los recientes feminicidios en la capital. El caso de la pequeña Celeste, de tres años, si bien no es catalogado como un feminicidio, detrás de lo que sucedió sobresalen los mismos patrones de violencia de género que no pudieron ser contestados a tiempo. Las víctimas buscan ahora que la Fiscalía impute al presunto responsable, padrastro de la menor, por tentativa de feminicidio, aparte de los delitos de pornografía infantil por el que ya fue enviado preventivamente a prisión.
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El desasosiego por la muerte de esta niña no es menor. La indignación no solo se manifiesta por el estado en el que llegó la niña al hospital, casi sin vida, ni tampoco por lo que ocurrió los últimos días dentro de su casa, y las declaraciones de la madre que añadió a la denuncia ser víctima de un intento de feminicidio por parte del hombre que será acusado por la muerte de Celeste. Por todo eso y lo que rodea la captura del padrastro, es que el caso sigue siendo otro vivo ejemplo de esa “derrota” que percibe la sociedad bogotana. Todas las preguntas reviven: ¿el caso se pudo prevenir?, ¿en qué momento falló la ruta de atención?, ¿qué se puede hacer ahora?
La mañana que se confirmó la muerte de la menor, las autoridades emitieron un reporte preliminar del ingreso de la niña al Hospital de Kennedy: “Celeste Morales presenta signos de trauma, ingresa sin signos vitales, evidenciando hematomas en la cara, tórax, abdomen y extremidades, fallece en el hospital Kennedy”. Más adelante, el documento reportó que durante las indagaciones realizadas al cuerpo de la niña, constata que “venía sufriendo desnutrición, y según lo manifestado por la abuela, la niña había sufrido un accidente días antes cayendo de las escaleras de la casa”. El reporte preliminar cierra con un frío, “sin más datos”.
Para la actual administración, lo que hubo detrás del caso y que desemboco en lo evitable, demuestra que, como sociedad, “le seguimos fallando a la niñez y a las mujeres”. Según señaló Roberto Angulo, secretario de Integración Social, “ella (Celeste) estuvo en nuestros jardines de integración social en Bosa entre el año 2022 y 2023. En 2024 no llegó”.
El funcionario explicó que para estos casos hay un protocolo en Colombia y en la capital, para en los que se procede a dar apertura a un proceso de “búsqueda activa”, concretamente, para menores entre los 0 y 3 años. “Se activó el protocolo que duró hasta mayo, mes en que se declaró como inasistente”, señaló el funcionario.
La cartera, sin embargo, afirma que no había evidenciado ningún indicio de que fuese víctima de algún tipo de maltrato. “No se vieron señales de violencias hasta entonces”, añadiendo que el protocolo de búsqueda fue activado únicamente para asegurar la asistencia de la niña al jardín, “no por una situación de violencia”.
Más allá de no lograr que la menor volviera a la institución, quedó el vacío de por qué la Secretaría no logró identificar que la menor habitaba en un contexto con algún patrón de violencia presente, siendo que, como dijo el mismo secretario, “el cuidado de menores entre los 0 y 5 años oscila entre el cuidado institucional y el cuidado parental. “Nosotros hacemos un trabajo pedagógico en el que llevamos a los niños. No basta con decir que los niños no se agreden dentro de los servicios del Distrito, sino asegurar que tampoco sucede fuera de estos. Es un punto muy importante que debemos reforzar”, añadió Angulo.
Saúl León asumió este lunes la representación de las víctimas en el caso que abrió la Fiscalía. Recogiendo el relato de la madre de la niña, señaló que pedirá al ente investigador que le impute tentativa de feminicidio a Bryan David Ramírez, padrastro de la niña, por otro hecho de agresión en la que, denuncia, casi es víctima de feminicidio.
Por su parte, la Fiscalía General de la Nación encontró que el padrastro de la niña está involucrado en delitos por almacenar contenido pornográfico de otra menor. “Se constató que el padrastro estaría recibiendo videos con contenido explícito de otra menor de edad. Al verificar el material audiovisual se estableció que se trataba de otra niña, entre 3 y 4 años, que señalaba al hombre de actos sexuales y otros comportamientos en contra de su integridad física y emocional”.
Posterior a la captura, una Fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales de la Seccional Bogotá lo presentó ante un juez de control y le imputó los delitos de pornografía y actos sexuales con menor de 14 años, ambas conductas agravadas. Ramírez no aceptó los cargos, sin embargo, eso no impidió que el juez le diera medida de aseguramiento en un centro carcelario. “De otra parte, en los próximos días el procesado será imputado como presunto responsable del homicidio de su hijastra de 3 años. Los hechos investigados ocurrieron en el barrio Brasil, de la localidad de Bosa, en Bogotá; y fue conocido luego de que la mamá, la tía y el padrastro de la niña la trasladaron sin vida al hospital de Kennedy”, añadió el ente investigador.
Aunque a simple vista todas las señales estaban claras en que la niña estaba en riesgo viviendo con hombres como este, la condición en la que su madre se encontraba y la falta de respuesta rápida de todos los actores que rodean este caso, no fueron suficientes.
Gerson Bermont, secretario de Salud, reconoció ante El Espectador que las estrategias de salud mental para atender a la población, con un enfoque en prevención de casos de violencias de género, han sido insuficientes, “No podemos decir que funcionan cuando siguen presentándose feminicidios”.
“Las rutas hay que analizarla diariamente, no están talladas sobre piedra, no son elementos que se cumplan a cabalidad. En las rutas somos muchos actores y cualquiera que falle en esa ruta, hace que la posibilidad de falla sea inmensa. La ruta empieza de manera preventiva. Cuando suceden los hechos solemos concentrarnos en lo último que pasó, pero debemos ir más allá, más atrás”.
Enfrentando la estructura
Entre enero y marzo se reportaron 256 homicidios de menores de edad en el país. El primer mes del año Medicina Legal registró 44 de estos casos, 3 en Bogotá. En febrero el comportamiento fue más desconcertante: se reportaron 81, 7 de ellos en la capital. Marzo presentó otra preocupante escalada con el registro de 131 homicidios de menores, 10 en la ciudad. Del total, en los primeros tres meses del año, la entidad documentó 15 homicidios a menores entre los 0 y 4 años.
Las violencias sexuales “no mortales” contra menores también representa un reto. Entre enero y marzo de este año en Bogotá se documentaron 743 casos en los que Medicina Legal realizó exámenes médicos por presuntos casos de violencia sexual; adicional reportaron 390 casos correspondientes a violencia interpersonal contra niños y niñas, y 601 de violencia intrafamiliar.
Gerson Bermont señaló que atacar este panorama pasa por entrar a revisarlo más allá de las cifras mortales. “No podemos quedarnos en que hay 655 mujeres en riesgo de feminicidio en Bogotá, cuando desde la Secretaría de Salud tenemos indicio de 4.922 atenciones a mujeres por abuso. Puede que los casos extremos suenen más, pero detrás hay todo un mundo de mujeres sufriendo violencias cotidianas”, señaló el funcionario durante la presentación de las nuevas medidas que tomará el Distrito para confrontar las violencias de género.
Corregir el rumbo puede llevar años. Las apuestas entonces deben ser inmediatas, pero también a largo plazo. Dos acciones que buscan llenar los vacíos que tienen en las rutas, “las rutas de atención no solo tienen que estar bien escritas, también se deben cumplir. Estas rutas están cortadas. Tendremos un sistema de protección bien hecho si se integran con las demás entidades. En el caso de los niños y niñas implementaremos el Plan de Acción Distrital para la Prevención del Abuso de Niñas, Niños y Adolescentes que quedó plasmado en el Plan de Desarrollo.
Para contener la violencia contra menores radica en vincular a la Policía Metropolitana a la estrategia para que, por medio de los polígonos y cuadrantes, las autoridades puedan prestar vigilancia en entornos escolares como los jardines. Por otro lado, se busca mejorar el mapeo y la focalización de estos delitos. “No hay un reporte único sobre las violencias contra niños y niñas, hay muchas cifras de lo que pasa con este de luto. Este reporte no solo es para informar, sino para anticiparse a las acciones, el deber de nosotros no es restablecer derechos, es evitar que se vulneren”.
Por último, el reto de la Alcaldía es mejorar sin descanso los mecanismos de protección y prevención de violencias contra las mujeres y niñas. El trabajo tiene que ser de doble vía, con las víctimas y los victimarios, o posibles feminicidas, y sostenible en el tiempo. Como sociedad, los retos son igual de grandes y profundos, así como las heridas que quedan en la capital colombiana con cada uno de estos casos.
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