Cerca de 250 indígenas más llegan al parque Nacional de los alerbergues temporales
La población en el parque sigue en aumento. Con el arribo de más indígenas, son casi 700 personas, la mayoría niños que dormirán a la intemperie.
La situación humanitaria con los indígenas asentados en el parque Nacional tiene un nuevo episodio con la llegada de cerca de 250 personas más. Ya suman casi 700, según líderes indígenas y de derechos humanos. La preocupación sigue siendo en las condiciones en las que viven, siendo el 70% de la población, menores de edad, muchos niños de brazos.
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“De la UPI La Florida llegaron 150 y al rededor de 100 de La Rioja. La población sigue aumentando debido a las condiciones en las que viven en los albergues”, señaló a El Espectador, Jairo Montañez, líder coordinador de autoridades indígenas en Bacatá y líder de derechos humanos.
Según líderes, la falta de acuerdos y reuniones, colmó a otra porción de indígenas, en su mayoría, Emberá Katío, a asentarse en el parque, como ya lo habían hecho poblaciones de otros pueblos que permanecieron en el parque durante diez meses, entre 2021 y 2022. Ahora, este grupo que proviene del Chocó, decidió ir al parque por falta de garantías.
“Tenemos una población en el parque y los albergues, pero hay otra población indígena flotante que reside en paga diarios, en los albergues y en los cordones de miseria de la ciudad”, añadió el líder.
Una de las inconformidades de los indígenas es que en las reuniones los funcionarios suelen delegar las funciones y responsabilidades, ya sea de la Unidad de Víctimas a otras instancias del gobierno. Esto, en muchos casos, porque, “no se le reconoce la calidad de víctimas del conflicto armado. El 80% de esas personas son desplazadas por el conflicto y en Bogotá no hay un plan o de reasentamiento o ubicación temporal digna”, concluyó.
Entre tanto, la comunidad continúa a la espera de reunirse con el alcalde Carlos Fernando Galán o representantes del Gobierno Nacional, para llegar a un acuerdo, a tres meses de habitar en condiciones precarias, con no más de una comida diaria y deterioro de la salud mental, que incluso llevó al intento de suicidio de tres miembros de la comunidad, entre el 31 y el 2 de enero.
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Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
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Según líderes, la falta de acuerdos y reuniones, colmó a otra porción de indígenas, en su mayoría, Emberá Katío, a asentarse en el parque, como ya lo habían hecho poblaciones de otros pueblos que permanecieron en el parque durante diez meses, entre 2021 y 2022. Ahora, este grupo que proviene del Chocó, decidió ir al parque por falta de garantías.
“Tenemos una población en el parque y los albergues, pero hay otra población indígena flotante que reside en paga diarios, en los albergues y en los cordones de miseria de la ciudad”, añadió el líder.
Una de las inconformidades de los indígenas es que en las reuniones los funcionarios suelen delegar las funciones y responsabilidades, ya sea de la Unidad de Víctimas a otras instancias del gobierno. Esto, en muchos casos, porque, “no se le reconoce la calidad de víctimas del conflicto armado. El 80% de esas personas son desplazadas por el conflicto y en Bogotá no hay un plan o de reasentamiento o ubicación temporal digna”, concluyó.
Entre tanto, la comunidad continúa a la espera de reunirse con el alcalde Carlos Fernando Galán o representantes del Gobierno Nacional, para llegar a un acuerdo, a tres meses de habitar en condiciones precarias, con no más de una comida diaria y deterioro de la salud mental, que incluso llevó al intento de suicidio de tres miembros de la comunidad, entre el 31 y el 2 de enero.
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