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El entusiasmo por la Ciclovía dominical de Bogotá ha crecido sustancialmente en los últimos meses. Hemos comenzado a ver y a conocer a personas, documentos e historias que antes no conocíamos. Es fantástico ver que un evento, que pareciera ser solo resultado de logística, en realidad es todo un fenómeno cultural. Pero puede darnos aún más.
La Ciclovía ha ido creciendo desde una manifestación ciudadana en 1974 hasta una jornada que sucede todos los domingos y festivos. Su motivación ha variado: comenzó como una reflexión sobre el uso que hacemos de la ciudad y la forma como nos movemos por ella (en ese momento, una reflexión temprana sobre el uso del automóvil para viajes que podrían hacerse a pie o en bicicleta).
Recientemente ha tenido un rol de instrumento para recreación ciudadana (es el parque lineal más grande del mundo) y para salud (estudio tras estudio demuestran el mejoramiento de las condiciones de salud de quienes usan regularmente el espacio). Hoy con 127 kilómetros de extensión, es un hito ciudadano que se da por sentado.
Es difícil evaluar cuál ha sido el impacto real de la Ciclovía en la movilidad diaria de la ciudad. Al ser un evento eminentemente dominical y festivo, es difícil decir que tiene un impacto en lo que sucede de lunes a viernes.
No obstante, sí es claro que la oportunidad de usar una bicicleta u otro vehículo similar por muchos kilómetros de la ciudad ayuda a que la gente sepa que puede llegar sin esfuerzo a un lugar al que de otra manera nunca habría tratado de llegar.
Si el domingo una persona se da cuenta que su sitio de trabajo o estudio es factible de llegar en bicicleta en poco tiempo (y entre semana ese mismo viaje tiene una duración muy larga), es posible que esa persona pueda luego intentar ese viaje con bicicleta entre semana.
Necesitamos encontrar formas de ampliar el impacto de la ciclovía en el resto de los días de la semana. ¿Cómo podremos ampliar la reducción de ruido, la mejora de la salud, el incremento de la actividad física, y en general el sentimiento de felicidad del domingo a los otros seis días de la semana? Tal vez el gobierno y la ciudadanía debe tomar decisiones difíciles pero benéficas que necesitamos comenzar a explorar.
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