Cinco muertos, 80 heridos y CAI incendiados: balance de protestas por abuso policial
Las movilizaciones en rechazo por la muerte de Javier Ordóñez, se transformaron en una noche de furia, que no se veía desde las jornadas de paro nacional, a finales de 2019. El Ministerio de Defensa anunció refuerzo para la seguridad en la capital y pidió no estigmatizar a la Policía.
Se planeó como una tarde de conmemoración y justa indignación. Se transformó en una noche de violencia irracional, cuyos coletazos se sienten en casi toda la ciudad. La noche del 9 de septiembre quedará en la historia de Bogotá como aquella en la que cientos de capitalinos, en medio de una pandemia, salieron a expresar su inconformismo por el abuso policial, por la muerte de Javier Ordóñez, de 44 años, pero los vándalos volvieron a manchar su reclamo.
>LEA: Javier Ordóñez, otro rostro de los excesos policiales
Lo que se vivió este miércoles en Bogotá evocó lo ocurrido el pasado 23 de noviembre, cuando un agente del ESMAD disparó y causó la muerte de Dilan Cruz. Esta vez el epicentro de la historia fue el barrio Villa Luz, en la localidad de Engativá, escenario de la desgarradora escena que llevó a la ciudadanía a las calles: Ordóñez, en el piso, ya reducido por dos agentes de la Policía, recibió al menos 10 descargas con las pistolas eléctricas que utilizan los uniformados para controlar situaciones de exaltación. Luego la noticia: murió bajo custodia policial.
La historia motivó plantones y una velatón, en memoria de la última víctima de abuso policial. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los homenajes se convirtieran en ataques contra los uniformados del CAI del barrio. A partir de ahí, la ciudad se vio inmersa en una grave situación de orden público, que se extendió hasta altas horas de la noche, en la que las agresiones se fueron propagando por diferentes barrios.
>LEA: ¿Quién era Javier Ordóñez, el abogado que murió tras un proceso policial en Bogotá?
Como parte de la jornada, según la Policía, se registraron 26 protestas en toda la ciudad y en Soacha, las cuales dejaron un balance dramático: cinco civiles asesinados, en medio de los disturbios y 50 heridos, atendidos en centros asistenciales por lesiones con objetos contundentes. Además, 30 policías heridos (24 en Bogotá, 3 en Soacha y 3 en Madrid) y una serie de daños en la infraestructura de la ciudad.
El reporte relaciona que fueron vandalizadas 53 instalaciones policiales, entre ellas 45 CAI. De estos, 17 fueron incinerados. También causaron daños a 77 vehículos, entre ellos 25 buses de Transmilenio, de los cuales nueve fueron incendiados; 41 buses del SITP afectados, dos de ellos incinerados, al igual que cuatro motos y una patrulla de la Policía. Además, saquearon el D1 de la localidad de SUBA y el Éxito, en Bosa. Al final fueron detenidas 31 personas por violencia contra servidor público.
>LEA: En imágenes, el caos se extiende a diferentes puntos de Bogotá
Entre los CAI afectados se encuentran los de La Gaitana (Suba), Patio Bonito (Kennedy), Galán (Puente Aranda), Ciudad Berna (Antonio Nariño), La Soledad (Teusaquillo), Molinos (Rafael Uribe), Bachue (Engativá) y Porvenir, Roma y Villa del Río, en Bosa, que fueron epicentro de los desmanes.
Pasada la 1:00 de la mañana, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, emitió un comunicado en el que fuera de expresar el dolor por la muerte de Javier Ordóñez y la solidaridad con su familia, dijo que existe un compromiso institucional por aclarar los hechos lo antes posible. “La Policía puso en marcha todos los protocolos de investigación interna. Por instrucción del Presidente Iván Duque, los patrulleros serán suspendidos y se seguirá trabajando de manera coordinada con la Fiscalía para conocer a la mayor brevedad la necropsia, que conduzca a aclarar lo sucedido”.
Trujillo aprovechó para hacer un llamado a dejar de estigmatizar a la Policía como institución, “tratando injuriosamente de señalar a todos los miembros de conductas cometidas por algunos de ellos”. Finalmente anunció el refuerzo del dispositivo de seguridad en la capital con 1.600 policías, 850 de ellos provenientes de otras regiones; 300 soldados de la Brigada 13, que apoyarán a la Policía, y el ofrecimiento de hasta $50 millones de recompensa por información que permita dar con los responsables de los cinco asesinatos cometidos durante la jornada de protesta y actos vandálicos.
>LEA: Pistolas eléctricas Taser: ¿causaron de la muerte de Javier Ordóñez?
Los enfrentamientos dejan en un punto casi de no retorno las relaciones entre las autoridades y la ciudadanía que exige justicia por las muertes de ciudadanos en medio de procedimientos policiales o estando bajo custodia de uniformados. También se convierte en la primera prueba de fuego para la Alcaldía en términos de seguridad.
La Policía reportó el balance al final de la jornada de protestas, pasada la medianoche.
Este fue el comunicado que leyó el ministro de Defensa.
Desde temprano, la alcaldesa se comprometió a hacerle acompañamiento a la familia de Javier Ordóñez y pidió una reforma estructural en la Policía.
Y más tarde, el ministro de Defensa anunció que hay en marcha una serie de procesos internos para mejorar la institución y que darán a conocer este jueves, cuando vendrán todos los anuncios y, si las hay, explicaciones a lo ocurrido en esta nueva noche de desazón en la capital.
Se planeó como una tarde de conmemoración y justa indignación. Se transformó en una noche de violencia irracional, cuyos coletazos se sienten en casi toda la ciudad. La noche del 9 de septiembre quedará en la historia de Bogotá como aquella en la que cientos de capitalinos, en medio de una pandemia, salieron a expresar su inconformismo por el abuso policial, por la muerte de Javier Ordóñez, de 44 años, pero los vándalos volvieron a manchar su reclamo.
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Lo que se vivió este miércoles en Bogotá evocó lo ocurrido el pasado 23 de noviembre, cuando un agente del ESMAD disparó y causó la muerte de Dilan Cruz. Esta vez el epicentro de la historia fue el barrio Villa Luz, en la localidad de Engativá, escenario de la desgarradora escena que llevó a la ciudadanía a las calles: Ordóñez, en el piso, ya reducido por dos agentes de la Policía, recibió al menos 10 descargas con las pistolas eléctricas que utilizan los uniformados para controlar situaciones de exaltación. Luego la noticia: murió bajo custodia policial.
La historia motivó plantones y una velatón, en memoria de la última víctima de abuso policial. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los homenajes se convirtieran en ataques contra los uniformados del CAI del barrio. A partir de ahí, la ciudad se vio inmersa en una grave situación de orden público, que se extendió hasta altas horas de la noche, en la que las agresiones se fueron propagando por diferentes barrios.
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Como parte de la jornada, según la Policía, se registraron 26 protestas en toda la ciudad y en Soacha, las cuales dejaron un balance dramático: cinco civiles asesinados, en medio de los disturbios y 50 heridos, atendidos en centros asistenciales por lesiones con objetos contundentes. Además, 30 policías heridos (24 en Bogotá, 3 en Soacha y 3 en Madrid) y una serie de daños en la infraestructura de la ciudad.
El reporte relaciona que fueron vandalizadas 53 instalaciones policiales, entre ellas 45 CAI. De estos, 17 fueron incinerados. También causaron daños a 77 vehículos, entre ellos 25 buses de Transmilenio, de los cuales nueve fueron incendiados; 41 buses del SITP afectados, dos de ellos incinerados, al igual que cuatro motos y una patrulla de la Policía. Además, saquearon el D1 de la localidad de SUBA y el Éxito, en Bosa. Al final fueron detenidas 31 personas por violencia contra servidor público.
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Entre los CAI afectados se encuentran los de La Gaitana (Suba), Patio Bonito (Kennedy), Galán (Puente Aranda), Ciudad Berna (Antonio Nariño), La Soledad (Teusaquillo), Molinos (Rafael Uribe), Bachue (Engativá) y Porvenir, Roma y Villa del Río, en Bosa, que fueron epicentro de los desmanes.
Pasada la 1:00 de la mañana, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, emitió un comunicado en el que fuera de expresar el dolor por la muerte de Javier Ordóñez y la solidaridad con su familia, dijo que existe un compromiso institucional por aclarar los hechos lo antes posible. “La Policía puso en marcha todos los protocolos de investigación interna. Por instrucción del Presidente Iván Duque, los patrulleros serán suspendidos y se seguirá trabajando de manera coordinada con la Fiscalía para conocer a la mayor brevedad la necropsia, que conduzca a aclarar lo sucedido”.
Trujillo aprovechó para hacer un llamado a dejar de estigmatizar a la Policía como institución, “tratando injuriosamente de señalar a todos los miembros de conductas cometidas por algunos de ellos”. Finalmente anunció el refuerzo del dispositivo de seguridad en la capital con 1.600 policías, 850 de ellos provenientes de otras regiones; 300 soldados de la Brigada 13, que apoyarán a la Policía, y el ofrecimiento de hasta $50 millones de recompensa por información que permita dar con los responsables de los cinco asesinatos cometidos durante la jornada de protesta y actos vandálicos.
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La Policía reportó el balance al final de la jornada de protestas, pasada la medianoche.
Este fue el comunicado que leyó el ministro de Defensa.
Desde temprano, la alcaldesa se comprometió a hacerle acompañamiento a la familia de Javier Ordóñez y pidió una reforma estructural en la Policía.
Y más tarde, el ministro de Defensa anunció que hay en marcha una serie de procesos internos para mejorar la institución y que darán a conocer este jueves, cuando vendrán todos los anuncios y, si las hay, explicaciones a lo ocurrido en esta nueva noche de desazón en la capital.