Cinco personas habrían salido en ambulancia de una fiesta en Chapinero que dejó dos muertos
Durante la madrugada del 12 de febrero, dos jóvenes salieron en graves condiciones de salud del bar Studio 64, en la que se llevaba a cabo la fiesta Fetish in wonderland, en la cual asistentes denunciaron un aforo desmedido y poca ventilación. Ambos hombres murieron horas después.
Dos jóvenes muertos, esto fue lo que dejó la fiesta Fetish in wonderland, del pasado sábado 11 de febrero, en el bar Studio 64, ubicado en la carrera 13 con calle 64, en la localidad de Chapinero. Un lamentable resultado de una pésima organización por parte de la empresa de eventos Metamorphosis y por la falta de protocolos y atención a emergencias del sitio en el que se desarrolló la fiesta.
En contexto: Aforo desmedido y falta de oxígeno: denuncian muerte de joven en fiesta de electrónica
Así lo denuncian los asistentes al lugar, quienes representaron alrededor de 1.200 personas, a las cuales se les vendieron boletas para pasar una noche de fiesta en un sitio con un aforo para 700 asistentes, y aunque esta cifra ya es un ejemplo de una mala logística, también se le suma el hecho de que los trabajadores del lugar le prohibían a los asistentes llenar botellas con el agua de los lavamanos, sin contar, que cobraban una botella de agua por $10.000.
Las víctimas
Miguel Rodríguez, de 20 años, era el nombre de uno de los jóvenes que falleció, así lo dio a conocer el colectivo Échele Cabeza, el cual se pronunció frente a lo sucedido y además de lamentar lo sucedido, hizo una petición: “¡Por favor cancelen esos colectivos que no se preocupan por las condiciones básicas y necesarias para la salud y ponen en riesgo sus vidas! Lo volvieron hacer y otra persona está muerta”, señalaron.
Y es que los organizadores de este evento serían los mismos que llevaron a cabo la fiesta Red Room 2 Freakshow Fetish Party, en julio de 2022, en donde también murió un joven de venezolano de 26 años llamado Ricardo Rojas.
EN CONTEXTO: Fiesta, drogas y alcohol, un coctel que desafía las políticas de prohibición
Miguel habría consumido sustancias psicoactivas como éxtasis y sobre la 1:00 a.m. comenzó a sentirse mal, sus amigos lo llevaron a una ambulancia que estaba cerca a la entrada del lugar, de allí lo remitieron para la clínica Marly, en donde fue trasladado a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), allí fue entubado, sin embargo, sobre las 5:00 a.m. sufrió un paro cardiorrespiratorio y media hora después murió.
Otro de los fallecidos en la fiesta del 11 de febrero fue Arles Ardila. “Él salió con su pareja y dos amigos y empezaron a consumir drogas a eso de las 9:30 de la noche: tusibi, popper, marihuana destilada y MD. Se camuflan dentro de la ropa y se entran al sitio del evento”, compartió la hermana de la víctima al periódico El Tiempo.
Después de esto, alrededor de la medianoche salió del bar en malas condiciones, fue llevado a la Clínica Infantil de Colsubsidio, “su situación era tan grave que lo pasaron a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Murió a las 12:35 de la noche. Fue un paro cardiorrespiratorio”, le contó la hermana de Arles a ese medio de comunicación.
Después de lo sucedido, voceros del bar señalaron que cuentan con todos los permisos que exige la ley y agregaron que “esta situación genera conversaciones incómodas que se deben dar sobre la regulación al consumo de drogas y su uso responsable. No deberían darse más casos como el de este fin de semana que cobró la vida de dos jóvenes”.
Por otra parte, agregaron que: “entendemos el difícil momento e inmenso dolor que los embarga y lamentamos la exposición de las víctimas en las redes sociales. Por respeto a las familias nos habíamos abstenido de hacer pronunciamientos, pero es necesario hacer algunas aclaraciones”.
La alcaldía local de Chapinero también se pronunció, y señaló que el bar no habría solicitado los permisos del Sistema Único de Gestión de Aglomeraciones (SUGA), asimismo, después de las emergencias presentadas, la alcaldía aseguró que “nunca llamaron a la Policía, tampoco se comunicaron con los bomberos y mucho menos a la Alcaldía Local”.
Por lo tanto, el bar tendría que demostrar que cumplió con el debido proceso para desarrollar este tipo de actividades. Por su parte, Vanessa Morris Silva, coordinadora del proyecto Échele Cabeza, se pronunció frente a lo sucedido, y contó que la ambulancia habría llegado alrededor de tres veces al establecimiento, y habría sacado cinco personas del lugar que se encontraban en malas condiciones. “Solo sabemos que dos de ellos murieron”, contó.
“Lo peor de esto es que más allá de la muerte de las dos personas, el colectivo organizador de esto es el mismo del evento del año pasado (en donde murió otro joven) en el que no sabemos realmente qué pasó y en qué va ese proceso por el trámite que le dieron a la atención y la muerte del otro chico”, le contó Morris a El Espectador.
“Para nosotros es desconcertante, sigan haciendo eventos y que no se ha hecho nada, y lo segundo que nos indigna es ¿en dónde estaban las autoridades?, nos indican que la Policía estuvo tres veces en el lugar y nunca cerró la fiesta, digamos que ahí sería un tema de corrupción, eso es algo que no tenemos claro, pero que sí se tiene que investigar”, concluyó.
El Espectador ha contactado por distintos medios al organizador del evento, sin embargo, al cierre de este artículo no ha respondido.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Dos jóvenes muertos, esto fue lo que dejó la fiesta Fetish in wonderland, del pasado sábado 11 de febrero, en el bar Studio 64, ubicado en la carrera 13 con calle 64, en la localidad de Chapinero. Un lamentable resultado de una pésima organización por parte de la empresa de eventos Metamorphosis y por la falta de protocolos y atención a emergencias del sitio en el que se desarrolló la fiesta.
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Así lo denuncian los asistentes al lugar, quienes representaron alrededor de 1.200 personas, a las cuales se les vendieron boletas para pasar una noche de fiesta en un sitio con un aforo para 700 asistentes, y aunque esta cifra ya es un ejemplo de una mala logística, también se le suma el hecho de que los trabajadores del lugar le prohibían a los asistentes llenar botellas con el agua de los lavamanos, sin contar, que cobraban una botella de agua por $10.000.
Las víctimas
Miguel Rodríguez, de 20 años, era el nombre de uno de los jóvenes que falleció, así lo dio a conocer el colectivo Échele Cabeza, el cual se pronunció frente a lo sucedido y además de lamentar lo sucedido, hizo una petición: “¡Por favor cancelen esos colectivos que no se preocupan por las condiciones básicas y necesarias para la salud y ponen en riesgo sus vidas! Lo volvieron hacer y otra persona está muerta”, señalaron.
Y es que los organizadores de este evento serían los mismos que llevaron a cabo la fiesta Red Room 2 Freakshow Fetish Party, en julio de 2022, en donde también murió un joven de venezolano de 26 años llamado Ricardo Rojas.
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Miguel habría consumido sustancias psicoactivas como éxtasis y sobre la 1:00 a.m. comenzó a sentirse mal, sus amigos lo llevaron a una ambulancia que estaba cerca a la entrada del lugar, de allí lo remitieron para la clínica Marly, en donde fue trasladado a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), allí fue entubado, sin embargo, sobre las 5:00 a.m. sufrió un paro cardiorrespiratorio y media hora después murió.
Otro de los fallecidos en la fiesta del 11 de febrero fue Arles Ardila. “Él salió con su pareja y dos amigos y empezaron a consumir drogas a eso de las 9:30 de la noche: tusibi, popper, marihuana destilada y MD. Se camuflan dentro de la ropa y se entran al sitio del evento”, compartió la hermana de la víctima al periódico El Tiempo.
Después de esto, alrededor de la medianoche salió del bar en malas condiciones, fue llevado a la Clínica Infantil de Colsubsidio, “su situación era tan grave que lo pasaron a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Murió a las 12:35 de la noche. Fue un paro cardiorrespiratorio”, le contó la hermana de Arles a ese medio de comunicación.
Después de lo sucedido, voceros del bar señalaron que cuentan con todos los permisos que exige la ley y agregaron que “esta situación genera conversaciones incómodas que se deben dar sobre la regulación al consumo de drogas y su uso responsable. No deberían darse más casos como el de este fin de semana que cobró la vida de dos jóvenes”.
Por otra parte, agregaron que: “entendemos el difícil momento e inmenso dolor que los embarga y lamentamos la exposición de las víctimas en las redes sociales. Por respeto a las familias nos habíamos abstenido de hacer pronunciamientos, pero es necesario hacer algunas aclaraciones”.
La alcaldía local de Chapinero también se pronunció, y señaló que el bar no habría solicitado los permisos del Sistema Único de Gestión de Aglomeraciones (SUGA), asimismo, después de las emergencias presentadas, la alcaldía aseguró que “nunca llamaron a la Policía, tampoco se comunicaron con los bomberos y mucho menos a la Alcaldía Local”.
Por lo tanto, el bar tendría que demostrar que cumplió con el debido proceso para desarrollar este tipo de actividades. Por su parte, Vanessa Morris Silva, coordinadora del proyecto Échele Cabeza, se pronunció frente a lo sucedido, y contó que la ambulancia habría llegado alrededor de tres veces al establecimiento, y habría sacado cinco personas del lugar que se encontraban en malas condiciones. “Solo sabemos que dos de ellos murieron”, contó.
“Lo peor de esto es que más allá de la muerte de las dos personas, el colectivo organizador de esto es el mismo del evento del año pasado (en donde murió otro joven) en el que no sabemos realmente qué pasó y en qué va ese proceso por el trámite que le dieron a la atención y la muerte del otro chico”, le contó Morris a El Espectador.
“Para nosotros es desconcertante, sigan haciendo eventos y que no se ha hecho nada, y lo segundo que nos indigna es ¿en dónde estaban las autoridades?, nos indican que la Policía estuvo tres veces en el lugar y nunca cerró la fiesta, digamos que ahí sería un tema de corrupción, eso es algo que no tenemos claro, pero que sí se tiene que investigar”, concluyó.
El Espectador ha contactado por distintos medios al organizador del evento, sin embargo, al cierre de este artículo no ha respondido.
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