Cindy Núñez, la lideresa trans del Santa Fe que llegó a exponer en el Museo Nacional
La mamá de Cindy fue la inspiración para que ella encontrara en los brillos, los hilos y el diseño de moda una salida a esa guerra que vivió contra los hombres y los policías de Bogotá, siendo mujer trans desde los años 80´s en el barrio Santa Fe. Hoy, una de sus prendas está expuesta en el Museo Nacional de Colombia. Esta es su historia.
Sara Caicedo
“El Santa Fe es un diamante en bruto, porque por encima brilla. Brilla la plata, el oro, la prostituta, el marica, los hombres, los negocios, allá está la plata”, contaba Cindy Núñez, lideresa y trabajadora sexual trans del barrio Santa Fe de Bogotá, mientras acomodaba el traje que hizo para la exposición “Moda con historias: laboratorio de reciclaje y cocreación textil”, del Museo Nacional de Colombia, ubicado en Bogotá.
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“El Santa Fe es un diamante en bruto, porque por encima brilla. Brilla la plata, el oro, la prostituta, el marica, los hombres, los negocios, allá está la plata”, contaba Cindy Núñez, lideresa y trabajadora sexual trans del barrio Santa Fe de Bogotá, mientras acomodaba el traje que hizo para la exposición “Moda con historias: laboratorio de reciclaje y cocreación textil”, del Museo Nacional de Colombia, ubicado en Bogotá.
“Para mí esto es un sueño, estar en un momento tan lindo, hacer esto con mis propias manos, que la gente lo toque, lo disfrute, lo analice, esto ha sido muy bonito para mi edad, poder llegar a ser tan guerrera después de pasar por tanto, donde éramos discriminadas, atropelladas, asesinadas. Es lindo saber que del reciclaje se pueden hacer cosas maravillosas, y con nuestra imaginación podemos hacer muchas cosas bellas, que vean que sí somos berracas, que somos talentosas”, agregó Núñez, mientras contaba cómo fue el proceso de diseñar una pieza que estuviera hecha por prendas de lotes de ropa donados por la empresa Falabella, las cuales debían ser transformadas por 13 diseñadores, entre los que estaba esta lideresa del Santa Fe.
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Ella creó un corsé y una falda, hechos con retazos de blusas y pantalones. “Me vino esa idea, esa imaginación de hacer esas dos prendas con ese reciclaje. Se trata verdaderamente de recoger y armar, no borrar y dañar el ambiente, sino cuidarlo y de ver que sí se pueden lograr las cosas, no botarlas, sino hacer un trabajo y demostrar que sí se puede”.
Cindy se define como una mujer pionera y trabajadora sexual del Santa Fe. Y es que ella es una de las sobrevivientes de esa guerra que ella cuenta que hubo desde los años 60´s en ese barrio de Bogotá. “Soy una lideresa del lugar, una de las sobrevivientes de la guerra contra nosotras, las mujeres trans. Fue una cosa dura, pero bueno, somos berracas y talentosas, hoy en día no solo ejerzo la prostitución, porque también me gusta mucho la modistería, el diseño, la confección, me ha gustado trabajar con piedras, con strapless y todo eso”.
Núñez para sus eventos hace sus propios vestuarios, y dice que siempre le gusta brillar, por eso es que el diseño que ella hizo para la exposición del Museo Nacional está lleno de brillos y piedras. “Es una pieza que la saqué de una noche de sueños, de fantasía y es la figura de la mujer trans que nos identifica, como son los corsetes, que nos hacen ver más femeninas, más sensual, más provocativa, más arrechante, jalamos más los clientes, entonces en eso me inspiré”.
“Soy reconocida como una madre en el barrio Santa Fe porque soy sobreviviente de toda esa lucha que nos ha tocado y pues que hoy en día algo se ha logrado gracias a Dios, y todo para que nuestras compañeras y las nuevas generaciones tengan ese poder, tengan ese derecho, tengan verdaderamente sueños como todos”, agregó.
La guerra de los policías contra las mujeres trans del Santa Fe
“En los años 60´s, 70´s, 80´s, éramos discriminadas, incluso nos mandaban a la cárcel por usar prendas femeninas, por pintarnos las uñas, y allá nos cortaban el pelo, era muy humillante. Y había un teniente en Bogotá que era algo terrible, nos llevaba a Monserrate, nos empelotaba, y como en ese tiempo no se conocía nada de los biopolímeros, entonces usábamos espumas y los hombres eran felices tocando, pero el tombo era feliz quitándonoslas y quemándolo todo, también terminábamos chupando frío porque nos mojaban con agua ¡Era terrible!”, contó Núñez.
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Ella llama a todo esto que vivió como una guerra. “No podíamos salir ni a los restaurantes porque nos sacaban, no alcanzábamos a comer cuando ya nos subían al camión y nos llevaban para la quinta o para la cuarenta, pa´ donde fuera, donde ellos quisieran, sino nos boleteaban, nos amarraban en el mismo carro y nos llevaban por toda la ciudad para que todo el mundo nos viera y se burlara”.
Hoy Cindy les dice a sus compañeras: “mamitas, valoren y aprovechen todo esto, porque nosotras fuimos payasos para ellos, para la Policía, para el DAS y para la sociedad, éramos payasos. Hoy en día que ustedes ya tienen todo por nosotras, quienes abrimos caminos, ustedes tienen la carretera, aprovechen, porque ahorita sí están esas oportunidades que nosotras no tuvimos”.
Algo que también le repite Cindy a sus amigas trans es que estudien, “porque si usted estudia puede ser alguien en la vida, asimismo, que aprovechen la juventud, porque todo es pasajero, porque el día de mañana que lleguen a viejitas puedan poner su negocio, su actividad, pueden vivir tranquilamente y dignamente”.
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“He luchado para que me respeten y por eso me llaman “Madre”. Para mí eso es bonito, es un orgullo porque yo también fui una habitante de calle, también me drogaba, yo nunca pisé una escuela, yo no sé leer ni escribir. Y poder llegar a otros mundos, llegar a ser lo que soy, a tener lo que tengo y lo que he hecho, y lo que le he mostrado a otras generaciones para mí es un orgullo”.
Para Cindy ha sido muy bonito “capotear” la vida y no que la vida sea la que la capotee a ella. “Ojalá mis compañeras estuvieran vivas para ver todo esto, lastimosamente quedaron atrás sin ver todo lo que han logrado, pero afortunadamente yo lo puedo contar”
El significado de la moda en la vida de Cindy Núñez
“Yo fui una persona que tuvo la oportunidad de estudiar peluquería y floristerías, pero la moda es algo que traigo de mi mamá, porque cuando era niña a mi mamá le gustaban mucho los brillos, todo lo que brillaba ella se lo compraba. Y a mí eso es algo que me encanta mucho, el brillo. Y por eso yo hice un vestuario que simboliza el Santa Fe”.
Para Cindy, El Santa Fe es un diamante, el cual hay que aprovecharlo y saberlo vivir, “porque no cualquiera lo puede pisar, pero en mis 40 años he vivido bien, no tengo nada de que quejarme, he aprendido a confeccionar, me he enfocado mucho en mis diseños, en los carnavales en las cosas que diseño para los eventos”.
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Asimismo, ha trabajado junto al diseñador Sebastián Reyes, y juntos crearon el Olimpo, un espacio en el que atraen a otras mujeres trans. “Aquí les enseñamos, ellas nos enseñan, trabajamos juntas y nos sentimos seguras, en un espacio en el que estamos tranquilas, aprendemos y compartimos muchas cosas”.
Y es que, de acuerdo con Núñez, la vida de las mujeres trans es algo solitaria. “Siempre están estresadas esperando de pie en una esquina a ver quién aparece, y ahí están, sin desayunar, sin pagar habitación, entonces el Olimpo es el espacio de nosotras, ahí al menos nos acompañamos, cocinamos, nos trabamos, nos reímos y estamos mejor acompañadas”.
Otras historias que se encontraron en el Museo Nacional de Colombia
Así como Núñez alcanzó su sueño de exponer en este importante espacio para la cultura, el diseño y el arte del país, hubo otros 12 diseñadores que pudieron mostrarle al mundo sus ideas. Uno de ellos fue Omar Espinosa, oriundo de Pitalito (Huila), quien es tecnólogo industrial y diseñador de moda, asimismo, tiene un emprendimiento de morrales y accesorios llamado Gato, él trabaja en el mercado de las pulgas de Usaquén hace 15 años, y allí se enteró de la convocatoria para exponer en el museo.
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El vestido que él diseñó para la exposición es un homenaje al pueblo Sikuani y a la lucha de estos indígenas para mantener vivas sus tradiciones, después de sobrevivir a la colonización y a la modernidad. “Cuando nos presentaron el proyecto nos hicieron una visita por todo el museo y a mi me gusta mucho la moda del Siglo XIX, los vestidos, los tocados, los accesorios, lo que son volantes, crinolinas, así que decidimos relacionar dos culturas con un vestido del siglo XIX y encima ponerle un pectoral bordado que es tejido de los indígenas Sikuani, una tribu que en su época fue perseguida hasta por cazadores, y ellos con el tejido quieren permanecer en la historia, para ellos tejer es no morir como cultura, no morir como pueblo ni que mueran sus tradiciones”, compartió Omar.
Lo que hizo Omar y su equipo de trabajo fue poner el pectoral bordado por encima del vestido para simbolizar que todavía los Sikuani están por encima de muchas cosas y que sobreviven aún, “eso fue la idea del proyecto, y a pesar de que ellos fueron tan estigmatizados y desplazados, todavía están ahí, por encima de muchas cosas”.
En cuanto al significado que tiene para este diseñador el poder exponer su prenda en el museo y ser asesorado por Alejandro Crocker, el diseñador de lujo consciente y el reciclaje creativo en la moda, fue un orgullo y una oportunidad que nunca se imaginó que se le iba a presentar. Asimismo, “estar al lado de diseñadores como Alejandro, que nos ha mostrado el mundo del reciclaje de la moda sostenible, fue un gran orgullo, y él es una buena inspiración para hacer cosas nuevas”.
Lucía Ortiz Monsalve, es otra de las expositoras, ella es orfebre y diseñadora de joyas. Tiene su marca, la cual lleva su nombre. “Para mi este reto de crear algo con reciclaje fue importantísimo porque yo estoy involucrada con la joyería sostenible, y la experiencia me pareció muy interesante porque es un tema de conciencia”.
De acuerdo con ella, esta exposición nos hace pensar qué estamos haciendo a nivel de moda y joyería, “que son dos industrias que contaminan demasiado, entonces hay que buscar nuevas alternativas”.
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Lucía en su taller de joyería no usa químicos, trabaja con sales naturales y maneja una cadena en la que el cliente puede saber de dónde sale el origen del insumo. En cuanto a su diseño para la exposición, fue un collar inspirado en una obra del pintor Guillermo Wiedemann, “la cual es un collage que tiene muchos elementos, entre esos hay unos círculos, por eso mi pieza es tan circular, pero tiene que ver con los ciclos de la vida, con la sororidad entre las mujeres. Toda la pieza fue hecha a mano y es una intervención de textil en la que desbaraté unos jeans y unos shorts, he hice la técnica de fruncido”. Para ella el hecho de exponer en el Museo Nacional fue algo muy feliz y emocionante.
En este video: Historia y reciclaje, una exposición de moda en el Museo Nacional, puede conocer más:
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