Claudia López busca $5,8 billones más de endeudamiento. ¿Qué piensa el Concejo?
Pedirá $5,8 billones para colegios, cupos universitarios, generación de empleo y la segunda línea del Metro. Algunos cabildantes ven con buenos ojos la iniciativa. Otros, piden más claridad sobre qué se hizo con el endeudamiento anterior.
Alexánder Marín Correa
Para empezar, hay que saber que el cupo de endeudamiento del Distrito es similar al que tiene un ciudadano en su tarjeta de crédito: un recurso disponible para compras inmediatas y pago a cuotas. Así como un ciudadano puede pedir a su banco ampliación del monto (dependiendo de su comportamiento y capacidad de pago), es lo que pretende la administración: pedirle al Concejo aumentar en $5,8 billones la autorización para gestionar recursos prestados, con lo que pasaría de casi $11 billones a casi $17 billones, el más alto de la historia reciente de la capital.
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Para empezar, hay que saber que el cupo de endeudamiento del Distrito es similar al que tiene un ciudadano en su tarjeta de crédito: un recurso disponible para compras inmediatas y pago a cuotas. Así como un ciudadano puede pedir a su banco ampliación del monto (dependiendo de su comportamiento y capacidad de pago), es lo que pretende la administración: pedirle al Concejo aumentar en $5,8 billones la autorización para gestionar recursos prestados, con lo que pasaría de casi $11 billones a casi $17 billones, el más alto de la historia reciente de la capital.
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El anuncio lo hizo la alcaldesa Claudia López, durante la entrega oficial del Colegio Rafael Uribe Uribe, en Tunjuelito, donde aprovechó para explicar la iniciativa que, una vez más ata temas sociales con proyectos de infraestructura, los cuales demandarían la mayor parte de los dineros. Según la mandataria los “recursos permitirán impulsar con mayor fuerza la reactivación económica de la ciudad y generar más de 60 mil empleos”.
A la hora de detallar cómo se destinaría el nuevo cupo habló de financiar la construcción de 25 colegios (con 23.895 cupos escolares), por $1,08 billones; garantizar 56.000 becas de educación superior (técnica y tecnológica), para jóvenes y mujeres, por $1,4 billones; financiar la segunda línea del Metro, con $2,81 billones, en su tramo Suba y Engativá; obras para el Cable Aéreo de San Cristóbal por $0,3 billones, y para la localidad de Kennedy y Bosa, la construcción del Centro Deportivo de Alto Rendimiento Gibraltar, para el cual se destinarán $0,24 billones.
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Por su parte, la Empresa de Acueducto también solicitará un nuevo cupo de endeudamiento, por $2,8 billones, para la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Canoas - PTAR Canoas-. Según la alcaldesa, Bogotá cuenta con capacidad de pago. “Tenemos autorización para endeudarnos hasta el 40 % de nuestra capacidad de ahorro. Hoy estamos usando el 4 %. Con el nuevo cupo va a subir hasta el 10 % para pagar el anterior cupo de endeudamiento y este que estamos pidiendo”, enfatizó Claudia.
¿Qué piensa el Concejo?
El proyecto pasará por manos del Concejo, que es la entidad encargada de autorizar a la administración el poderse endeudar. Y como en todos los debates, hay cabildantes a favor, al reconocer en los planes intenciones que podrían generar más desarrollo en la capital, y en contra, en especial aquellos que piden cuentas de ¿qué se hizo con el anterior cupo de endeudamiento?
Julián Sastoque (Alianza Verde) es uno de los que está plenamente convencido de la necesidad del proyecto. Ve bondades en la iniciativa y dice que el Concejo lo debe apoyar. “Son $5,8 billones con enfoque social, con becas de educación superior, algo necesario y prioritario para la juventud. Además, le apunta al empleo digno y a la construcción de colegios, que es algo que siempre habrá que respaldar. Son propuestas maravillosas, con enfoque social. Bogotá tiene maravillosos índices de deuda y capacidad de pago. Nuestras finanzas son sólidas. Creo que el Concejo debe apoyar con convicción política este cupo”.
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Marisol Gómez (Bogotá para la Gente) también la apoya, aunque hace algunos llamados de atención. “Hace un mes hice un debate sobre el empleo para mujeres y jóvenes generado con los cupos anteriores y encontré que no están haciendo lo suficiente. A pesar de esto, el nuevo cupo tiene temas importantes como la ampliación de becas para los jóvenes que necesitan ir a la universidad, una petición mía, porque la Secretaría de Educación hace una tarea bonita con Jóvenes a la U, pero el presupuesto es insuficiente. Eso es una necesidad sentida por los jóvenes de la ciudad, como se vio en la protesta social. Y segundo, también apoyo la plata para la segunda línea del Metro porque mejorará la movilidad y es una necesidad sentida de la ciudad”.
Por su parte, el concejal Diego Laserna (Alianza Verde), quiere tomarse el tiempo para analizar mejor la idea y hace un llamado a la cautela. Resaltan que la Alcaldía ya había pedido un endeudamiento de $10,8 billones, que es el más grande que se le ha autorizado en la historia a una administración.
“Por ello, hay que preguntarse ¿si estos nuevos proyectos son tan urgentes, por qué no fueron tenidos en cuenta en esa solicitud anterior? Si bien se aumentó el límite legal de endeudamiento, la ciudad no se puede endeudar a la loca, simplemente porque puede pedir más plata prestada”, asevera.
A revisar con detalle
Luis Carlos Leal (Alianza Verde) no solo quiere analizar la propuesta, también qué pasó con los recursos del cupo de 2020 y planteó una preocupación: “Sabemos que hay metas en Educación que no llegan al 80% de ejecución, así que debemos saber a ciencia cierta para que se plantea. Preocupa que en este nuevo cupo la administración de nuevo olvidó el sector salud, o será que desconoce la gran crisis que vive. Por el precario sistema y las secuelas de la pandemia, los hospitales públicos están de nuevo en riesgo financiero, no cuentan con insumos para atender urgencias y con ello se pone en riesgo la vida de la población en Bogotá”.
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Diego Cancino (Alianza Verde), si bien destaca un comportamiento fiscal admirable, también tiene reparos. “Debemos reconocer que estamos en una época de crisis por las consecuencias de la pandemia: desempleo, pobreza y carga doméstica para las mujeres. Se debe seguir mejorando esta situación y, en principio, para eso sería el endeudamiento. Sin embargo, es paradójico que casi la mitad de este cupo ($2,8 billones) se vaya al metro, manteniendo la tendencia de orientar cada vez mayor proporción del presupuesto de Bogotá al Sector Movilidad. En contraste, el sector salud, educación, cultura han perdido participación dentro del presupuesto. Este cupo es para superar la crisis de la pandemia, por eso no se entiende por qué la mitad de los recursos van al Metro y no a la inversión social”.
Por la misma línea se encuentra Manuel Sarmiento (Dignidad). “La alcaldesa hizo anuncios generales, pero hay que analizar los proyectos por separado. Están los que buscan ampliar el acceso a la educación y los que apuntan a obras de infraestructura. Tengo duda sobre el endeudamiento para el Metro, porque aún no se han terminado los estudios de factibilidad y está la discusión sobre la PTAR Canoas. Según los avances en la administración de Enrique en Peñalosa, se quería hacer a través de alianza publico privada -APP-, que es otra forma de privatizar. Lo que sería muy inconveniente es que esta administración insista en hacer ese proyecto a través de APP”.
No a un cheque en blanco
La oposición es más crítica. La concejal Heidy Sánchez (Colombia Humana) señala que, en una primera impresión, este proyecto sería la tercera versión de los eufemismos de la administración. “En la reactivación económica nos dijeron que de no ser aprobaba, básicamente la economía de la ciudad no se iba a recuperar y se aprobaron $2,7 billones para el Corredor Verde de la séptima, del cual no tenemos los diseños de detalle; luego con el proyecto de rescate social dijeron que si no se aprobaba nos quedábamos sin programas sociales y vimos como $1,8 billones iban para el rescate de los operadores privados de Transmilenio”.
Y agrega: “Ahora nos dicen que es para los niños, los jóvenes de la ciudad y habla de la creación de 50 mil cupos de educación superior, que desde mi posición hemos pedido. Pero vemos que $2,8 billones son para la segunda línea del Metro. Uno quiere que la movilidad mejore, pero no puede seguir pidiendo plata con eufemismos para construir obras que están en la imaginación. De la primera línea no conocemos siquiera los estudios. Entonces nuevamente con eufemismos llega, con una lógica de chantajes”.
Jorge Colmenares (Centro Democrático), por ejemplo, dice que no está de acuerdo con el proyecto. “Viene con otra solicitud, que alargará el tiempo para que Bogotá pueda pagar la deuda, siendo la alcaldesa que más endeudada dejará a Bogotá. Recordemos que hoy tiene 16 alcaldes locales investigados por un detrimento. ¿Para qué pide más endeudamiento, en vez de investigar qué ha hecho con el dinero de los bogotanos?”.
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Rolando González (Cambio Radical) es más concreto con las cifras y dice que no cuadran. “Entre el 2020 y 2022 se han firmado 10 créditos y se ha hecho cuatro emisiones de bonos ordinarios, por un monto de $4,15 billones. A la fecha, no se ha contratado $9,6 billones de los cupos autorizados, pero nos dicen que ya ese dinero está comprometido. Revisaremos si el Distrito está haciendo uso responsable de los recursos, porque la ‘olla quedará raspada’. Lo que es evidente es que la ciudad tiene una desfinanciación para sacar adelante el plan de desarrollo y faltando un año para terminar este mandato, donde no se ha entregado una obra de infraestructura, ahora pretenden pedir un cupo nuevo, sacando provecho del artículo 30 la Ley 2155, que permite a los municipios endeudarse hasta el 100% del total de sus ingresos corrientes”.
Humberto Amin (Centro Democrático) dice que “Las iniciativas pueden ser buenas, pero el cuidado que debemos que tener a la hora de analizar estos proyectos de acuerdos es saber si el Distrito tiene la capacidad de asumir más obligaciones (más allá de que la alcaldesa diga que Bogotá siga con buenas calificaciones de por parte de las calificadoras de riesgo) y sobre todo, hacerle un seguimiento a los primeros 10.8 billones iniciales aprobados. Aún no sabemos si se están cumpliendo con las metas del primer cupo de endeudamiento aprobado y ya vienen a pedirnos más plata. Aquí tendremos que analizar si conviene o no endeudar más a Bogotá”.
Carlos Carrillo señala que Claudia López rebasa cualquier límite de irresponsabilidad fiscal. “Ya el Concejo le aprobó cerca de $11 billones y ahora pide $6 más, supuestamente para un proyecto que no tiene estudios y que hábilmente disfraza de segunda línea del Metro, cuando ni siquiera están listos los estudios de la primera. El impacto del endeudamiento en las finanzas públicas es altísimo. Pagamos cantidades astronómicas por el servicio de la deuda. El Concejo debe decirle no a esa solicitud”.
Finalmente Lucía Bastidas (Alianza Verde) se resiste a entregarle un cheque en blanco a la alcaldesa. “Es inaudito que pida esa cantidad, para seguir endeudando a la ciudad. En 2020 se le aprobaron $10,8 billones y solo ha ejecutado el 43%. El 21% de ese cupo era para educación y de los colegios que prometieron dos no han iniciado, solo han entregado cuatro y ocho están por debajo del 60%. ¿En un año vamos a tener terrenos para contratar la construcción de otros 25? ¡No y no! Es un capricho de la alcaldesa Claudia López. Por otro lado, piden recursos para la segunda línea del Metro, que no existe. Es otro capricho de la alcaldesa. No vamos a dar un cheque en blanco para complacer sus caprichos”.
Por ahora, el ambiente para la solicitud del nuevo cupo de endeudamiento está dividido. Una vez lo radique el Distrito y los concejales conozcan los detalles de la iniciativa, seguramente se aclarará mejor el panorama para algunos o se ratificará el rechazo de los otros.
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