María Fernanda Ortíz, Gerente de Transmilenio
Foto: El Espectador - Jose Vargas Esguerra
Transmilenio (TM) es un sistema de odios y amores. Los usuarios saben de su valor y cómo sus carriles exclusivos lo llevan más rápido a su destino. No obstante, muchos critican la frecuencia del servicio, las estaciones llenas y la seguridad. Por eso, dirigir la empresa es todo un reto, en especial cuando hay tantas cosas por hacer y no hay recursos. Hoy TM proyecta un déficit de casi $3 billones, que es el monto que debe asegurar el Distrito a través del Fondo de Estabilización Tarifaria (FET).
Por Juan Camilo Parra
Periodista egresado de la Universidad Externado de colombia con experiencia en cubrimiento de orden público en Bogotá.jparra@elespectador.com