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A punta de engaños, una comerciante de Bogotá se desplazó al municipio de Tumaco el pasado 23 de septiembre para recibir un dinero que le permitiría darle un empuje a su negocio.
Mediante mensajes por celular, la mujer mantuvo contacto con una persona en esa zona que le garantizaba el préstamo de una cantidad de dinero, aun por establecer, con la que ella realizaría un nuevo surtido de su establecimiento en la capital.
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Pero en la búsqueda de este apalancamiento financiero, la mujer se encontró con una banda de secuestradores perteneciente al frente 30 residual de las Disidencias de las Farc, que la siguió desde que aterrizó en el aeropuerto del municipio hasta el punto de encuentro con la persona que le iba a facilitar el dinero.
Al llegar a este punto, hombres fuertemente armados se la llevaron a zona rural del municipio para privarla de su libertad y comenzar una cadena de actos extorsivos para solicitar a su familia, en la capital, altas sumas de dinero a cambio de liberarla.
La persona que recibió la llamada, durante las 72 horas que la mujer permaneció retenida, fue la hija de esta comerciante, quien a pesar de la presión ejercida por los captores se comunicó de inmediato con el Gaula. De esta manera, una vez tuvo conocimiento del caso, los efectivos de esta fuerza policial desplegaron un operativo antisecuestros para establecer la ubicación de la víctima.
Mientras eso ocurría, la comerciante era sometida a agresiones físicas y psicológicas que eran documentadas en video para enviárselas a su hija con el fin intimidarla e impulsarla a que desembolsara $200 millones. Frente a las negativas desde la capital para consignar esa cantidad de dinero, uno de los secuestradores traicionó a su grupo y se llevó a la comerciante a un hotel del municipio. Quería el botín para el mismo, y no estaba dispuesto a continuar con las negociaciones.
En el alojamiento, el individuo identificado como alias ‘Mario’, cambió el método extorsivo. Además de amenazar con amputar el brazo de la comerciante, en caso de que siguiera la negativa a cancelar el rescate, el hombre solicitaba cantidades menores para mandar pruebas de supervivencia a la hija. La frialdad de este sujeto fue tal, que llegó al punto de exigir $20 millones por una llamada de media hora con la víctima.
Pero fue precisamente esta ambición la que utilizó el Gaula para tenderle un señuelo que lo llevaría, sin saberlo, a llevar a la retenida hacia las autoridades sin siquiera sospecharlo. La idea del Gaula consistió en que la víctima dijera que solo podía hacer el giro de esa cantidad a través de una oficina de giros. Este proceso, como es bien sabido, requiere que la persona que recibe el dinero haga presencia física en el punto de retiro para digitar su huella y presentar su cédula de ciudadanía.
Fue así como alias Mario llevó a la mujer por su cuenta a una oficina de giros de Tumaco, en donde estaban atentos los efectivos del Gaula Bogotá, y de la seccional Tumaco, para neutralizarlo y completar le rescate de la mujer.
Tras recibir la atención médica pertinente para tratar las heridas provocadas por sus captores, la mujer pudo regresar a Bogotá para volver a ver a su hija y dejar atrás las que seguramente fueron las 72 peores horas de su vida.
El capturado, entre tanto, fue puesto a disposición de la Fiscalía General por el delito de secuestro extorsivo. A esta persona, además, se le está realizando el interrogatorio del caso para dar con el paradero de los otros implicados en el secuestro.
El Gaula de la Policía Nacional, invita a la comunidad a efectuar su denuncia segura sobre cualquier hecho delictivo relacionado con secuestro o extorsión a través de la línea gratuita nacional 165.
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