¿Cómo impulsar el turismo comunitario y rural en Bogotá?
La localidad de Ciudad Bolívar ha venido desarrollando varias iniciativas de turismo comunitario y rural relacionadas con las actividades agropecuarias y de sensibilización ambiental y social.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
El turismo es uno de los sectores más importantes para el desarrollo económico local, pues permite ampliar la capacidad de crecimiento, genera más empleo e incrementa las actividades productivas. Sin embargo, los efectos positivos rara vez favorecen directamente a la población local. Las iniciativas de turismo comunitario y rural buscan enfrentar esta situación, para que sean los mismos habitantes quienes gestionen sus territorios y se vean beneficiados con esta economía.
Según la Cámara de Comercio de Bogotá, la capital es el primer destino turístico de Colombia. En el 2022, los ingresos del sector de alojamiento crecieron un 115,7 %, comparado con junio de 2021. Mientras que a mitad de año la tasa de ocupación hotelera estaba en 59,3 %. Los principales motivos de viaje a la ciudad fueron por trabajo y negocios (29,8 %), vacaciones, ocio y recreo (17,2 %) y otros (4,7 %).
Ante estas prometedoras cifras, varios sectores han encontrado en el turismo comunitario una herramienta efectiva para el crecimiento económico de sus habitantes. Una de estas zonas es Ciudad Bolívar, localidad que ha venido desarrollando iniciativas sostenibles relacionadas con las actividades agropecuarias, ecoturísticas y de sensibilización ambiental y social.
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Uno de los proyectos es la Asociación Parque Mirachuelo Ecoambiental, organización conformada por 15 familias campesinas de las veredas Mochuelo Alto y Bajo, dedicadas a realizar agroturismo rural comunitario con caminatas ecológicas y recorridos interpretativos enfocados en la educación ambiental.
De acuerdo con Andrea Rivera, representante de la asociación, este proyecto no pretende únicamente generar un beneficio económico en la zona, sino que además busca concientizar, educar y exponer las problemáticas del sector. “Por años hemos sido afectados por la emisión de gases del relleno sanitario Doña Juana, que es una bomba de tiempo, y por las fábricas de bloque que se encuentran en la localidad. Decidimos conformar la organización en 2019 y empezar a ver estas falencias como una oportunidad para realizar turismo sostenible para la comunidad. Tenemos cuatro estaciones que llegan hasta el mirador 360, donde se observa la línea que divide al relleno de la zona rural, durante el recorrido interpretativo buscamos concientizar al turista, tanto nacional como extranjero, para que se ponga en nuestros zapatos”.
La Asociación Parque Mirachuelo Ecoambiental ofrece servicios turísticos como zonas de camping y picnic, paseos a caballo, huerta limpia, aula ambiental para eventos y procesos de formación y restaurante con comida campesina.
“El turismo rural comunitario mejora la calidad de vida de las comunidades, porque genera empleabilidad a la gente de la zona y así se evita que los jóvenes migren a las ciudades en busca de empleo; de esta forma, pueden generan ingresos para sus familias en su propio territorio sin olvidar sus raíces y cultura campesina”, asegura Andrea.}
En Ciudad Bolívar también se encuentra la Asociación de Productores Agropecuarios Ambientales Rurales (Asoproam), organización que incentiva el turismo sostenible a través de la ruta agroturística Tunjuelito, en las veredas Paquilla y Santa Bárbara, zona rural de la localidad. Para Luis Enrique Ramírez, representante de la asociación, este proyecto impulsa el turismo de bienestar, una tendencia de viaje que se caracteriza por desarrollar actividades enfocadas en la salud física, mental y espiritual.
“Dentro de la ruta agroturística Tunjuelo tenemos las fincas Agua Bendita y Granja San Luis Ecoturística, Terapéutica y Ambiental. En estos espacios realizamos turismo de bienestar, agroturismo, avistamiento de aves y recorridos guiados. El objetivo es que las personas se conecten y activen sus sentidos para reconocer el entorno natural que nos aporta bienestar físico y emocional”, afirma Luis.
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Asoproam realiza recorridos programados con colegios, universidades y grupos de personas a las que les interesa el tema del agroturismo. Entre sus actividades se destaca la hortoterapia o terapia hortícola, una actividad que se basa en el cultivo de flores y plantas para mejorar el bienestar físico y mental, y la apicultura, una experiencia que les permite a los turistas interactuar con las abejas.
El mes pasado, el Instituto Distrital de Turismo lanzó la estrategia “Bogotá, un Destino Rural”, un portafolio de 16 experiencias turísticas rurales que se desarrollan en las localidades de Usme, Ciudad Bolívar, Suba, Chapinero y Santa Fe. Para Andrés Clavijo, director del IDT, “el turismo rural se convierte en una alternativa de diversificación económica para las familias campesinas, además de su aporte social, ya que permite visibilizar las costumbres de las comunidades rurales de Bogotá”.
Sin embargo, las convocatorias y ayudas de las entidades distritales no son suficientes para impulsar estos proyectos. Frente a esto, los voceros de las comunidades concuerdan en que la ciudadanía debe apoyar estas iniciativas para fortalecer el turismo local, lo que permitirá que los emprendimientos lleguen a más personas y que las beneficiadas sean las comunidades.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
El turismo es uno de los sectores más importantes para el desarrollo económico local, pues permite ampliar la capacidad de crecimiento, genera más empleo e incrementa las actividades productivas. Sin embargo, los efectos positivos rara vez favorecen directamente a la población local. Las iniciativas de turismo comunitario y rural buscan enfrentar esta situación, para que sean los mismos habitantes quienes gestionen sus territorios y se vean beneficiados con esta economía.
Según la Cámara de Comercio de Bogotá, la capital es el primer destino turístico de Colombia. En el 2022, los ingresos del sector de alojamiento crecieron un 115,7 %, comparado con junio de 2021. Mientras que a mitad de año la tasa de ocupación hotelera estaba en 59,3 %. Los principales motivos de viaje a la ciudad fueron por trabajo y negocios (29,8 %), vacaciones, ocio y recreo (17,2 %) y otros (4,7 %).
Ante estas prometedoras cifras, varios sectores han encontrado en el turismo comunitario una herramienta efectiva para el crecimiento económico de sus habitantes. Una de estas zonas es Ciudad Bolívar, localidad que ha venido desarrollando iniciativas sostenibles relacionadas con las actividades agropecuarias, ecoturísticas y de sensibilización ambiental y social.
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Uno de los proyectos es la Asociación Parque Mirachuelo Ecoambiental, organización conformada por 15 familias campesinas de las veredas Mochuelo Alto y Bajo, dedicadas a realizar agroturismo rural comunitario con caminatas ecológicas y recorridos interpretativos enfocados en la educación ambiental.
De acuerdo con Andrea Rivera, representante de la asociación, este proyecto no pretende únicamente generar un beneficio económico en la zona, sino que además busca concientizar, educar y exponer las problemáticas del sector. “Por años hemos sido afectados por la emisión de gases del relleno sanitario Doña Juana, que es una bomba de tiempo, y por las fábricas de bloque que se encuentran en la localidad. Decidimos conformar la organización en 2019 y empezar a ver estas falencias como una oportunidad para realizar turismo sostenible para la comunidad. Tenemos cuatro estaciones que llegan hasta el mirador 360, donde se observa la línea que divide al relleno de la zona rural, durante el recorrido interpretativo buscamos concientizar al turista, tanto nacional como extranjero, para que se ponga en nuestros zapatos”.
La Asociación Parque Mirachuelo Ecoambiental ofrece servicios turísticos como zonas de camping y picnic, paseos a caballo, huerta limpia, aula ambiental para eventos y procesos de formación y restaurante con comida campesina.
“El turismo rural comunitario mejora la calidad de vida de las comunidades, porque genera empleabilidad a la gente de la zona y así se evita que los jóvenes migren a las ciudades en busca de empleo; de esta forma, pueden generan ingresos para sus familias en su propio territorio sin olvidar sus raíces y cultura campesina”, asegura Andrea.}
En Ciudad Bolívar también se encuentra la Asociación de Productores Agropecuarios Ambientales Rurales (Asoproam), organización que incentiva el turismo sostenible a través de la ruta agroturística Tunjuelito, en las veredas Paquilla y Santa Bárbara, zona rural de la localidad. Para Luis Enrique Ramírez, representante de la asociación, este proyecto impulsa el turismo de bienestar, una tendencia de viaje que se caracteriza por desarrollar actividades enfocadas en la salud física, mental y espiritual.
“Dentro de la ruta agroturística Tunjuelo tenemos las fincas Agua Bendita y Granja San Luis Ecoturística, Terapéutica y Ambiental. En estos espacios realizamos turismo de bienestar, agroturismo, avistamiento de aves y recorridos guiados. El objetivo es que las personas se conecten y activen sus sentidos para reconocer el entorno natural que nos aporta bienestar físico y emocional”, afirma Luis.
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Asoproam realiza recorridos programados con colegios, universidades y grupos de personas a las que les interesa el tema del agroturismo. Entre sus actividades se destaca la hortoterapia o terapia hortícola, una actividad que se basa en el cultivo de flores y plantas para mejorar el bienestar físico y mental, y la apicultura, una experiencia que les permite a los turistas interactuar con las abejas.
El mes pasado, el Instituto Distrital de Turismo lanzó la estrategia “Bogotá, un Destino Rural”, un portafolio de 16 experiencias turísticas rurales que se desarrollan en las localidades de Usme, Ciudad Bolívar, Suba, Chapinero y Santa Fe. Para Andrés Clavijo, director del IDT, “el turismo rural se convierte en una alternativa de diversificación económica para las familias campesinas, además de su aporte social, ya que permite visibilizar las costumbres de las comunidades rurales de Bogotá”.
Sin embargo, las convocatorias y ayudas de las entidades distritales no son suficientes para impulsar estos proyectos. Frente a esto, los voceros de las comunidades concuerdan en que la ciudadanía debe apoyar estas iniciativas para fortalecer el turismo local, lo que permitirá que los emprendimientos lleguen a más personas y que las beneficiadas sean las comunidades.
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