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1.322 predios de Bogotá estarían en riesgo de colapso. Así lo alertó el concejal Rolando González, luego de solicitar datos al Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático, Idiger. En la respuesta, la entidad distrital indicó que los predios, mapeados durante el 2023 y junio de 2024, cuentan con un diagnóstico técnico de riesgo por actividad constructiva. De este total, 740 corresponden a casas y 350 a edificios.
Asimismo, el Idiger detalló que del 80% de estos eventos son causados por la ausencia de mantenimiento de las edificaciones, deficiencia constructiva, ejecución de obras de infraestructura, y daños por obras y/o edificaciones aledañas.
Sumado a esto, el 53% de los predios presentan un riesgo leve, 24% un riesgo moderado, 15% están en riesgo fuerte y/o severo. Y en 237 casos se evidenciaron afectación en la habitabilidad y seguridad de las viviendas, y se recomendó la evacuación de las familias.
“En caso de un sismo estas serían las primeras viviendas en desplomarse por tal razón invitó a las alcaldías locales hacer la vigilancia y control de las obras para que estas cumplan sus respectivos permisos y los administradores y propietarios de los predios a velar por el mantenimiento de las mismas”, instó el cabildante González.
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Carlos Alvarado, especialista en Evaluación de Riesgos y Prevención de Desastres de la Universidad de los Andes y quien ha participado de Planes de Ordenamiento Territorial y gestión del riesgo de Bogotá, explicó a El Espectador el tipo de vulnerabilidades que tiene la ciudad para enfrentar el fenómeno de La Niña. Estas van desde las condiciones de los ríos, hasta de las redes de servicios públicos, pero también de las personas y el tipo de vivienda. “Los mayores afectados son los de estratos 1 y 2 que ha venido construyendo y no tienen resistencia a eventos de deslizamientos o inundaciones”, aseguró.
Por lo tanto, agregó, es importante ayudar a reforzar esas estructuras. Algo que también reafirma, Gonzalo Duque Escobar, ingeniero civil de la Universidad Nacional. “En el uso no conflictivo del suelo, para las comunidades que están sentadas, hay que hacer medidas de defensa como obras de ingeniería que desafortunadamente tienen que ver con concreto. Que las comunidades gocen de sistemas de estabilización de taludes cuando habitan zonas de riesgo”.
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