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Un juez penal de conocimiento dictó medida de sentencia de 43 años de prisión, en contra de Giovanny Díaz, tras ser hallado culpable por los delitos de homicidio, acceso carnal violento y tortura, todas, con conductas agravadas y sin posibilidad de rebaja de pena, por tratarse de un delito contra un menor de edad.
Un equipo del CTI, con apoyo del Gaula Militar y la Policía Nacional, recopiló los videos de las cámaras de seguridad, realizó entrevistas y diversas técnicas científicas, demostrando que Díaz mintió desde un principio en la investigación, pues en su momento aseguró que el niño estaba jugado frente a la casa en la que vivían y no lo volvieron a ver. “La sentencia conocida es de primera instancia y en su contra proceden los recursos de ley”, detalló la Fiscalía.
El asesinato del pequeño Jerónimo
Jerónimo Angulo era el menor de seis hijos de Érika Arcila, pero fue asesinado el pasado 5 de marzo, por el hoy condenado, Giovanny Díaz, su padrastro.
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La investigación de este caso comenzó cuando Díaz reportó la desaparición del menor, quien salía a las calles supuestamente buscándolo, con megáfono en mano y llorando.
Su defensa, era que Jerónimo había desaparecido luego de jugar con los hijos de una vecina, pero fue precisamente uno de ellos quien respondió al menos tres veces, “Jerónimo no estaba”.
Fue entonces a medida que el Gaula Militar recopilaba testimonios y grabaciones de cámaras de seguridad, que el sujeto se vio acorralado y terminó guiando a las autoridades al vivero Santa Matilde, en la vereda El Jordán, sitio donde arrojó el cuerpo del niño, envuelto en una bolsa verde, al lado de unos escombros. Ese recorrido, de media hora, quedó grabado cuando llevaba al hombro la bolsa verde del pequeño de tres años.
La comunidad del barrio Carlos Lleras recuerda a Jerónimo Angulo como un niño alegre y su ausencia se siente cada día, junto con un aire de impotencia y dolor que ni siquiera la más implacable justicia podrá borrar de la memoria.
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