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Dos casos de violencia sexual en el sistema de transporte público de Bogotá han puesto los reflectores de las demandas ciudadanas y de las mujeres sobre la institucionalidad y la administración de justicia para atender de manera oportuna y eficiente denuncias por ese tipo de delitos. Los botones para la muestra son los casos de Hilary Castro, quien dijo haber sido víctima de abuso sexual en TransMilenio, y el de una joven de 18 años quien denunció que un hombre la amenazó y abusó sexualmente en un bus del Sitp.
Estos casos —que han desencadenado protestas de rechazo y, para el primero, en la captura de Juan Pablo González como presunto responsable— dejó una vez más en evidencia las dificultades a las que tienen que enfrentarse las víctimas de violencia sexual y de género, como le pasó a Castro, a quien no le recibieron la denuncia en dos Unidades de Reacción Inmediata (URI) y tuvo que recurrir a las redes sociales para que le prestaran atención y hasta el presidente de la República pidiera celeridad a la justicia.
Lo cierto, con todo esto, es que las calles, el sistema de transporte y, en general, la ciudad no son espacios seguros para las mujeres. No en vano ocho de cada diez mujeres aseguran haber sido víctimas de acoso sexual en el transporte o espacio público, según una encuesta de la Veeduría Distrital realizada a 3.089 mujeres.
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Delitos sexuales denunciados en TransMilenio
Según cifras de la Secretaría de Seguridad de Bogotá, estos delitos se presentan poco en el sistema de transporte: alimentadores, buses articulados y estaciones. O, al menos, los casos que se denuncian, pues es con base en este indicador que se hacen esas estadísticas.
De esta manera, entre enero y septiembre de 2022, en los buses alimentadores se ha denunciado un caso de delito sexual, mientras que en el mismo periodo de 2021 no hubo.
Por otra parte, en los buses articulados se presentaron dos hechos denunciados de violencia sexual durante los mismos meses. Igual número que se registró para el año pasado.
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Así mismo, en las estaciones del sistema se registraron dos denuncias por estos delitos hasta septiembre de 2022, mientras que en el mismo periodo de 2021 hubo una.
En cuanto a la cifra total en toda Bogotá —no solo en el transporte público—, esta se ubica en 6.319 hechos ocurridos entre enero y octubre de 2022: 1.124 más que los que se denunciaron en 2021, cuando la cifra fue de 5.195: subieron un 21,6 %.
Palabras más, palabras menos: es como si al día en este año se hubieran denunciado 20 hechos de este calibre.
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Procesos abiertos en Bogotá durante 2022
De acuerdo con los datos del Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA), en lo transcurrido de este año se han abierto 6.443 procesos por delitos sexuales en la seccional Bogotá de la Fiscalía General de la Nación. Un promedio de 20 procesos al día.
De estos, 5.765 corresponde a delitos de violación y de actos sexuales abusivos. En estos casos, hay un promedio de 18 procesos al día en los que los menores de 14 años han sido las principales víctimas.
En este contexto, los delitos que más se han denunciado en este año y por los que hay procesos penales en curso son los actos sexuales con menor de 14 años y con persona protegida (1.605) y de acceso carnal violento (1.011).
A estos, les siguen los de acceso carnal abusivo con menor de 14 años (795), acto sexual violento (772), acoso sexual (597) y acto sexual con menor de 14 años (479).
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Así han avanzado estos procesos
El progreso de esos 5.765 procesos alertan el bajo nivel de condenas que ha habido por estos delitos, pues solo el 0,3 % de los casos han terminado en ejecución de penas (20) y en terminación anticipada por aceptación de cargos (3).
Entre tanto, la mayoría (4.833, es decir, el 83,8 %) de los procesos están en etapa de indagación preliminar (la primera etapa). En etapa de investigación se encuentran 354 casos (el 6,1 %), en juicio están 546 (el 9,4 %) y fueron querellables 9 (el 0,1 %).
Sin ir más lejos, es claro que el promedio diario de denuncias formales ante la justicia por estos delitos muestra un patrón de victimización alto, que, a la luz de los avances de la judicialización, deja al descubierto la lenta acción de las autoridades y de la administración de justicia para buscar verdad y reparación en casos como los de Hilary Castro, quien terminó, lamentablemente, convertida en el rostro más reciente de una problemática que confirman los datos oficiales.
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