Conectividad: la brecha por cerrar en los colegios tras el regreso a la presencialidad
Con el nuevo año, los estudiantes de la capital volvieron a la presencialidad. El Espectador le puso la lupa a las condiciones académicas del regreso.
Cristian Camilo Perico Mariño
El 2022 será un año de retos en el sector educativo tras el regreso a la presencialidad en las instituciones, tras casi dos años de aprendizaje en la virtualidad. Sumado que para la administración uno de los más grandes desafíos será priorizar el fortalecimiento de los centros educativos, especialmente los distritales.
Lea también: Menstruaciones dignas en habitantes de calle: la obligación del Distrito.
En medio del aislamiento obligatorio, para reducir los contagios por covid-19, quedó en evidencia la brecha digital en la capital, donde según la última Encuesta Multipropósito, cuatro de cada diez niños y jóvenes no tenían las herramientas digitales necesarias para continuar la educación en sus hogares.
Este dato permite entender por qué de los casi nueve millones de menores en el país registrados en el Sistema de Matrícula (SIMAT) del Ministerio de Educación, a 102.880 los retiraron del colegio tras el inicio de la pandemia. En Bogotá, según la organización Probogotá, la deserción fue del 2,5 % en 2020; es decir, casi 35.000 dejaron la escuela.
En su momento, la organización detalló que el 68,4 % del total de estudiantes que desertaron fueron mujeres y el 77,8 % eran de estratos 1 y 2. Estas cifras evidencian la necesidad de favorecer este año las condiciones de aprendizaje en las más de 400 instituciones distritales y, especialmente, apuntar a que cuenten siquiera con una red de conectividad wifi estable. Según Felipe Guzmán, alto consejero distrital de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), la meta se viene cumpliendo.
“Con la Secretaría de Educación tenemos una gran apuesta de transformación digital, que va desde cerrar brechas, entregando equipos y garantizando conexión a internet en los colegios distritales, hasta tener una oferta permanente de capacitación en temas de tecnología y ciencia”, afirmó Guzmán.
En 2021 se suscribió el contrato interadministrativo n.° 2381744 con la ETB, para “prestar servicios de telecomunicaciones a la Secretaría de Educación en todos los niveles institucionales”, permitiendo la conectividad en 651 sedes educativas tanto rurales como urbanas.
No obstante, más allá de que exista una conexión wifi, se debe analizar si la cobertura suple las necesidades. El Espectador conoció el caso de la Institución República de México, en Ciudad Bolívar, donde, si bien hay internet, es de 10 megas para 1.468 estudiantes. “Contamos con dos salas de informática, pero son equipos viejos. Además, el ancho de banda no permite que se conecten cincuenta equipos a la vez, porque la capacidad es limitada”, afirmó Omaira Eslava, coordinadora académica.
Entre tanto, la versión de la Secretaría de Educación es que se ha avanzado en mejorar la capacidad del servicio, dotando a las instituciones con internet de banda ancha en la zona urbana de 30, 60 y hasta 100 megas, y en la zona rural de 12, 24 y hasta 30 megas. Para el segundo semestre de 2022 se tiene previsto continuar estas mejoras y ofrecer banda ancha de 256 Mbps.
Le puede interesar: Apropiarse del insulto: una forma de hacer patrimonio.
Otro de los aspectos a abordar es la conectividad fuera de los colegios. Datos de Probogotá indican que el 30 % de los estudiantes de colegios privados tienen problemas para acceder a internet en sus viviendas, cifra que aumenta al 60 % en el caso de los públicos.
Para contrarrestar la situación, la página de la Alta Consejería de las TIC reporta que en la ciudad hay 170 puntos de conectividad y servicios digitales gratuitos, en el que se incluyen la Red Distrital de Bibliotecas y los Centros de Desarrollo Comunitario (CDC). “Creamos cada vez más iniciativas de conectividad en sectores específicos: las mujeres la están encontrando en las Casas de Igualdad; la gente, en la red de bibliotecas, y en las localidades adelantamos procesos de apropiación digital”, agregó Guzmán.
Sin embargo, pese a la existencia de zonas wifi gratis, el acceso se ve reducido por condiciones externas, como la inseguridad. Como sucede en el Parque Zonal Dindalito de Bellavista, en Kennedy, donde, según un líder del sector, la red la usan organizaciones delictivas y, por prevención, los vecinos no se atreven a sacar sus celulares y menos sus computadores en esos puntos.
Otra de las críticas es el uso de datos personales. Lucía*, una venezolana que se encuentra indocumentada en Bogotá, ante la dificultad para adquirir un plan móvil, recurrió a uno de los puntos de conectividad gratuita. A pesar de ingresar sus datos, no pudo iniciar sesión y quedó con la angustia de haber dado su información de manera innecesaria.
El panorama lo complementa la Encuesta de Calidad de Vida, que agrega que en Bogotá hay 124.574 estudiantes de bachillerato de colegios públicos sin computador ni tableta en sus hogares, lo que equivale al 35,8 %. Ante esto, el Distrito ha puesto la lupa al tema y a la fecha ha entregado 96.183 tabletas y 5.566 portátiles a jóvenes vulnerables de secundaria. La meta este 2022 es entregar 24.000 más.
Aunque los planes parecen claros, el reto es grande. Tras identificar la brecha digital que persiste en los colegios públicos, mantener un plan sostenido será una misión para mejorar la calidad de la educación en Bogotá.
*Nombre puesto a la fuente por protección de su identidad.
Nota relacionada: Secuelas del covid: la angustia de los recuperados.
El 2022 será un año de retos en el sector educativo tras el regreso a la presencialidad en las instituciones, tras casi dos años de aprendizaje en la virtualidad. Sumado que para la administración uno de los más grandes desafíos será priorizar el fortalecimiento de los centros educativos, especialmente los distritales.
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En medio del aislamiento obligatorio, para reducir los contagios por covid-19, quedó en evidencia la brecha digital en la capital, donde según la última Encuesta Multipropósito, cuatro de cada diez niños y jóvenes no tenían las herramientas digitales necesarias para continuar la educación en sus hogares.
Este dato permite entender por qué de los casi nueve millones de menores en el país registrados en el Sistema de Matrícula (SIMAT) del Ministerio de Educación, a 102.880 los retiraron del colegio tras el inicio de la pandemia. En Bogotá, según la organización Probogotá, la deserción fue del 2,5 % en 2020; es decir, casi 35.000 dejaron la escuela.
En su momento, la organización detalló que el 68,4 % del total de estudiantes que desertaron fueron mujeres y el 77,8 % eran de estratos 1 y 2. Estas cifras evidencian la necesidad de favorecer este año las condiciones de aprendizaje en las más de 400 instituciones distritales y, especialmente, apuntar a que cuenten siquiera con una red de conectividad wifi estable. Según Felipe Guzmán, alto consejero distrital de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), la meta se viene cumpliendo.
“Con la Secretaría de Educación tenemos una gran apuesta de transformación digital, que va desde cerrar brechas, entregando equipos y garantizando conexión a internet en los colegios distritales, hasta tener una oferta permanente de capacitación en temas de tecnología y ciencia”, afirmó Guzmán.
En 2021 se suscribió el contrato interadministrativo n.° 2381744 con la ETB, para “prestar servicios de telecomunicaciones a la Secretaría de Educación en todos los niveles institucionales”, permitiendo la conectividad en 651 sedes educativas tanto rurales como urbanas.
No obstante, más allá de que exista una conexión wifi, se debe analizar si la cobertura suple las necesidades. El Espectador conoció el caso de la Institución República de México, en Ciudad Bolívar, donde, si bien hay internet, es de 10 megas para 1.468 estudiantes. “Contamos con dos salas de informática, pero son equipos viejos. Además, el ancho de banda no permite que se conecten cincuenta equipos a la vez, porque la capacidad es limitada”, afirmó Omaira Eslava, coordinadora académica.
Entre tanto, la versión de la Secretaría de Educación es que se ha avanzado en mejorar la capacidad del servicio, dotando a las instituciones con internet de banda ancha en la zona urbana de 30, 60 y hasta 100 megas, y en la zona rural de 12, 24 y hasta 30 megas. Para el segundo semestre de 2022 se tiene previsto continuar estas mejoras y ofrecer banda ancha de 256 Mbps.
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Otro de los aspectos a abordar es la conectividad fuera de los colegios. Datos de Probogotá indican que el 30 % de los estudiantes de colegios privados tienen problemas para acceder a internet en sus viviendas, cifra que aumenta al 60 % en el caso de los públicos.
Para contrarrestar la situación, la página de la Alta Consejería de las TIC reporta que en la ciudad hay 170 puntos de conectividad y servicios digitales gratuitos, en el que se incluyen la Red Distrital de Bibliotecas y los Centros de Desarrollo Comunitario (CDC). “Creamos cada vez más iniciativas de conectividad en sectores específicos: las mujeres la están encontrando en las Casas de Igualdad; la gente, en la red de bibliotecas, y en las localidades adelantamos procesos de apropiación digital”, agregó Guzmán.
Sin embargo, pese a la existencia de zonas wifi gratis, el acceso se ve reducido por condiciones externas, como la inseguridad. Como sucede en el Parque Zonal Dindalito de Bellavista, en Kennedy, donde, según un líder del sector, la red la usan organizaciones delictivas y, por prevención, los vecinos no se atreven a sacar sus celulares y menos sus computadores en esos puntos.
Otra de las críticas es el uso de datos personales. Lucía*, una venezolana que se encuentra indocumentada en Bogotá, ante la dificultad para adquirir un plan móvil, recurrió a uno de los puntos de conectividad gratuita. A pesar de ingresar sus datos, no pudo iniciar sesión y quedó con la angustia de haber dado su información de manera innecesaria.
El panorama lo complementa la Encuesta de Calidad de Vida, que agrega que en Bogotá hay 124.574 estudiantes de bachillerato de colegios públicos sin computador ni tableta en sus hogares, lo que equivale al 35,8 %. Ante esto, el Distrito ha puesto la lupa al tema y a la fecha ha entregado 96.183 tabletas y 5.566 portátiles a jóvenes vulnerables de secundaria. La meta este 2022 es entregar 24.000 más.
Aunque los planes parecen claros, el reto es grande. Tras identificar la brecha digital que persiste en los colegios públicos, mantener un plan sostenido será una misión para mejorar la calidad de la educación en Bogotá.
*Nombre puesto a la fuente por protección de su identidad.
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