Obras del metro, en la calle 72, no se entregarán en octubre ¿Por qué?
Leonidas Narváez dice que las obras del deprimido de la 72 requerirán más tiempo del planificado. Por tal motivo, el Consorcio ML1, encargado del tramo, tendrá que comprar más tiempo o atenerse a las multas por incumplimiento.
Con todo y los ajustes efectuados en las obras del deprimido de la calle 72, correspondiente a las obras de la primera línea del metro, el Distrito acaba de confirmar que dicho componente no podrá entregado el próximo 9 de octubre, como estaba previsto. Aunque una semana antes corría este rumor, fue el propio gerente de la Empresa Metro, Leonidas Narváez, quien confirmó la nueva variación en el cronograma de esta parte del proyecto.
Más información sobre Bogotá: Alcalde Carlos Fernando Galán supervisó obras del metro en la calle 72.
Pese a que un mes atrás, el alcalde de Bogotá visitó las obras y anunció que 400 trabajadores adelantarían las labores correspondientes en jornada doble, con el fin de cumplir con el apretado itinerario, lo cierto es que el 9 de octubre el Distrito no recibirá el deprimido de la calle 72.
Si bien, Narváez destacó que algunos ajustes, como el del cambio en el subcontratista a cargo del deprimido, se tradujeron en avances significativos, el componente de este tramo del metro no podrá estar finalizado al 100 % para la fecha prevista. “Aunque hoy pudimos ver que la excavación del deprimido sobre Calle 72 ya atravesó la avenida Caracas y que el cambio de subcontratista que pedimos desde la empresa Metro ha dinamizado la obra, esta parte necesitará más tiempo para poder terminarse”, puntualizó Narváez.
En vista de lo anterior, y de que el incumplimiento de lo firmado es inminente, el Distrito lanzó la primera advertencia al consorcio Metro Línea 1. Ahora, con base en lo evaluado por la empresa Metro, el contratista no tiene otra opción más que la de comprar más tiempo que le permita postergar un par de meses la entrega de esta pieza correspondiente a las obras del tramo. Esto es, en otras palabras, pagar una especie de multa a cambio de mover la obligación más allá del 9 de octubre.
De no acatar esta instrucción, y hacer caso omiso a la compra de más tiempo para la entrega, el Distrito amenazó con activar las cláusulas de incumplimiento estipuladas en el contrato. “Exigimos al Concesionario ML1 que cumpla tiempos a la ciudad. En caso de no hacerlo, tendrá que comprar plazo para terminar la calle 72. De lo contrario, llegado el 8 de octubre, iniciaremos proceso de incumplimiento, según lo establecido en contrato de concesión”, sentenció Leonidas Narváez.
En paralelo a lo anterior, el propio Carlos Fernando Galán, que visitó el tramo durante le medio día del lunes 26 de agosto en compañía de Narváez, se refirió al nuevo imprevisto en las obras del metro. El alcalde de Bogotá mencionó que, a pesar de los nuevos avances desde su última visita, un mes atrás, variables adicionales como hallazgos arqueológicos e inconvenientes con el traslado de las redes de servicios públicos.
“A 31 de julio, la obra estaba por encima del 75%, pero, a pesar de los avances, el contratista no logrará cumplir con la fecha de entrega establecida, que era octubre de este año. Las demoras se deben a hallazgos arqueológicos, inconvenientes con redes, entre otros”, explicó el alcalde Carlos Fernando Galán.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, el paso a seguir reside en la notificación que el consorcio Metro Línea tiene dos caminos. El primero, el de aceptar este nuevo concepto del Distrito, y emitir lo más pronto posible una notificación formal a la empresa Metro para informar de la desviación en la entrega y solicitar la compra de más tiempo. Asimismo, la empresa Metro instó al consorcio a priorizar las obras de espacio público, incluidas en el paquete de dicha entrega, con tal de hacer entrega de las mismas a la ciudadanía lo más antes posible.
En caso contrario, y de que el consorcio hiciera caso omiso y no logre entregar el deprimido en octubre (como reza en el contrato) la administración de la ciudad tendría que efectuar una demanda de incumplimiento, cuyo desarrollo, en todo caso, sería todavía más engorroso para el futuro de la obra más importante del país.
De momento, se está a la espera de la determinación que tome el contratista mientras, al otro lado de la cornisa, la ciudadanía se pregunta si realmente el sueño de que el primer viaje en metro se dé en 2028 corresponde a una realidad, o a una nueva quimera.
Le puede interesar: “Petro nada hizo por la salud de Bogotá y ahora mata el nuevo San Juan de Dios”.
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Con todo y los ajustes efectuados en las obras del deprimido de la calle 72, correspondiente a las obras de la primera línea del metro, el Distrito acaba de confirmar que dicho componente no podrá entregado el próximo 9 de octubre, como estaba previsto. Aunque una semana antes corría este rumor, fue el propio gerente de la Empresa Metro, Leonidas Narváez, quien confirmó la nueva variación en el cronograma de esta parte del proyecto.
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Pese a que un mes atrás, el alcalde de Bogotá visitó las obras y anunció que 400 trabajadores adelantarían las labores correspondientes en jornada doble, con el fin de cumplir con el apretado itinerario, lo cierto es que el 9 de octubre el Distrito no recibirá el deprimido de la calle 72.
Si bien, Narváez destacó que algunos ajustes, como el del cambio en el subcontratista a cargo del deprimido, se tradujeron en avances significativos, el componente de este tramo del metro no podrá estar finalizado al 100 % para la fecha prevista. “Aunque hoy pudimos ver que la excavación del deprimido sobre Calle 72 ya atravesó la avenida Caracas y que el cambio de subcontratista que pedimos desde la empresa Metro ha dinamizado la obra, esta parte necesitará más tiempo para poder terminarse”, puntualizó Narváez.
En vista de lo anterior, y de que el incumplimiento de lo firmado es inminente, el Distrito lanzó la primera advertencia al consorcio Metro Línea 1. Ahora, con base en lo evaluado por la empresa Metro, el contratista no tiene otra opción más que la de comprar más tiempo que le permita postergar un par de meses la entrega de esta pieza correspondiente a las obras del tramo. Esto es, en otras palabras, pagar una especie de multa a cambio de mover la obligación más allá del 9 de octubre.
De no acatar esta instrucción, y hacer caso omiso a la compra de más tiempo para la entrega, el Distrito amenazó con activar las cláusulas de incumplimiento estipuladas en el contrato. “Exigimos al Concesionario ML1 que cumpla tiempos a la ciudad. En caso de no hacerlo, tendrá que comprar plazo para terminar la calle 72. De lo contrario, llegado el 8 de octubre, iniciaremos proceso de incumplimiento, según lo establecido en contrato de concesión”, sentenció Leonidas Narváez.
En paralelo a lo anterior, el propio Carlos Fernando Galán, que visitó el tramo durante le medio día del lunes 26 de agosto en compañía de Narváez, se refirió al nuevo imprevisto en las obras del metro. El alcalde de Bogotá mencionó que, a pesar de los nuevos avances desde su última visita, un mes atrás, variables adicionales como hallazgos arqueológicos e inconvenientes con el traslado de las redes de servicios públicos.
“A 31 de julio, la obra estaba por encima del 75%, pero, a pesar de los avances, el contratista no logrará cumplir con la fecha de entrega establecida, que era octubre de este año. Las demoras se deben a hallazgos arqueológicos, inconvenientes con redes, entre otros”, explicó el alcalde Carlos Fernando Galán.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, el paso a seguir reside en la notificación que el consorcio Metro Línea tiene dos caminos. El primero, el de aceptar este nuevo concepto del Distrito, y emitir lo más pronto posible una notificación formal a la empresa Metro para informar de la desviación en la entrega y solicitar la compra de más tiempo. Asimismo, la empresa Metro instó al consorcio a priorizar las obras de espacio público, incluidas en el paquete de dicha entrega, con tal de hacer entrega de las mismas a la ciudadanía lo más antes posible.
En caso contrario, y de que el consorcio hiciera caso omiso y no logre entregar el deprimido en octubre (como reza en el contrato) la administración de la ciudad tendría que efectuar una demanda de incumplimiento, cuyo desarrollo, en todo caso, sería todavía más engorroso para el futuro de la obra más importante del país.
De momento, se está a la espera de la determinación que tome el contratista mientras, al otro lado de la cornisa, la ciudadanía se pregunta si realmente el sueño de que el primer viaje en metro se dé en 2028 corresponde a una realidad, o a una nueva quimera.
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