Contra-Marcha LGBTIQ+: “las bullosas que se niegan a salir a una celebración”
Aunque se oiga música, haya baile o se vean carteles en la calle, para ellas esta no es una fiesta ni un carnaval, es más bien la manera de hacer del arte una herramienta, para acompañar sus pasos por las calles de asfalto y cemento de la ciudad, mientras marchan por ser reconocidas. La Contra-Marcha será este 2 de julio, a la 1:00 p.m., e inciará su recorrido en la Galería Transfeminista Siempre Vivas.
Samuel Sosa Velandia
Se marcaba el final del 2020 y el inicio del 2021, cuando Colombia atravesaba una difícil situación política, que desató en un estallido social, el cual reflejó las inconformidades y los reclamos de diferentes sectores de la población, que denunciaban ser apartados del proyecto de nación. Desde esa incomodidad, se consolidaron movimientos con el propósito de “hacerse escuchar”.
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Se marcaba el final del 2020 y el inicio del 2021, cuando Colombia atravesaba una difícil situación política, que desató en un estallido social, el cual reflejó las inconformidades y los reclamos de diferentes sectores de la población, que denunciaban ser apartados del proyecto de nación. Desde esa incomodidad, se consolidaron movimientos con el propósito de “hacerse escuchar”.
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“A través de redes sociales y en el marco del estallido social, se propone la discusión entre distintas colectivas y personas, que veníamos trabajando temas de género en distintos espacios del movimiento social y popular (como lo son el movimiento feminista, estudiantil, antifascista, antiespecista y anticarcelario). De este debate surge la idea de organizar un espacio amplio, como una alternativa a la marcha tradicional, pero gestionada popularmente”, dice una de las voceras del movimiento.
Es entonces cuando surge la Contra-Marcha (CM), que, en palabras de sus propias creadoras, “es un proyecto de orgullo crítico, que junta organizaciones e individualidades que pertenecen a las disidencias sexuales y de género. Además, plantea una perspectiva interseccional en las formas y objetivos, buscando proponer el debate y construir estrategias para la vida digna. Está conformada principalmente por personas translesbomarikonas, no binarias y en general personas con cuestionamientos respecto al género y la sexualidad”.
Aunque esta colectividad es relativamente nueva, una de sus grandes apuestas es preservar la historia del movimiento, especialmente, exaltar el papel de Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, las dos mujeres trans que son consideradas las iniciadoras de los disturbios de Stonewall, que dieron como resultado la consolidación del primer movimiento LGBTIQ+ en el mundo.
“Sabemos que históricamente el estado y los grandes sectores privados no han tenido interés por nuestras vidas y apuestas. Solo basta ver el trato que le dieron incluso sectores LGBT privilegiados a las madres Marsha y Silvia, pioneras de esta lucha”, manifiesta la Contra-Marcha.
De ahí que también tengan una clara línea política que se opone al fenómeno del marketing del ´pinkwashing”, un término que sirve para referirse a las estrategias de las marcas que hacen uso de las consignas o presumen reivindicar una lucha, pero tras esto solo hay objetivos netamente económicos o para dar una imagen de modernos, tolerantes o progresistas.
“Nuestro objetivo es mantener y consolidar la crítica al capitalismo rosa y el “pinkwashing”, por medio del cual empresas, compañías, marcas y el mismo Estado se pone una bandera arcoíris y produce objetos de consumo, en un supuesto apoyo a nuestros sectores sociales, sin buscar cambiar las condiciones estructurales o las realidades en las que vivimos las disidencias sexuales y de género”.
Así es como empieza esta colectividad a distar de lo que es la marcha tradicional, que este año cumplió 40 años.
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“No queremos marchar con empresas que precarizan el trabajo, con bares transfóbicos, elitistas y discriminatorios, ni con instituciones cómplices de nuestras muertes, que revictimizan comunidades por medio de la impunidad y mucho menos con un gobierno distrital que es responsable de la criminalización de la oposición y los proyectos alternativos, así como la expropiación y especulación del suelo de barrios “refugio” para personas trans”, señala la CM.
Y es que basta con mirar las cifras para darse cuenta de que el entorno en que viven estas personas es muchas veces hostil. De acuerdo con un informe presentado por ‘Trans Murder Monitoring’ del Observatorio de Personas Trans Asesinadas, Colombia es el segundo país de la región en el que más se asesinan personas trans, después de Brasil.
Ahora, según el Observatorio de Derechos Humanos de Caribe Afirmativo, para 2022, Bogotá registró un total de 1.678 casos de violencias contra personas LGBTIQ+, en las que 651 personas sufrieron discriminación u hostigamiento, 980 fueron amenazadas, 38 reportaron violencia policial y 9 personas fueron asesinadas por su identidad de género u orientación sexual, convirtiendo así a la capital del país en la ciudad donde más se registran violencias contra personas diversas sexualmente.
Ante esto, el movimiento es consciente de que su papel no debe ser únicamente el de denunciar o alzar la voz frente a estas situaciones que tanto lo ameritan. Por eso, han hecho del arte una herramienta para materializar sus luchas y sus anhelos, pero también para clamar justicia y garantías.
“A pesar de que tenemos unas demandas muy puntuales, no nos quedamos en eso y buscamos proponer otras formas de ver, existir y convivir en el mundo, creemos en el apoyo mutuo y la construcción de redes que permitan autogestionar nuestras vidas, promovemos la exploración artística no solo para hacer performance en la marcha, sino para explorar nuestras propias cuerpas, para descubrirnos con lx otrx, para sentirnos segurxs de explorarnos y experimentar”.
Si bien hay varias acciones y labores que ejercen a lo largo del año, la marcha, que ya cumple su tercera edición, es el espacio que les permite materializar lo que hacen en su día a día: escuelas de educación popular, debates políticos, exploraciones artísticas y corporales y espacios de emprendimiento para comunidades de disidencias sexuales y de género.
Un espacio autogestionado, horizontal y de reivindicación
En su rechazo por la intervención de grandes marcas o empresas, la organización de la Contra-Marcha es “un proceso orgánico, asambleario, abierto y horizontal”, pero en especial, autogestionado, y, por lo tanto, se plantean diversas estrategias de financiación como ferias de emprendimientos, financiación online y rifas o donaciones a través de redes sociales. Sin embargo, muchas veces esto no basta, y personas encargadas de la organización ponen de sus propios recursos, o acuden a estímulos que se ofertan para asociaciones sociales.
Cada año, el colectivo determina cómo será el trabajo y los objetivos de la versión de la CM, partiendo principalmente de la coyuntura política del momento. Por ejemplo, para este año se han organizado dos espacios previos a la marcha, que han puesto sobre la mesa temas como la Ley Trans, el acceso a oportunidades laborales y cómo se les está permitiendo habitar la ciudad. Teniendo eso ya claro, empiezan a montar su performance.
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Los recursos que se recolectan también son destinados para crear un espacio de compartir y encuentro entre cada una de las personas que hace parte de la colectividad. El año pasado, parte del dinero se dispuso para una olla comunitaria. Al final de la marcha, se repartió ajiaco para los y las asistentes.
“La marcha no es ni debería ser para darle protagonismo a un montón de grandes capitales que ya tienen las condiciones para seguir sosteniéndose hegemónicamente en el sistema económico, político y social, la marcha es para pensar nuestras vidas, problemáticas, contextos y realidades, para hacer memoria, construir verdad y reparación, sumado a promover el trabajo de quienes han luchado de una u otra forma por un mundo más digno”, expresan.
Una relación distante con el Distrito
Hace unas semanas, David Alonso, director de Diversidad Sexual del Distrito, dio unas declaraciones que causaron indignación entre quienes pertenecen a la Contra-Marcha, pues se les acusó de ser un espacio violento y reaccionario. Ante estas aseveraciones, la CM decidió responder a través de una denuncia pública en donde señalaron de falsas las declaraciones de Alonso.
“Nuestra posición es la de denunciar las acusaciones falsas que han hecho las instituciones distritales, pues entendemos que más que una crítica, es un acto de criminalización hacia la oposición, para deslegitimizar nuestra apuesta, obstaculizar nuestro legítimo derecho a la protesta y como una manera de desviar la atención de las verdaderas violencias estructurales que sufrimos las personas disidentes del sexo/genero tanto por parte del estado como de la sociedad”, comentan.
El director de Diversidad Sexual de la ciudad, a través de su cuenta de Twitter, aseguró que conversó con algunas personas pertenecientes a la CM, y declaró que “acciones del pasado no implican siempre repetición y su voz crítica es importante en toda democracia”.
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Sin embargo, la Contra-Marcha asegura que jamás se le ha tenido en cuenta en los espacios de participación organizados por el Distrito.
“Los únicos acercamientos que hemos tenido con el distrito fueron las veces en las que la mesa distrital LGBT y la dirección de diversidad sexual hicieron acusaciones falsas o intentaron sabotear nuestro proceso. El acercamiento más directo se dio luego de nuestra denuncia pública hacia el director distrital de diversidad sexual, cuando él se puso en contacto por nuestras redes sociales, para mitigar las posibles consecuencias legales de su difamación. Todo esto pone en evidencia que nuestras consignas y nuestras luchas no son lo suficientemente importantes o válidas para la política pública LGBT y seguimos siendo vistes como ciudadanos de segunda.”, manifiestan.
De igual manera, expresan que entienden las críticas respecto a su accionar. Pero hacen una invitación a que las personas se involucren y conozcan más de cerca el proyecto político y social del colectivo. “No dejen moldear su posición frente a la Contra-Marcha por lo que dicen los medios o los funcionarios del estado, pues nuestra principal apuesta siempre ha sido la performática, artística y cultural. Buscamos construir redes de apoyo y cuidado entre personas disidentes del sexo género para enfrentar en comunidad las violencias estructurales que vivimos día a día”.
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