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El pasado mes de abril quedó en firme un fallo de responsabilidad fiscal a través del cual, este miércoles, la Contraloría declaró responsables a cuatro exdirectivos de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá ETB, a los contratistas de obra y los interventores del inconcluso proyecto ‘Data Center Alma’. La razón son las irregularidades en la planeación, construcción (no terminada) e implementación del proyecto, en el que se perdieron $23.787 millones y la inversión realizada por la ETB desde el año 2015.
Y es que las irregularidades de este millonario proyecto ocurrieron desde el inicio. Según investigación del organismo de control fiscal hubo problemas en los diseños, cronogramas, mala calidad y abandono de las obras civiles, al igual que ausencia de controles efectivos por parte de los entonces funcionarios de la ETB y de la firma que realizaba la interventoría de la construcción (DCC Data Center Consultores); lo que llevó a que la obra nunca se entregara y el detrimento de los recursos utilizados por ETB.
“Efectivamente, dentro de los hechos irregulares figura la adjudicación de los diseños e ingeniería detallada a la firma DCC Data Center Consultores en el mismo contrato en el que se encargó la interventoría”, detalló la Contraloría de Bogotá.
Un elefante blanco que prometía ser un innovador proyecto
El ‘Data Center Alma’ era un proyecto concebido en su momento como un centro de almacenamiento de datos a gran escala, que debería constituirse en un modelo de expansión de negocios para la ETB a partir de la promoción y comercialización de espacios, en los cuales los clientes podrían almacenar de manera segura toda su información en equipos de última generación.
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Sin embargo, la construcción de dos edificios en un terreno de 6.870 metros cuadrados ubicado en la Zona Industrial de Puente Aranda no quedó más que en ruinas, escombros, baldosas, cemento y demás elementos acumulados, luego de que la ETB suscribiera cuatro contratos -sin contar con los diseños definitivos ni la licencia de construcción aprobada- en los cuales se evidenciaron: incumplimientos, mala calidad, abandono de la obra, no uso de los equipos, y deficiente supervisión e interventoría.
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