Corredor Verde: las miradas en torno a la licitación de los polémicos tramos 1 y 2

Claudia López ganó la batalla por su Corredor Verde Séptima, tras un largo periplo. Pese a las acciones populares en contra; enfrentamientos de tinte político, y la intención del alcalde electo, Carlos Fernando Galán, de modificar los tramos comprendidos entre el Parque Nacional y la calle 99 -propuesta que lo acompañó en su carrera por la Alcaldía- el IDU abrió la licitación a 24 días de que se acabe el año y el tiempo de la alcaldesa en el Palacio Liévano.

Claudia López ganó la batalla por su Corredor Verde Séptima, tras un largo periplo. Pese a las acciones populares en contra; enfrentamientos de tinte político, y la intención del alcalde electo, Carlos Fernando Galán, de modificar los tramos comprendidos entre el Parque Nacional y la calle 99 -propuesta que lo acompañó en su carrera por la Alcaldía- el IDU abrió la licitación a 24 días de que se acabe el año y el tiempo de la alcaldesa en el Palacio Liévano.

A la fecha, el Corredor Verde seguía vivo, pero se creía que los tramos polémicos irían a revisión. Frente a la obra, divida en tres tramos, ya se aseguró la construcción entre la calle 100 a la 127, luego de que el IDU adjudicó el contrato el pasado 22 de noviembre, 24 horas después de que el Tribunal de Cundinamarca dejó sin efectos la medida cautelar, que tuvo suspendido el proceso desde septiembre.

No obstante, el panorama para los tramos 1 y 2 es distinto. La licitación, no solo se vio afectada por la medida cautelar, a través de la cual un juez administrativo ordenó suspender cualquier trámite hasta tanto no se resolviera una acción popular. También, porque la incertidumbre jurídica alrededor de la obra entre la calle 24 y la 99, llevó a que no se presentara ningún oferente y se tuviera que declarar desierta.

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Tras la orden de levantar la restricción, que emitió el Tribunal de Cundinamarca, la discusión fue otra. Si bien, el plan de la alcaldesa López siempre fue dejar adjudicado el corredor como lo diseñó su administración, el alcalde electo Carlos Fernando Galán viene expresando su intención de someter a revisión los tramos 1 y 2.

Esta situación, en días pasados, fue motivo de un rifirrafe entre López y Galán, el cual ahora se agudiza con un mensaje claro de la alcaldesa: su mandato va hasta el 31 de diciembre. Y por eso, en la noche de este miércoles 6 de diciembre abrió de nuevo la licitación para adjudicar los controversiales tramos del Corredor Verde.

El IDU publicó los prepliegos a las 11:59 p.m. de este 6 de diciembre, en vísperas de la noche de velitas. “Los interesados tendrán plazo para hacer sus observaciones hasta el 21 de diciembre. Los pliegos definitivos serán publicados el 28 de este mes. Las propuestas podrán ser presentadas hasta el 25 de enero de 2024. La audiencia de adjudicación será el 28 de febrero de 2024″, informó el IDU en sus redes sociales.

¿A toda costa?

“En mi programa de gobierno planteé que quería avanzar rápidamente en el tramo de la 100 hacia el norte, no le veo problemas a eso, es mi apuesta. De la 100 hacia el sur, sí veo problemas complejos que hay que solucionar, ¿cómo?, con incidencia y participación de la ciudadanía real”, fue lo que le dijo Carlos Fernando Galán a El Espectador, una vez ganó la Alcaldía de Bogotá.

Sectores de oposición mencionan que, para entender este lío y los descontentos, debemos remitirnos cuatro años atrás, cuando la entonces candidata Claudia López se oponía férreamente a construir Transmilenio por la carrera Séptima, promesa que, de acuerdo con los diseños del Corredor Verde, rompió bajo la idea de un corredor que no incluiría un trazado de troncal, como al final, dicen sus opositores, terminó ocurriendo.

Así lo cree Carlos Carrillo, cabildante distrital, quien ha estado en oposición al proyecto a lo largo de la administración de López. El concejal también cuestiona el rol de Galán en este enredo: ”Carlos Fernando Galán en campaña moderó el discurso, porque él ha sido siempre un defensor de Transmilenio. Viene de Cambio Radical, de esas tesis de que las ‘busetas pegadas’ (articulados) pueden reemplazar un verdadero sistema de transporte masivo. Por razones políticas, en campaña y le bajó dos rayitas al peñalosismo”, señaló Carrillo a este diario.

Pese a la ola de críticas, Galán ratificó su posición e incluso le pidió a Claudia López no seguir adelante con el proceso: “El resultado del 29 de octubre es un mandato sobre los principales proyectos de Bogotá. He pedido respetuosamente a la alcaldesa y a su administración no avanzar con la licitación de ese tramo, pues los bogotanos votaron para que se revise y rediseñe”, escribió en su cuenta de X una vez supor sobre la publicación de los prepliegos.

“El Corredor Verde de la Séptima está armonizado con los planes parciales y de desarrollos existentes. Su diseño no afecta el patrimonio y al ser un proyecto de infraestructura de esta envergadura cumplió con los estándares de participación ciudadana incidente”, fue como defendió la obra el IDU, entidad que lidera la cruzada por contratar los tramos restantes.

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Los descontentos

Llegar a un consenso en los tramos de la 99 hacia el sur ha sido una lucha de más de dos décadas. En parte, porque los vecinos que habitan en proximidades de la carrera Séptima, en localidades de Chapinero y Teusaquillo, ven con malos ojos el proyecto. Afirman que no cabe el Transmilenio en el corredor y afectará la movilidad, teniendo en cuenta que el proyecto plantea suprimir el carril de tráfico mixto hacia el sur, es decir, no podrán circular vehículos particulares (salvo los de los habitantes), pues los estudios arrojaron que la demanda de transporte es hacia el norte y, hacia el sur, hay otras alternativas.

Por su parte, Carrillo cree que detrás del afán de López por dejar amarrada la obra para el próximo alcalde, radica en el hecho de que el corredor alimentará y posibilitará el transporte en los proyectos inmobiliarios que se adelantan en el norte: “El único que necesita ese proyecto es la constructora Amarilo, encargada del proyecto de urbanización Lagos de Torca. La razón para construir un Transmilenio por la carrera Séptima no es para Chapinero, ni el Codito, ni es Cerro Norte, es poder darle un gancho de ventas a un proyecto de 135.000 viviendas que se construyen en la 200″.

Otro reparo que ve el concejal es la forma en la que se construirá la obra: por tramos. “Me parece un camino espinoso adjudicar las troncales de Transmilenio por fases. Usted no puede adjudicar una troncal de esa por tramos por una razón: ¿qué pasa si es un tramo queda desierto?, pues después de adjudicado el primero, usted está obligado como administración a modificar los pliegos y hacer lo que a los contratistas se les dé la gana”.

Pero no todo es blanco o negro. Luis Ángel Guzmán, docente de Los Andes, lidera un estudio de movilidad en la carrera Séptima. Dice que, si bien ha habido movimientos sociales que siempre han “defendido” a la Séptima, la decisión de parar el proyecto beneficia únicamente al 20% de personas que se transportan en carro en este corredor. El estudio muestra que cerca de 2,5 millones de personas se movilizan por esta vía, de los cuales el 30,6% lo hace en bicicleta; 38,5%, a pie; y un 38,5%, en transporte público.

“La mayoría de las personas que transitan el corredor, viven arriba de la calle 145, y la densidad poblacional laboral en la séptima se ubica en el tramo 2, entre la calle 32 a la 93. Lo que vemos es que las personas se transportan hacia allí, quienes vienen a ser los más afectados de este fallo”, señala el docente.

Para William Mendieta, secretario jurídico de Bogotá, el corredor verde fue un proyecto muy estudiado, detallado y en el que no se ahorraron esfuerzos por tener un proyecto que cumpliera lo establecido en el Plan de Desarrollo y el POT. Y luego de analizar las posibilidades, el IDU optó por retomar la licitación de los tramos I y II, cuya adjudicación quedará en manos de la próxima administración.

Sin embargo, señala: “la pregunta para el próximo alcalde es cuál es su prioridad. Hoy, como está diseñado el corredor verde, está pensado en peatones, ciclistas y buses eléctricos, porque ahí hay un tema de espacio. Ese es el gran valor del corredor, darle prioridad para los medios de transporte que más mueven usuarios. Carlos Fernando Galán tendrá tiempo para reflexionar qué le conviene más a la ciudad, pero una buena reflexión y una buena decisión sería mantener el Corredor Verde como está”.

La licitación va firme

De acuerdo con el cronograma del IDU, a partir de la publicación de los prepliegos, las firmas interesadas podrán presentar sus observaciones, las cuales serán respondidas y publicadas el 28 de diciembre, día en que se publicarán los pliegos definitivos. El 25 de enero se cierra el plazo para presentar ofertas y será el 28 de febrero cuando se realice la audiencia de adjudicación. El 11 de marzo, de haber un consorcio seleccionado, se firmará el contrato. Los documentos públicos de SECOP II muestran que el tramo 1 tiene un valor de contrato por $529.388 millones, mientras el 2, de $330.007 millones.

No obstante, en medio de todo esto y de la discusión que se ha abierto, a la larga, la apertura de la licitación no parece más que un acto calculado de la alcaldesa Claudia López, para sentar un precedente de que ella, hasta el último día, hizo lo que pudo por cambiar el transporte en el corredor oriental, dejando la responsabilidad al alcalde electo de derogar o no el proceso contractual. “Mientras no existan ofertas, Galán podrá frenar el proceso una vez asuma como nuevo mandatario”, explicaron en la administración.

Al cierre de la redacción de este artículo, la alcaldesa Claudia López no se había pronunciado al respecto de la solicitud de Carlos Fernando Galán, con quien la mandataria saliente lleva una relación cordial, salvo por este proyecto, el cual, parece, no tiene reversa.

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