A diario, personal del parque adelanta la tarea de capturar cangrejos, para controlar su proliferación en el Simón Bolívar.
Foto: Cortesía IDRD
La hipótesis es que un día, alguien encontró un cangrejo rojo, lo llevó al Parque Simón Bolívar y lo liberó en el lago. Y lo que, en su momento, pareció un acto simple y sin implicaciones, producto del desconocimiento, hoy es un gran problema. Este animal se adaptó, creció y se reprodujo, al punto de tener en riesgo los ecosistemas del principal parque de Bogotá. Por eso, el Distrito ahora lucha contra esta plaga, con un plan en el que terminan convirtiéndolos en croquetas.
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Por Redacción Bogotá
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