Salud mental
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Hay una epidemia de incertidumbre y tristeza en Bogotá. Cada vez más, por la vía de las cifras o de los crudos hechos, son evidentes las señales del deterioro de la salud mental de los capitalinos. Mientras la frenética vida citadina transcurre y los ocho millones de habitantes cumplen con sus obligaciones, crece un monstruo oculto: el suicidio. El tema, del que es complejo hablar y ha suscitado debates y abordajes de distinta índole, se ubicó en la cumbre del debate público esta semana, luego de tres sucesos dolorosos.
Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com