Cundinamarca: Fallos en el PAE, exceso de cupos y otros retos del regreso escolar
La sección Bogotá de El Espectador le puso la lupa al regreso a clases en Cundinamarca. Entre los principales retos de este año están la entrega de alimentos en los colegios y la nivelación académica de los estudiantes.
Fernan Fortich
Se cumple un mes del regreso a clases en Cundinamarca y el balance para algunos ha sido positivo, mientras que para otros ha estado marcado con incertidumbre. En total 226.193 niñas y niños fueron matriculados en las 276 instituciones educativas oficiales, de los 108 municipios del departamento.
Sin embargo, la experiencia no ha sido igual para todos. Un ejemplo de esto ha sido la paradójica situación de la repartición de la comunidad escolar en este año y cómo esto ha afectado los cupos en el departamento.
En ese sentido, el 5 de febrero la Gobernación informó que aún quedaban cerca de 50 mil cupos disponibles en los colegios de Cundinamarca. No obstante, en otras instituciones y municipios, continúan las denuncias de padres y maestros por la falta de cupos cercanos a los lugares de residencia y el hacinamiento de los estudiantes en las aulas.
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Así, en este panorama mixto, el departamento avanza en la reconstrucción de la comunidad escolar, dando importancia a la calidad, las estrategias de permanencia y los retos para garantizar la educación como derecho prioritario en los menores cundinamarqueses.
Los retos del regreso
El nivel educativo de los estudiantes tras el regreso a las aulas ha sido una preocupación de la comunidad académica. De acuerdo con algunos docentes, los estudiantes entre preescolar y primaria son los más afectados, dado que presentan dificultades en los procesos de lectura, escritura y operaciones matemáticas simples.
“Las brechas de aprendizaje han sido el reto más importante, por eso el compromiso del gobierno departamental es garantizar que los estudiantes cuenten con mejor calidad educativa, atención a la primera infancia y la implementación de estrategias de permanencia, como el Programa de Alimentación Escolar -PAE- y transporte”, indica Marcela Sáenz, secretaria de Educación de Cundinamarca.
Frente a esto, las asociaciones de maestros piden mayor apoyo de las alcaldías y de la Gobernación, para contar con herramientas que permitan recuperar el aprendizaje perdido durante la pandemia, el cual agudizó la brecha educativa en el país y agravó también, según expertos, la disparidad entre colegios públicos y privados.
Sin embargo, uno de los principales lunares en el regreso a clases ha sido la implementación del Plan de Alimentación Escolar -PAE- durante las primeras cuatro semanas de clase. Servicio alimenticio que en departamento, según cifras oficiales, tiene cerca de 220 mil beneficiarios.
Un difícil inicio para el PAE
De acuerdo con la Contraloría, Cundinamarca fue una de las 25 entidades territoriales en donde no empezaron la entrega de raciones durante el inicio de clases. En el listado se encuentran Apartadó, Buenaventura, Buga, Caldas, Caquetá, Cesar, Chocó, Córdoba, y Florencia, entre otras.
De esta manera, con una calificación de “inicio no inoportuno”, según el Ministerio de Educación, el PAE en el Cundinamarca empezó a operar el pasado 14 de febrero, encontrando algunos retos como el transporte de los alimentos y las instalaciones en los colegios, entre otros.
“En muchas instituciones hoy, cuando se traza la propuesta de PAE, se entregarán alimentos industrializados. Porque un gran número de las instituciones educativas en Cundinamarca no cuentan con restaurantes escolares ni cocina”, asegura Jahir Vera, directivo de la Asociación de Educadores de Cundinamarca (ADEC).
En este sentido, las organizaciones de maestros y de padres aseguran que se necesita un mayor apoyo de la administración departamental para ampliar las comidas y alimentos ofrecidos por el PAE como estrategia de permanencia escolar en el desarrollo de la jornada única en los colegios.
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Regreso de la comunidad educativa
La reapertura permanente de las instituciones educativas, en particular en zonas rurales, es una oportunidad para ampliar la oferta del estado en otros ámbitos para el bien de las comunidades. En los colegios oficiales se están desarrollando jornadas de vacunación del Plan Ampliado de Inmunización (PAI) para estudiantes y miembros de la comunidad. Además, se realizarán talleres de formación en prevención y atención de violencias, código de infancia y adolescencia.
Por otra parte, dentro de la canasta educativa que retorna con el regreso pleno a la presencialidad está el transporte escolar que es cofinanciado por padres de familia y por las administraciones municipales. Durante el segundo semestre de 2022 será financiado completamente con recursos de la gobernación, con una inversión cercana a los $25.000 millones.
En ese sentido, el gobierno departamental aseguró que ejecutará una fuerte inversión para entregar herramientas que permitan mejorar el desempeño académico en las aulas y asegurar que los menores permanezcan en los colegios, con una deserción escolar que se estima está alrededor del 2%.
Lea también: Con temor y entusiasmo, Cundinamarca se prepara para el retorno a las clases
Por su parte, las organizaciones de padres de familia y maestros aseguran que la inversión en el departamento ha sido insuficiente para mejorar la infraestructura y la conectividad de los colegios, lo cual está afectando según ellos el desarrollo intelectual de las futuras generaciones.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Se cumple un mes del regreso a clases en Cundinamarca y el balance para algunos ha sido positivo, mientras que para otros ha estado marcado con incertidumbre. En total 226.193 niñas y niños fueron matriculados en las 276 instituciones educativas oficiales, de los 108 municipios del departamento.
Sin embargo, la experiencia no ha sido igual para todos. Un ejemplo de esto ha sido la paradójica situación de la repartición de la comunidad escolar en este año y cómo esto ha afectado los cupos en el departamento.
En ese sentido, el 5 de febrero la Gobernación informó que aún quedaban cerca de 50 mil cupos disponibles en los colegios de Cundinamarca. No obstante, en otras instituciones y municipios, continúan las denuncias de padres y maestros por la falta de cupos cercanos a los lugares de residencia y el hacinamiento de los estudiantes en las aulas.
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Así, en este panorama mixto, el departamento avanza en la reconstrucción de la comunidad escolar, dando importancia a la calidad, las estrategias de permanencia y los retos para garantizar la educación como derecho prioritario en los menores cundinamarqueses.
Los retos del regreso
El nivel educativo de los estudiantes tras el regreso a las aulas ha sido una preocupación de la comunidad académica. De acuerdo con algunos docentes, los estudiantes entre preescolar y primaria son los más afectados, dado que presentan dificultades en los procesos de lectura, escritura y operaciones matemáticas simples.
“Las brechas de aprendizaje han sido el reto más importante, por eso el compromiso del gobierno departamental es garantizar que los estudiantes cuenten con mejor calidad educativa, atención a la primera infancia y la implementación de estrategias de permanencia, como el Programa de Alimentación Escolar -PAE- y transporte”, indica Marcela Sáenz, secretaria de Educación de Cundinamarca.
Frente a esto, las asociaciones de maestros piden mayor apoyo de las alcaldías y de la Gobernación, para contar con herramientas que permitan recuperar el aprendizaje perdido durante la pandemia, el cual agudizó la brecha educativa en el país y agravó también, según expertos, la disparidad entre colegios públicos y privados.
Sin embargo, uno de los principales lunares en el regreso a clases ha sido la implementación del Plan de Alimentación Escolar -PAE- durante las primeras cuatro semanas de clase. Servicio alimenticio que en departamento, según cifras oficiales, tiene cerca de 220 mil beneficiarios.
Un difícil inicio para el PAE
De acuerdo con la Contraloría, Cundinamarca fue una de las 25 entidades territoriales en donde no empezaron la entrega de raciones durante el inicio de clases. En el listado se encuentran Apartadó, Buenaventura, Buga, Caldas, Caquetá, Cesar, Chocó, Córdoba, y Florencia, entre otras.
De esta manera, con una calificación de “inicio no inoportuno”, según el Ministerio de Educación, el PAE en el Cundinamarca empezó a operar el pasado 14 de febrero, encontrando algunos retos como el transporte de los alimentos y las instalaciones en los colegios, entre otros.
“En muchas instituciones hoy, cuando se traza la propuesta de PAE, se entregarán alimentos industrializados. Porque un gran número de las instituciones educativas en Cundinamarca no cuentan con restaurantes escolares ni cocina”, asegura Jahir Vera, directivo de la Asociación de Educadores de Cundinamarca (ADEC).
En este sentido, las organizaciones de maestros y de padres aseguran que se necesita un mayor apoyo de la administración departamental para ampliar las comidas y alimentos ofrecidos por el PAE como estrategia de permanencia escolar en el desarrollo de la jornada única en los colegios.
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Regreso de la comunidad educativa
La reapertura permanente de las instituciones educativas, en particular en zonas rurales, es una oportunidad para ampliar la oferta del estado en otros ámbitos para el bien de las comunidades. En los colegios oficiales se están desarrollando jornadas de vacunación del Plan Ampliado de Inmunización (PAI) para estudiantes y miembros de la comunidad. Además, se realizarán talleres de formación en prevención y atención de violencias, código de infancia y adolescencia.
Por otra parte, dentro de la canasta educativa que retorna con el regreso pleno a la presencialidad está el transporte escolar que es cofinanciado por padres de familia y por las administraciones municipales. Durante el segundo semestre de 2022 será financiado completamente con recursos de la gobernación, con una inversión cercana a los $25.000 millones.
En ese sentido, el gobierno departamental aseguró que ejecutará una fuerte inversión para entregar herramientas que permitan mejorar el desempeño académico en las aulas y asegurar que los menores permanezcan en los colegios, con una deserción escolar que se estima está alrededor del 2%.
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Por su parte, las organizaciones de padres de familia y maestros aseguran que la inversión en el departamento ha sido insuficiente para mejorar la infraestructura y la conectividad de los colegios, lo cual está afectando según ellos el desarrollo intelectual de las futuras generaciones.
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